lunes, 30 de diciembre de 2019


LA ABOGACÍA DE PEDRO SÁNCHEZ.

Una vez más, queda patente la buena salud de la democracia española, haciendo gala de la separación de poderes. La verdad es que no encuentro justificación para esta manía mía de no ir a votar,  no siendo partícipe de un sistema democrático tan pulcro como el español, en el que prima la separación de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo del Estado, y la elección, por parte de la ciudadanía, de las listas de diputados… emotipollas risa desternillante.
Esa cita de Montesquieu en la que argumenta  que “todo hombre que tiene poder se inclina a abusar del mismo (…)” no va con Pedro Sánchez ni con quienes les precedieron, qué va. Además, para constatar que existe la separación de poderes en la “democracia” española, solo hay que consultar la Constitución…
¡Ah!¡Coño! Que resulta que en la Constitución no hay alusión alguna a la separación de poderes. Y resulta además que el Presidente del Gobierno (poder ejecutivo), a día de hoy Pedro Sánchez, es a su vez quien tiene la mayoría en el Congreso de los Diputados (poder legislativo), íntimamente relacionado con el poder judicial. Porque sucede que los jueces y magistrados son elegidos por una mayoría de tres quintos de sus miembros, que es la que maneja la batuta en esa coyuntura.
Además sucede en España, que cuando los diputados y senadores -que gozan de inmunidad parlamentaria- cometen un delito, en el supuesto de que otras partes acuerden anular la inmunidad atendiendo a un suplicatorio, deben ser juzgados en la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Esto es, El Tribunal Supremo, cuyo presidente es elegido por el Consejo del Poder Judicial, 8 de cuyos miembros han sido propuestos por los propios diputados y senadores, tendrán que ser ecuánimes en sus decisiones, por los cojones. Pepe, te nombro juez, pero si me trincan mangoneando para la “causa” ya sabes… sé “ecuánime”.
Pero el abstencionista insolidario, el irresponsable, el mal ciudadano, soy yo, que cuando hay elecciones, me tiro al monte para no escuchar por los medios de comunicación, cómo estos mal paridos se chotean del ciudadano obediente. Como muestra un botón, el de hoy a colación de Junqueras y la abogacía de Pedro Sánchez, que no del Estado. ¿Quién controla la abogacía del Estado? ¿Quién controla la fiscalía del Estado? ¿Cuánto suman 2 y 2? ¿En?




jueves, 12 de diciembre de 2019


LA VASELINA DE PAJE.

Hay que reconocer que el director de Los Desayunos de TVE, Xavier Fortes, se bate bien el cobre a la hora de contentar a su amado líder, ese, que además de tener el control de la fiscalía, tiene el control de la televisión pública española, para manejar ambas a su antojo. Y esos eran los de los lacitos por la objetividad de la TV pública.
De entrada, Fortes elige bien a los tertulianos, y los coloca sutilmente, de izquierda a derecha, según a qué lado se inclinen, aunque los que están a la diestra suelen pesar muy poquito. Es evidente que la balanza de la TV “pública” cae hacia donde cae, según quien gobierne.
El caso es, que esta mañana Fortes, en plan mira lo que ha dicho éste, sacó a colación un comentario que hizo Emiliano García-Paje, expresando su disconformidad con la trayectoria de su propio partido. Concretamente dijo “No quiero vaselina como regalo de reyes”.
¿Qué opináis de esto? Preguntó Fortes a sus tertulianos, con una sonrisita pícara en plan, vamos a poner verde al disidente, por atreverse a cuestionar a nuestro amado líder. Y entonces las tertulianas y el tertuliano, muy de la causa, clamaron al cielo, indignados por lo soez de la expresión.
Tiene gracia que de pronto se indignen por el uso del lenguaje, cuando son precisamente los que se auto denominan progresistas, los que han dado rienda suelta al lenguaje soez, al tuteo y al colegueo, en el ámbito de las instituciones. Porque eso de tratarse de usted y con corrección, suena casposo, clasista, represivo y tal.
Además, del mismo modo en que la belleza está implícita en la forma en que miramos las cosas, lo soez también. Y me explico, remitiéndome a las múltiples aplicaciones  que tiene la vaselina. La vaselina se utiliza para; engrasar la maquinaria, prevenir el óxido de la misma,  impermeabilizar, fabricar velas, hacer fuego, abrillantar el calzado, como bloqueador solar, como protector contra el frío, para ayudar a la cicatrización, y un largo etc.
Y a las indignadas, e indignados tertulianos sabelotodo de la televisión pública de Sánchez, solo se les ocurre pensar en el acto de meter el atacador, en el ánima del cañón. Si es que solitos se retratan.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

EL PUERTO SOSTENIBLE.

Pues resulta que uno, dentro de lo humanamente posible, procura enmierdar el planeta lo menos que puede, desde muchos años antes de que naciera Greta, y de que se hiciese popular el término sostenibilidad.
Por centrarme en una práctica, a estas alturas, básica, en casa separamos los plásticos, la basura orgánica, los vidrios, los cartones, los aceites de cocina usados y la ropa vieja, para después echarlos en los contenedores correspondientes, aunque tengamos que pegarnos una caminata, pues no siempre están cerca unos de otros.
Luego caminas por la calle y ves a los vehículos del servicio municipal de limpieza, de distinto tipo, para distintos cometidos, acarreando la basura que previamente clasificamos en nuestra casa. “Todos hacemos El Puerto sostenible” reza en los coloridos vehículos con mucho verde y muchos soles, algunos, eléctrico-sostenibles que te rilas.
Y cuando pasas por la Plaza del Polvorista, frente a la que se encuentra la delegación de medio ambiente, te topas con unos ocho carteles enormes de metacrilato, que además de costar un pastón, fastidian la estética de la plaza. Pero al menos en ellos se explica, en modo apto para las entendederas de un imbécil, en qué consiste el proceso de reciclaje,  cuáles son sus etapas, y lo bien que lo hace la delegación de medio ambiente. Y venga más coches del servicio público municipal, éstos, de los que controlan a los otros, porque ya se sabe que en España hay más jefes que indios, y el ayuntamiento tiene más coches medioambientales, que tanques la Brunete.
Además están los políticos, últimamente muy concienciadores ellos, que nos conminan a no ser marranos… que si el calentamiento global, que si Greta y el mar de los Sargazos, y tal y Pascual. Entonces te dices; deben estar haciendo las cosas bien. Aunque no terminas de convencerte, porque sigues viendo mierda en las calles. Pero cuando la gente es tan puerca, como lo es por estas latitudes, es difícil mantener la basura a raya, así que resulta comprensible que no den a bastos.
Pero un día, pongamos que ayer, se te caen los palos del sombrajo, cuando ves en las noticias regionales, que en la planta de reciclaje que recoge los residuos de la comarca, falta personal para clasificar los mismos, y que ante ese problema de efectivos, todo lo que te molestaste en clasificar en tu casa, resulta que va al mismo hoyo sin contemplaciones.
Y entonces te entran ganas de pasarte por la Plaza del Polvorista con una motosierra para cortar los putos carteles informativos de metacrilato, y hacer una pira tóxica junto a los vehículos medioambientales, delante de la puta delegación de medio ambiente, y esperar a ver si tienen cojones de salir para decirme que seas solidario y responsable.

viernes, 6 de diciembre de 2019

APUNTES SOBRE LA MANIFA DEL CAMBIO CLIMÁTICO.

Los he extraído de las noticias que iban dando en la radio, en relación con el asunto de los malos humos.
Un tal Macaco, al parecer músico, dijo; “El humano es una plaga y eso es una realidad”. A lo que añado, podría dar ejemplo suicidándose, pues es humano, y si se considera una plaga, sería coherente que se auto erradicarse, él , y de paso, su música.
Una reportera pregunta a un individuo que de dónde es y para qué ha venido. El tipo contesta que es estadounidense, y que ha venido a manifestarse para evitar el cambio climático. Lo mismo, unos ciudadanos chinos y un monje tibetano, qué paradoja. Y digo yo ¿No hubiera sido más coherente que se manifestaran cerca de sus casas, en vez de cruzar en avión el Atlántico o la ruta de la seda, con el aporte de contaminación que conllevan los vuelos en avión?
Había unos que venía de más cerca, de Murcia para más señas. No sé si en tren, en avión o en autobús. Andando seguro que no. ¿Objetivo? Intentar que Greta Thunberg se pusiera una camiseta en la que ponía algo así como “Stop contaminación Mar Menor”. Al parecer, si Greta no se pone la puta camiseta, no se resuelve el problemón del Mar Menor que los propios murcianos han creado.
Y Bardem, cómo no, con su camiseta de diseño con una ballena rampante, para decirnos lo malos que somos contaminando el planeta. Bardem y familia, ejemplo de estilo de vida sostenible donde los haya, igual de sostenible que la industria del cine de la que sacan los dinerales y los clubs sociales que frecuentan.
Unos alemanes, estos del “sindicato del medio ambiente”. No sabía yo que el medio ambiente estaba sindicado. Al parecer esos boches se encargan de defender los intereses económicos, profesionales y sociales del medio ambiente... con dos cojones ecológicos sostenibles.
Y además, toda una suerte de adolescentes pijos “concienciados” con el asunto, mientras dure la manifestación lúdica festiva, concierto incluido, esto es, nos han robado la infancia jugando a la Play, tal y cual, o sea.
Pues eso, un circo de tantos, y yo sintiéndome culpable por tener encendidas dos lámparas y un ordenador portátil.

jueves, 5 de diciembre de 2019



LOS ÚLTIMOS DE CAMPOSOTO.

Estas caricaturas las hice en 1992, cuando trabajaba en una empresa, cuyo nombre me reservo, dedicada a trabajos de topografía e hidrografía. Fue fundada por tres militares, por entonces ya retirados, que estuvieron destinados en el Instituto Hidrográfico de la Marina de Cádiz, dos capitanes de navío y  un coronel de infantería de marina. Los dibujos eran de esos que hacía en la oficina cuando estábamos relajados, para echarnos unas risas sobre las cosas que nos pasaban en el trabajo.
Estos dos dibujos iban sobre un incidente que tuvimos en el polígono de tiro de Camposoto, antes de que la playa homónima se desafectara y pasara a abrirse al público. El levantamiento topográfico que estábamos haciendo, era precisamente para la recalificación del terreno municipal del término de San Fernando.
Por aquellas fechas, finales de septiembre del 92, los del ejército de tierra estaban de prácticas de tiro con artillería. Disparaban desde el Polígono de Experiencias Costa Costilla, sito en Torregorda (T.M. de_San Fernando – Cádiz). Los disparos se realizaban al mar, pero no perpendicularmente a la costa, sino casi paralelos a la playa, impactando a escasos 30 metros de la orilla.
Teníamos que trabajar por la zona, y obviamente, había que programarlo para cuando no hubiera tiro. Fue el coronel retirado, cuyo nombre prefiero omitir, el que se encargó de gestionar el asunto de las fechas y los horarios, poniéndose en contacto con el responsable al mando del polígono de tiro. El coronel se dispersó con sus absurdas divagaciones por las que era tristemente  célebre, y anotó las fechas y las horas de aquella manera. La cuestión es que nos dijo que para el día tal, por la mañana, no había previstas prácticas de tiro, y allá que fuimos.
El equipo de trabajo para esa ocasión, estaba compuesto por uno de los capitanes de navío retirado, cuyo nombre también omito, que tuvo el cargo de subdirector del  referido Instituto Hidrográfico de la Marina. Era un marino de guerra peculiar. Como se mareaba en los barcos, se decantó por la topografía, y era con el que yo solía trabajar cuando se trataba de trabajos en tierra firme, y lo cierto es que formábamos un buen equipo. El otro componente era un auxiliar de topografía que trabajaba con nosotros eventualmente, buen chaval pero algo amilanado y asustadizo. El tercero en discordia era el que suscribe.
El caso es que entramos en la playa con el Nissan Patrol corto, motor Ebro, por el acceso de Camposoto, y nos dirigimos hacia el sur, a la Punta del Boquerón, frente a Sancti Petri. Sobre un bunker que había allí, se estacionó el marino topógrafo con el teodolito para, desde aquel lugar, hacer un traslado de estación a dos puntos que teníamos que señalar, uno a unos 500 metros al norte de su posición, y otro a unos 1000, también al norte.
Mi compañero y yo nos dirigimos con el Nissan hacia esos puntos, para ubicarnos con los prismas sobre los que mediría el topógrafo con el teodolito Leica. El punto que estaba a 500 metros, se encontraba sobre otro bunker al que había que trepar, nada del otro mundo. Pero como dije al principio, mi auxiliar era un poco cagoncete. Que si eso está muy alto, que si me voy a caer, que te subas cojones, que si caes, caes en blando… En fin, lo disuadí y logré que subiera, no sin emplearme a fondo para ayudarle a trepar, pues andaba un poco pasado de peso, aunque con el tiempo y el trabajo duro, se puso hecho un figurín.
A continuación me trasladé con el Nissan, otros 500 metros más al norte, para posicionarme en el otro punto a medir. Una vez me ubiqué, di por el walkie el listo para medir al  topógrafo, y prevení también a mi compañero. En éstas, cuando estaba concentrado en mantener en el centro, el nivel de burbuja del jalón, escuché hacia el norte dos sonidos sordos consecutivos que me resultaron familiares… bum bum… Al poco un silbido muy peculiar… ziiiiiiiuuu… Y continuación dos piques de agua a escasos 80 metros de donde yo estaba. Las columnas se elevaron como 15 metros, pese a que eran proyectiles inertes.
Madrepariós, los pistolos abrieron fuego artillero, el gilipollas del coronel nos metió en una encerrona. Avisé por el walkie al capitán de navío, que no daba crédito. Que si eso cómo va a ser, que si el coronel la ha vuelto a cagar, que si cochino el último, a salir por patas. Mi compañero, que estaba también a la escucha, se dio por enterado, y saltó sin pensárselo dos veces desde lo alto del búnker al que tanto le costó subir. ¡Corre!¡Corre! ¡Recógeme!  me decía el pobre por el walkie, con voz temblona.
Bum bum… ziiiiiiuuu… otras dos andanadas. Pardiez. La cosa se ponía divertida. Me subí al Nissan, y fui a por mi compañero y a por el capitán de navío para sacarlos de allí, aunque donde estaban era más seguro estar, que donde estaba yo. Una vez a bordo del vehículo, tiramos hacia el norte, único lugar por el que podíamos salir, pues al sur, el Caño de Sancti Petri nos cortaba el paso. Bum bum… ziiiiiiuuuu… Me cago en la leche decía el capitán de navío, mientras mi compi balbuceaba algo así como, no no no…
Debo reconocer que aquella situación me divertía, a fin de cuentas, estaba hasta los cojones de hacer ejercicios tácticos con fuego real cuando pasé por el TEAR. Pero el caso era, que los pistolos del ET no estaban al tanto de nuestra presencia, ni tenían visión directa sobre nosotros, pues estábamos al otro lado de las dunas. Nos podían haber cepillado si se hubieran desviado un par de grados hacia tierra.
Por suerte, salimos de allí sin mayores problemas. Paramos junto al puesto de mando de las instalaciones, para ver qué cojones había pasado. Después, cuando llegamos a nuestra oficina en Cádiz, el capitán de navío se encerró en su despacho con su socio el coronel, y a partir de ahí gritos, carpetazos, cago en Neptuno y su descendencia, eres gilipollas Carlitos, etc...
El resto de los integrantes de la oficina técnica nos desternillamos de risa, a la vez que di buena cuenta de lo sucedido con las caricaturas. En la del Nissan, el capitán de navío X de copiloto, el pobre de mi compañero con carita de espanto, y el que suscribe, conduciendo. Lo del destrozo del coche, evidentemente, una exageración, aunque pudo haber pasado en cierta manera.
En la otra caricatura, otra situación kafkiana en la que incorporé la cabeza del coronel volando por los aires, aunque él no estuvo en el escenario de los hechos. El que corre al fondo es el capitán de navío con su trípode, y los otros dos… pues eso.


martes, 3 de diciembre de 2019


HIPÓCRITAS CLIMÁTICOS.

Me hastía el asunto. Me exaspera tanta sobreactuación, tanto histrionismo, solo de cara a la galería. Me resultan de lo más frívolas estas “cumbres climáticas” promovidas por personajes que viven por encima de lo sostenible. Y las reivindicaciones de una sociedad hipócrita, que grita en las calles histriónicamente, mientras sostienen una botella de plástico en la mano, para refrescar el gaznate.
A ver qué cojones me van a inculcar personas como Nancy Pelosi, que llega a Madrid con una escolta de 24 vehículos, una señora,  que será muy anti Trump, pero que ha hecho fortuna invirtiendo en las petroleras. Qué me va a enseñar la Baronesa Thyssen sobre vida sostenible. O el caradura de Sánchez, que se va a los conciertos estivales en Falcon.
Qué me va a contar el comprometido activista Pablo Iglesias, que se jactaba de vivir en Vallecas, y ahora precisa de 2.352 m2 de parcela, y una casa de 268 m2 con piscina, enclavados en un paraje natural.
Qué me van a explicar todos esos personajes del deporte y de la “cultura” que salen en los eco-spots, echándonos una bronca por lo mal que lo estamos haciendo, cuando ellos viven de las industrias que los esponsorizan -que en su mayoría fabrican en China- y no les falta un perejil en su estilo de vida.
A ver si igualan lo nuestro. Y no lo hago porque me considere un gurú del ecologismo, pues mi cuota de culpabilidad la tengo más que asumida y no voy por la vida dando lecciones, aunque esto lo parezca.
A ver si en sus casas por las noches tienen encendidos exactamente, dos luces de bajo consumo, un ordenador y una tv, aparte del frigorífico. El ordenador no siempre está encendido, pues lo reemplazo por un libro. A ver si no encienden la calefacción en invierno y tiran de mantas. A ver si no disponen de aire acondicionado en verano, en una de las zonas más tórridas del país.
A ver desde cuándo no viajan en avión. Yo hace 10 años, y las veces que viajé, mayormente por trabajo. Jamás he hecho un crucero, ni pienso hacerlo aunque pudiera, porque odio los hoteles aunque floten. A ver qué chef de estos que ahora se las dan de ecolo-cocinillas, se las apañan para hacer, como hace Lobita, tortillitas de camarones sin camarones, si aprovechan las sobras sistemáticamente.
A ver cuántos de estos bocachanclas recorren 100 metros a pie para tirar los plásticos en el contenedor correspondiente, y de paso, recogen la mierda que tiran vecinos insolidarios ¿La baronesa Thyssen?
Las naranjas las exprimimos a mano, no nos hace falta un exprimidor eléctrico, ni fabricar una bicicleta exprimidora de cítricos, como la que han expuesto en la cumbre. Y ya que hablamos de bicicleta, la mía tiene 17 años.
Mi “nuevo” celular tiene dos años. Un amigo lo tenía arrumbado en un cajón y me lo pasó, y yo le he devuelto la utilidad durante el tiempo que me dejen las putas actualizaciones o la batería. El anterior, también de segunda mano, me duró 5 años, pese a las bromas de quienes me decían que cambiara de celular, porque no podía visualizar no sé qué video o emotipollas.
A ver quiénes de estos concienciadores nos iguala ¿Los colegas de Greta Thumberg quizá?
Podría seguir, pero no voy a gastar más recursos. Solo decir que si los promotores de la cumbre tienen que hacer algo, que lo hagan por videoconferencia, y que se apliquen el cuento. Queda muy enfático echarle la culpa a la humanidad, como si quienes nos conminan a cambiar de estilo de vida, fueran de otro planeta y se alimentaran de dióxido de carbono, para reconvertirlo en oxígeno.
Me cabrea que derrochen recursos en una cumbre de opereta, pudiendo emplearse de modo más efectivo. Me raya que Madrid se pinte con luces verdes como “un guiño a la naturaleza”  a costa de gastar energía y contaminar la oscuridad de la noche, en vez de cambiar hormigón armado, por arboleda y jardines.  
Que os den, hipócritas climáticos, y si las cosas se ponen jodidas para la humanidad y para otras especies, que se adapten o que se mueran, incluido yo. A fin de cuentas siempre ha sido una de las reglas fundamentales de la dinámica universal, adaptarse o morir, y si la humanidad no es capaz de hacerlo, sobramos en el juego.