lunes, 13 de agosto de 2012






Amanece con pereza en tanto arriba una goleta al puerto de Cádiz. Calma chicha, calma en mi alma, instante de sosiego compartido con quien más quiero. Hay cosas que cuestan poco y no tienen precio.

domingo, 12 de agosto de 2012


LLAMADA DE MIERDA

Hola, te llamo desde un teléfono de mierda.

¿Y eso?

Pues nada, resulta que además de que el teléfono está maltratado, se encuentra literalmente rodeado de basura.

¿Cómo es posible?

Cosas del género humano. Por una parte los basureros han decidido no recoger la basura, y por otra la gente no se ha molestado en intentar ensuciar lo menos posible, así que el resultado es una mierda como el teléfono desde el que te llamo.

Pues menuda mierda…

Pues sí, podría decir que estoy haciendo una llamada de mierda.

¿Y desde dónde mierdas llamas?

Desde una ciudad llena de mierda, según dicen, porque hay que mamar.

¿Y eso?

Porque en esta tacita que dicen de plata, cuando hacen algo que no tiene justificación posible, te largan su célebre frase “esta es la ciudad de marras y aquí hay que mamá”…y se quedan tan panchos.

Pues vaya mierda…

Pues sí. Pero qué mierdas le vamos a hacer.

Mierdas hay por todas partes.

Ya, pero a mí la que me duele es esta, porque nací dos calles más allá desde la que te llamo, que por cierto, también está llena de mierda.

Vaya… ¿Y para qué mierdas me llamas?

Joder… pues no lo sé, se me ha ido el santo a la mierda y no me acuerdo.

Pues menuda mierda ¿no?

Y bien grande. Ya te llamaré cuando me aclare las ideas, que con tanta mierda alrededor no hay quien genere un solo pensamiento limpio. A la mierda Antonio

A la mierda Pepe.



lunes, 6 de agosto de 2012


DERROTAS  DISPARES

Derrotas dispares…
Cada cual lleva su rumbo, cada palo aguantando su vela, unos con más esfuerzo, otros con menos… como en la vida misma.

Allá que van navegando, todos por el mismo mar pero con distinta suerte. Hay a quien todo le llega bonancible, mar llana, buena brisa, mejor barco. Hay quien sólo recibe el embate de las galernas, vientos racheados o calmas chichas que impiden avanzar, achicando agua sin parar… como en la vida misma.

Cada uno de su padre y de su madre, unos marinos generosos, de los que si ven a otros en apuros, lanzan un cabo y navegan tirando del remolque. Otros egoístas y arrogantes, que pasan de largo ante la agonía de los demás o se aprovechan de ella.Buenos samaritanos, corsarios y piratas, ángeles y demonios… como en la vida misma.

Algunos se hundirán con sus barcos, otros los abandonarán como ratas, muchos ni si quiera saldrán del puerto, bastantes llegarán con esfuerzo. Algunos, los menos, los de siempre, arribarán de rositas tras un cómodo crucero tripulado por otros… como en la vida misma.

Pero al final a todos nos llegará la tormenta perfecta, la que nos mide a todos por el mismo rasero, sin distinción de palos ni esloras, estemos en puerto o navegando, en cuyo caso, los que no tengan nada que perder se sentirán aliviados, y los que lo tienen todo, angustiados. Entonces los rumbos dejarán de ser dispares y todos, tragados por esa ola inmensa, iremos a parar a la misma fosa, al azul profundo y oscuro donde habita el kraken… O no, porque eso es incierto… como la muerte misma.

Derrotas dispares, conciencias tranquilas,  conciencias inquietas, malas conciencias inconscientes de todo… como durante la vida y ante la muerte misma.