martes, 1 de diciembre de 2015


FELIZ CUMPLEAÑOS LOBITA

Cuando estando a orillas del Mediterráneo, hice esta foto de nuestras manos enlazadas, las tres pilas del reloj alimentaban a tope sus entrañas para dar la hora, la fecha, el rumbo, la altitud, la presión atmosférica y algún dato más. Su esfera estaba impoluta, exenta aun de los arañazos que sin duda se llevaría con el paso de los días, porque no era un objeto decorativo sino una herramienta de trabajo.
A día de hoy apenas marca la hora con dígitos tenues, porque no está la cosa para comprar baterías de litio, y su esfera de cristal tiene ya tantos surcos como mis manos. Lo material perece y con el paso del tiempo desaparece.

En cambio esas manos entrelazadas lo siguen estando, con más fuerza si cabe, son todo un símbolo de lo que somos el uno para el otro, de lo que supones para mí, y de lo que supongo para ti por lo que me demuestras a diario.
A veces te quedas mirándome en silencio, con tu cándida sonrisa y tu mirada brillante y alegre, aunque con el sesgo de tristeza de quien teme que algo bueno se acabe pronto, y al poco me preguntas ¿Envejeceremos juntos?

¿A caso no lo tienes claro? ¿Acaso notas menos fuerza cuando asgo tu mano? El reloj muere, querida mía, porque es un bien material, pero lo nuestro tiene el poder de lo espiritual, el del convencimiento liberado de convencionalismos. Envejeceremos juntos y la prueba es que hoy, día de tu cumpleaños, de los años que no pasan por ti, sigo a tu lado, cada vez más convencido de que lo seguiré estando más allá de los tiempos que pueda marcar cualquier reloj, más allá de todo lo que puedas imaginar.
Feliz cumpleaños Lobita.