lunes, 27 de enero de 2020


CUANDO LAS VICEPRESIDENTES LEVITAN.

Podemos dormir tranquilos. Ábalos ha evitado un conflicto diplomático, de paso que iba al aeropuerto de madrugada para ver a un colega. Es como si un policía quedara  de madrugada  para tomar café con un colega que va a hacer transbordo en la estación de El Puerto, lo llamara su jefe y le dijera, poyaque vas, pásate por el barrio de los Milagros y haz una redada, que están moviendo material. En España lo del poyaque, es de lo más normal.
Lo que me inquieta es eso de que la vicepresidenta venezolana, la que tiene prohibido pisar territorio comunitario, pasara de un avión a otro sin tocar suelo español. Quizá hayan utilizado un finger avión/avión, o exista un pasillo en la explanada del aeropuerto, considerado como tierra de nadie. Lo que sería acojonante es que los bolivarianos  tuviesen la cualidad de levitar. A lo mejor de ahí viene lo de la aparición de Chávez ante Maduro, en forma de pajarillo, piturrí, piturrí… Madrequeparió, a que va a ser verdad.
Pero casi me inquieta más Ábalos cuando afirma, que él ha venido a la política para quedarse y que de ahí no lo echa nadie. Esto es, que las decisiones que tomemos los ciudadanos en un momento dado, le importan un carajo, él se queda y punto. Cómo mola la democracia y las libertades que nos vende esta peña.
Es como si le hubiera traicionado el subconsciente con ese sesgo autoritario, mira por dónde, tan propio de la derecha más mezquina, sesgo que replican otros vicepresidentes y vicepresidentas de este gobierno, que enmiendan la plana a los periodistas cuando les hacen preguntas incómodas. Quizá, el mejor servicio a la patria que puede hacer Ábalos, que lleva toda la vida mamando de la teta de la política, es renunciar a ella y que se busque la vida por libre, a ser posible sin puertas giratorias. Pero va a ser que no. Ábalos la tiene de hormigón armado… la jeta.



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