lunes, 11 de diciembre de 2023

OCUPANDO LA ACERA

 Situaciones en las que te ves obligado a detenerte cuando caminas por una acera de cinco metros de ancho o más, descartando del cómputo a los niños y a las personas mayores:

1 Grupo de personas que caminan abiertas en abanico, en sentido contrario al tuyo, o caminando a paso lento en el mismo sentido.

2 Grupos de personas que forman corros ocupando toda la acera, sobre todo cuando cada persona lleva un perro o más, con sus respectivas correas extensibles en su máximo de longitud.

3 Personas que caminan con sus perros con la correa al máximo de su extensión, yendo la mamá o el papá humano del perro, perra o perre por la izquierda, el animal por la derecha, o viceversa.

4 Jóvenes que practican el monopatinaje en la acera, haciendo eses de un extremo al otro de la acera, obligándote a confiar en su destreza ante el temor de que te destrocen un tobillo con la puta tabla. Mismo supuesto en el caso de los patinadores, que incluyen salto con tirabuzón mientras manipulan la cámara del móvil.

5 Niñatos con monopatín, trucado o sin trucar, que a día de hoy se sienten impunes ante la ley porque a la Policía Local le sale más a cuenta multar coches mal estacionados mientras los agentes van cómodamente sentados en sus coches dotados de cámaras al efecto. Que persiga al del monopatín un romano.

6 Personas que caminan en rumbo de colisión porque están con los hocicos metidos en la pantalla del celular y no ven más allá de dos pasos al frente.

7 Personas que hipotecan el espacio público para hacerse un selfi individual o grupal.

8 Concentraciones masivas de la especie tontonosapiens illuminatum atraídas como moscas a una mierda por las luces navideñas, lo que incluye la invasión de la calzada para hacerse el selfi de marras con las luces de fondo, incluidas las del autobús que está a punto de atropellarlos.

Y probablemente me deje algunos supuestos detrás. La cuestión es que, ante estas situaciones recurrentes, a veces me dan ganas de tirar de posta lobera, pero como no es plan, me pongo en la tesitura de que son ganado, o bultos con ojos, situación natural inevitable como la lluvia o el olor a pedo en una depuradora. El que no se consuela es porque no quiere.

sábado, 9 de diciembre de 2023

ACRÓPODO SÁNCHEZ

Es como un dique de acrópodos, un rompeolas soberbio. Por evidente que sea la ola de realidad que se le viene encima –el rojo es rojo y no azul- él la desintegra, la rompe con eficacia... ¡Chofff! ¡Sspláchssss! Las olas de verdades rompen contra su "Tierra firme" atomizándose en posverdades y mentiras flagrantes que hoy no digieren muchísimos ciudadanos, pero como dice el acrópodo Sánchez, dentro de unos años, pelillos a la mar.
Estoy por hacerme con el libro para intentar descubrir los entresijos de esa "ingeniería" digna de las mejores obras marítimas. El acrópodo Sánchez.  Creo que hubiera sido un título más acertado para su librito, esa manía que tienen los presidentes y expresidentes de gobierno de escribir las memorias, dulcificando los desmanes que cometieron en el pasado, aunque éste no espera siquiera a que pase la galerna.

viernes, 8 de diciembre de 2023

ADIÓS LOBO

La dinámica es la siguiente. Una señora pasea por el parque a su perra Marilyn, y ésta, al cruzarse con otro perro que acaba de dejar su impronta de heces en el césped, le olfatea el cerete rematando con unos lengüetazos. Poco después, Marilyn recibe de su dueña carantoñas y un beso en el hocico, el mismo que se regodeó en el sieso del otro can.
Por la otra parte, el perro que dejó la impronta escatológica en el jardín, presumiblemente, como suele ser común en estos tiempos, acabaría arrastrando el cerete por el sofá preferido de su amo, o de su papá humano, porque a estas alturas, tal como está el patio, me pierdo en las definiciones.
El lobo que se acercó a los humanos para demandar comida y cobijo, se convirtió en perro, pagando su precio al ponerse a su servicio. Hoy día, el ser humano, cada vez en más casos, se pone al servicio del perro, demandando en él la atención que no encuentra en sus congéneres.
Pero los perros siguen pagando su precio, pues, aunque les besen el hocico, les hagan cumpleaños perrunos, y les dejen arrastrar el cerete por el sofá preferido de sus papás humanos, los están desproveyendo de su bien natural más preciado, el instinto, alejándolos aún más de sus ancestros loberos.  
Moraleja: Los lobos van camino de extinguirse por culpa del ser humano, y el ser humano se autoextinguirá por gilipollas. Adiós lobo.