TONTOS QUE SE LAS DAN DE LISTOS
Muchas veces pasa que uno que se las da de listo sin serlo, quiere
dejar por tonto a otro, sin percatarse de que el tonto es el. Pero ese no es el
mayor de los problemas. Lo más sorprendente es que hay otros muchos tontos, que por
ignorantes, llegan a aplaudir, muy ufanos
ellos, la tontería dicha por el tonto
que se cree listo, como diciendo, qué bueno es el colega, que ha dejado en
evidencia al “tonto este”.
En estos casos, cuando me topo con uno de estos listos
tontos, procuro ser prudente y educado, e intento quitarle hierro al asunto, cuando
el tonto de marras pretende dárselas de listo sin involucrar a nadie más. Te
dices, bueno, la ignorancia es osada y el chaval no da para más, déjalo pasar,
y pasas, o si no pasas, al menos procuras ser suave en el momento de hacerle
ver que el tonto es él, aunque los tontos no suelen caer en esos detalles
cuando eres sutil. La sutileza es un rango que está fuera del alcance de las
entendederas de los tontos.
Pero cuando uno de estos tontos comete el error de intentar dejarte por tonto delante de los demás, la cosa cambia. Es en esos casos cuando esbozo una sonrisa serena pero malévola, mientras me froto las manos y pienso, aquí vas a caer con todo el equipo, tonto de capirote, tú y todos esos soplapollas que aplauden tus afirmaciones de Perogrullo. Entonces me dejo de sutilezas, empleo el idioma que ellos entienden y los hundo en la miseria.
Los tontos aduladores de otros tontos, deberían pensárselo mejor antes de seguir a un tonto que se las da de listo y que puede acabar dirigiéndolos hacia un abismo, o simplemente, al ridículo colectivo. Pero claro, al ser tontos, no reparan en esas cosas… es la desgracia de los tontos.
Pero cuando uno de estos tontos comete el error de intentar dejarte por tonto delante de los demás, la cosa cambia. Es en esos casos cuando esbozo una sonrisa serena pero malévola, mientras me froto las manos y pienso, aquí vas a caer con todo el equipo, tonto de capirote, tú y todos esos soplapollas que aplauden tus afirmaciones de Perogrullo. Entonces me dejo de sutilezas, empleo el idioma que ellos entienden y los hundo en la miseria.
Los tontos aduladores de otros tontos, deberían pensárselo mejor antes de seguir a un tonto que se las da de listo y que puede acabar dirigiéndolos hacia un abismo, o simplemente, al ridículo colectivo. Pero claro, al ser tontos, no reparan en esas cosas… es la desgracia de los tontos.