viernes, 29 de septiembre de 2023

Quienes no quieren reconocer los desmanes de los políticos a quienes rinden pleitesía, suelen escudarse apelando a la falta de veracidad de los medios de comunicación no afines a sus ideas, que no de los afines, a los que consideran veraces porque les regalan Los oídos. Lo cierto es que los medios de comunicación están vendidos y tiran a favor de quienes les pagan, pero eso no implica que no podamos sacar conclusiones veraces si nos ceñimos a lo que dicen los políticos de viva voz, ante el micrófono y las cámaras. Incluso sacar conclusiones sobre cómo se comportan, esto es, palmaditas en la cara, peinetas, besos y abrazos consentidos o no.

Los políticos dicen lo que dicen de viva voz, solo hay que escucharlos, y las consecuencias de sus actos son constatables. Si un fulano dice ante los medios que va a bajar el precio de la mortadela, y a la semana siguiente la sube, ha mentido como un bellaco, no tiene que venir ningún medio de comunicación a contarnos milongas a menos que seamos imbéciles de solemnidad. Por tanto, tanto tonto que anda suelto, no es necesario depender de lo que quieran contarnos los medios de comunicación para enterarnos de lo que está pasando.

Otra cosa distinta es que el fulano hable en vascuence sin que sepamos más allá de chocolate Elgorriaga y dependamos de los traductores del Hemiciclo. Ahí sí que podrían dárnosla con queso contándonos que dijo digo, cuando había dicho Diego, pero las consecuencias de sus actos seguirán siendo constatables. Abrir los ojos, agudizar el oído y liberarse del dogma de las ideologías, que a fin de cuentas visto lo visto, son lo más parecido a los dogmas religiosos. Seguid votando malditos bastardos.