CUANDO LAS VICEPRESIDENTES LEVITAN.
Podemos dormir tranquilos. Ábalos ha evitado un conflicto
diplomático, de paso que iba al aeropuerto de madrugada para ver a un colega. Es
como si un policía quedara de madrugada para tomar café con un colega que va a hacer
transbordo en la estación de El Puerto, lo llamara su jefe y le dijera, poyaque
vas, pásate por el barrio de los Milagros y haz una redada, que están moviendo
material. En España lo del poyaque, es de lo más normal.
Lo que me inquieta es eso de que la vicepresidenta
venezolana, la que tiene prohibido pisar territorio comunitario, pasara de un
avión a otro sin tocar suelo español. Quizá hayan utilizado un finger
avión/avión, o exista un pasillo en la explanada del aeropuerto, considerado
como tierra de nadie. Lo que sería acojonante es que los bolivarianos tuviesen la cualidad de levitar. A lo mejor de
ahí viene lo de la aparición de Chávez ante Maduro, en forma de pajarillo,
piturrí, piturrí… Madrequeparió, a que va a ser verdad.
Pero casi me inquieta más Ábalos cuando afirma, que él ha
venido a la política para quedarse y que de ahí no lo echa nadie. Esto es, que
las decisiones que tomemos los ciudadanos en un momento dado, le importan un
carajo, él se queda y punto. Cómo mola la democracia y las libertades que nos
vende esta peña.
Es como si le hubiera traicionado el subconsciente con ese
sesgo autoritario, mira por dónde, tan propio de la derecha más mezquina, sesgo
que replican otros vicepresidentes y vicepresidentas de este gobierno, que
enmiendan la plana a los periodistas cuando les hacen preguntas incómodas.
Quizá, el mejor servicio a la patria que puede hacer Ábalos, que lleva toda la
vida mamando de la teta de la política, es renunciar a ella y que se busque la
vida por libre, a ser posible sin puertas giratorias. Pero va a ser que no.
Ábalos la tiene de hormigón armado… la jeta.
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