No os
confundáis. Que sea crítico con el gobierno de turno, no me convierte en uno de
los vuestros. Aquí el menda no cree en dioses, ni precisa de líderes, ni es
forofo de ningún equipo, de hecho, hace tiempo que me la sudan las banderas de
toda índole. Soy un verso libre,
eso que tanto incomoda. Los rediles y los pastores no van conmigo.
Lo digo, para
no decepcionar a los ilusos, ni crear expectativas para los que, confundidos,
me toman por aliado o por enemigo. Me vanaglorio desde hace tiempo, de
disfrutar de un horizonte más amplio y despejado, como el de los mares
abiertos. Los charquitos confinados de aguas putrefactas no me interesan. Sin
acritud.
viernes, 26 de abril de 2024
NO OS CONFUNDÁIS.
martes, 23 de abril de 2024
INCOMPETENTES HASTA PARA PONER UN CARTEL.
Cádiz, Fuerte de la Cortadura en
la playa homónima. Construido en la primera década del siglo XIX.
Ahora centrémonos en el
cartelito. A priori, tiene su utilidad, pues informa sobre cómo proceder en
caso de verse atrapado por las corrientes que generan las resacas. Hasta ahí
bien.
El problema se plantea por
partida doble por el sitio en el que lo han emplazado. Primero, aunque no sea
lo más importante, por qué se les ha ocurrido colocarlo justo delante del
fuerte, a un par de metros del mismo, destrozando la composición fotográfica,
artística, visual, o como quieran llamarlo, habiendo kilómetros de playa para clavar
el puñetero cartelito. Puede ser que algunos tengan la sensibilidad artística
en el callejón del viento y les parezca una tontería lo que estoy planteando,
en cuyo caso paso al punto segundo.
Si os fijáis, el cartel está
emplazado en un lugar en el que con marea alta, cubre el agua cuanto menos por
la cintura de un adulto y rompen las olas, es decir, que el cartelito va a
durar ahí lo que una pompa de Mistol en una plancha. De hecho, ya está
inclinándose. Es decir, que el cartelito
que está financiado con dinero público, acabará a la deriva o enterrado. Además,
con la marea alta nadie se va a poner a leer el cartelito, porque justo en ese
lugar se forman rebufos y rompen las olas, pudiendo poner en apuros a los de
secano. De hecho, hace años tuve que sacar a un crío que casi la diña pese a
haber poco más de un metro de agua.
Es el único cartel de este tipo
que he visto en la zona. Y digo yo ¿No hubiera sido más útil colocarlo junto al
acceso a la playa, donde se colocan el resto de los carteles informativos?
En fin, no sé si ha sido cosa del
encargadillo de turno de las cosas de la playa, del concejal de marras o de
quien sea, pero el que haya tenido la ocurrencia es para meterle el palo del
cartel por la parte alícuota, al menos el dinero público serviría de escarnio
para los incompetentes.
sábado, 13 de abril de 2024
HUMOR INTELIGENTE
Se apellida Broncano. No tenía el gusto de conocerle, y en vista de que está en la palestra por un acuerdo millonario con la televisión pública al servicio de una parte de los españoles, los buenos, decidí indagar sobre el sujeto.
Cliqué al tuntún en uno de los videos de una de sus
intervenciones y quedé prendido por su desparpajo y su humor inteligente. Dio a
elegir a los invitados a su programa, entre contar cuántas veces habían follado
en el último mes, o cuánto dinero tenían en el banco. Oye, qué risa, que finura
de humor, ni los Monty Python. Un humor tan fino como si a alguien se le
ocurriera preguntarle al humorista, tú cómo te apellidas, y al responder
Broncano, el otro le dijese, pues me la coges con la mano… un humor fino de
cojones.
Por eso entiendo el empeño que ponen en RTVE para
contratarlo. Ese talento no está pagado ni con los 29 millones de euros puestos
en juego, home por dio. Hay que dar a todos los españoles de bien, por supuesto
de izquierdas, la oportunidad de acercarles ese humor tan refinado.
Por otra parte, es vital que entre en escena para minimizar
los efectos perniciosos de un tal Pablo Motos, ese que si lo pintas de verde
parece un leprechaun irlandés, considerado por los buenos, enemigo público
número uno del pueblo español al servicio de la fachosfera. Ese dispendio está
muchísimo más justificado que comprar lanchitas para que la Guardia Civil combata
al narcotráfico, con lo agradecida que es la coca para el mundillo de la
farándula. Además, la de Broncano sí que es una profesión de riesgo. Joder, por
algo está en la resistencia.
Pero ahí están los de la fachosfera, intentando boicotear al
pobre chaval, humorista donde los haya, el ayatola del monólogo, Broncano el
resistente. Además, el pobre tiene que dar de comer a su familia numerosa, y
para eso está el dinero público, para que esta gente pueda vivir dignamente,
aunque eso sí, prestando abnegado servicio al gobierno del pueblo y el amado
líder, que hacen todo lo posible para que seamos felices a base de humor
inteligente y así, combatir la depresión, siempre que no formes parte del lado
oscuro, la fachosfera. Ardo en deseos de ver el programa, es más, en la
declaración de Hacienda voy a marcar la casilla David Broncano. Que les den a
la iglesia y a las ONGs.
viernes, 12 de abril de 2024
NADAR EN PISCINA.
Me refiero a las olímpicas de un polideportivo, con sus calles señalizadas y demás. A veces están tranquilas, y con suerte tienes una calle para ti solo, o como mucho, compartida con otra persona. Pero otras… Todo depende de con quién te topes, y en ese sentido los tengo clasificados. Dejando a un lado a las personas solidarias, en el sentido de que saben adaptarse a los demás con independencia de que naden mejor o peor, tenemos a estos otros:
Los torpederas. Suelen competir en eventos amateurs
tipo XXI Triatlón Mariana de las
Peinetas, o Las Cincuenta Mil Yardas Legionarias, y van a entrenarse a la
piscina haciendo series de infarto. Más vale apartarse de su trayectoria porque
son como los Guardias Reales de la corona británica, no se detienen ante nada
ni ante nadie. Arrollan al que pillen, o lo que pillen, incluidas las paredes
de la piscina.
Los espumitas. Son los que se creen que nadan de la hostia,
pero nada más lejos de eso. Suelen ejecutar uno o dos largos a toda pastilla,
levantando un aguaje del carajo jodiendo la dinámica de los demás para, poco
después, detenerse en el otro extremo de la piscina a coger resuello porque les
mata la asfixia. Hace unos días me adelantó uno subestimando la cadencia de mi
brazada, y casi se ahogó a mitad de piscina. A penas me rebasó, se detuvo
porque metió una tragantá de agua clorada y por poco no me tocó hacerle el boca
a boca, con lo feo que era el cabronazo.
Los batracios. Me refiero a los que nadan como las ranas o
los sapos, abriendo brazos y piernas hasta el extremo de que alguno me ha
pegado un manotazo, aun yendo por la calle contraria balizada. A estos sujetos
les falta ancho de calle para nadar.
Los moscas cojoneras. El problema no es que naden lento y
mal. El problema surge cuando los alcanzas en un extremo de la piscina, o estás
apunto de ello, porque vas sobradamente más rápido, y en vez de cederte el paso
-que es lo que hago yo cuando me alcanza alguien que lleva un ritmo más fuerte
que el mío- empiezan el nuevo largo, obligándote a rebasarlos apenas has
comenzado el tuyo. Cuando no hay nadie más en la calle, puedes intentar
rebasarlos salvo que abarquen todo el ancho de la calle, que esa es otra, pero
la cosa se complica aún más si hay más personas en la misma calle, lo que te
obliga a ir a paso de tortuga tras ellos, hasta que tienes ocasión de
rebasarlos.
Finalmente tenemos a los submarinos. Ahí es donde me
encuadro yo. No debe haber muchos, o al menos hasta hoy no me he cruzado con
ninguno. Yo no soy Mark Spitz nadando, pero llevo un ritmo superior a la media
de lo que frecuenta la piscina, si no en velocidad, sí en resistencia, porque
me hago 40 largos (2000m) sin detenerme. Todo va bien cuando coincido con
personas que respetan las normas no escritas, lo malo es cuando confluyen
varios especímenes de los descritos anteriormente, y se montan las tanganas
piscineras. Es entonces cuando me meto a profundidad de periscopio y empiezo a
rebasar gente por debajo, sembrando el desconcierto, o en el caso de Lobita cuando
coincide conmigo, provocando el descojone.
No es muy ortodoxo, pero si no, de qué otro modo rebaso a la
mosca cojonera y al batracio de turno, mientras evito a la torpedera que viene
de frente y al espumitas que agoniza en superficie.
PIRATILLAS INFORMÁTICOS.
En el edificio tengo fichados a los estudiantes, y a algún
listillo o listilla, o tal vez listille, le ha dado por engancharse a mi señal Wifi,
pese a las contraseñas y la madre que las parió. Tengo identificadas las
correspondientes IP y MAC pero mi rúter no permite bloquear a los intrusos, con
todo, tengo un arma infalible, la guerra psicológica.
Por regla general, esta generación de listillos, no suelen ser muy resilientes
ante los imprevistos y tienden a frustrarse con rapidez cuando no alcanzan sus
propósitos con inmediatez. Es más, pueden acabar padeciendo una crisis de
ansiedad. Dependen desesperadamente de las redes sociales, de los juegos
on-line y casi todo lo gestionan exclusivamente por internet. No lavan la ropa
por internet, porque no pueden, o lo mismo sí.
Yo en cambio soy paciente, resiliente, no dependo de las redes y puedo pasar
horas, incluso días, sin recurrir a ellas. Así que lo que hago para combatir a
los listillos que se conectan a mi red Wifi, es sumirlos en la incertidumbre,
otro factor que no toleran. Para ello desconecto mi rúter aleatoriamente,
cuando detecto a los intrusos, y cuando no hay ninguno en línea. A veces por un
rato, otras durante horas, que para ellos pueden ser interminables.
Con ello, al que esté pirateándome la señal para jugar a “Calla Duty que te
mato” lo puedo dejar con el culo al aire en plena emboscada, o puedo joderle la
copa al que esté enfrascado con la Champiñón Ligue de los cojones. Y ya no digo
al consumidor de porno, cuando frustre su acto onanista en pleno éxtasis. Esa
incertidumbre, seguro que les genera ansiedad, y cuando se lleven un par de
disgustos /cortes de red, seguro que acaban desistiendo y se buscan a otro
proveedor al que piratear, de hecho, ya hay uno que no ha vuelto a dar señales
de IP.
No estaré muy puesto en nuevas tecnologías, pero en guerra de guerrillas, estos
mamarrachos titulados no me ganan. Como decía Ho Chi Minh, por cada diez de los
nuestros que liquidéis, nosotros liquidaremos a uno de los vuestros, y al
final, vosotros os cansaréis antes. ¿A quién le jodo la partida ahora?
Tic,tac,tic,tac…
domingo, 7 de abril de 2024
NO REPOBLACIÓN
He aquí otro
ejemplo de sostenibilidad ecológica que te rilas. Se les llena la boca con esa
terminología, me refiero a los gobiernos de turno estatales o autonómicos, y
allá que se lanzan, en este caso, a repoblar la serranía, previo el boato
correspondiente de cara a la galería; colocación del primer esqueje protegido
con malla metálica por el político de turno, con los medios de comunicación
afines dando cuenta del evento, comida de celebración que no falte, y mucho
parné en juego, para que trinquen unos pocos. Después, si te vi no me acuerdo.
En la foto, el
esqueje tiene menos posibilidades de prosperar que un puesto de estampitas
religiosas en la puerta de un burdel, entre otras cosas porque la malla
metálica que tenía que protegerlo, está destrozada por los vándalos y las
inclemencias meteorológicas. Por supuesto, de mantenimiento y vigilancia, cero.
¿Pero por qué
llegan los vándalos a lugares, en teoría, tan remotos? Porque los esquejes
están diseminados en las inmediaciones de las veredas señalizadas por los
mismos organismos (Diputaciones, ministerios de medioambiente, etc.) que animan
a la visita masiva de estos parajes, para sacar rédito económico a costa de lo
que sea, que no suele ser sostenible. A los agentes forestales, ni se les ve,
ni se les espera, es muy cómodo dar vueltas en los 4x4 sostenibles, esperando
la hora del desayuno de dos horas, porque el funcionariado, salvo honrosas
excepciones, se lo monta así de bien. Los únicos que se lo curran de verdad son
los cabreros que se patean la serranía, sosteniendo el entorno con los rebaños
de cabras. Todo es una farsa y un despropósito.
sábado, 6 de abril de 2024
PANELES NO INFORMATIVOS
Éste está en un lugar que no voy
a desvelar, aunque a estas alturas esté más que desvelado por la puta
geolocalización y las campañas publicitarias gubernamentales que animan a
visitar en masa los parajes naturales. Se supone que lo pusieron ahí para
informar sobre las características y la historia de cierto pozo, ubicado en
cierto puerto de montaña, de cierta serranía, pero dado su estado de deterioro,
ya no informa un carajo y aniquila la virginidad estética y medioambiental del
paraje. Mas, el negocio está hecho, alguien se llenó los bolsillos con la
iniciativa, y eso es lo que cuenta para los gobiernos de turno y sus políticas
del “turismo sostenible”.
Paneles no informativos como éste,
están regados por todos los senderos señalizados, destinados al tránsito del ganado
humano. Los senderos que antes se descubrían a base de consultar planos topográficos,
o simplemente, pateando monte a la aventura, con la incertidumbre que
conllevaba, ahora están señalizados físicamente a base de postes, vallas de
madera y carteles, y geolocalizados con sus trackings correspondientes, para
que cualquier animal de comida basura de ciudad pueda transitarlos como si recorriera
un parque temático o un zoo. Y claro, que no falten los paneles informativos
que, con el castigo de las inclemencias y la falta de mantenimiento, acaban
siendo inútiles y molestos por dañar el paisaje.
Pero como he dicho antes, con la
monserga del “turismo sostenible” alguien se llena los bolsillos con dinero
público, convirtiendo los parajes naturales en parques temáticos y en
estercoleros. Parajes que antaño conocí vírgenes, hoy día se degradan sin
remisión, y es que no se da valor a lo que se consigue sin esfuerzo.
lunes, 1 de abril de 2024
LEGALIZAR PARA CONTROLAR
Legalizan el
consumo de cannabis en Alemania, dicen que para evitar el tráfico de drogas.
Será más bien para que trinquen del pastel los gobiernos de turno aplicando los
impuestos correspondientes, como sucede con el tabaco y el alcohol. Además, los
gobiernos prefieren a la población emporrada, y si lo combinan con los
ansiolíticos, mejor que mejor. Si tienen las neuronas dispersas, perdiéndolas
sistemáticamente durante el proceso hasta quedar atontaos sin remisión, es más
fácil tener al populacho controlado. Nos quieren emporrados y con pollazepán en
vena, nos quieren agilipollados, metiéndonos dosis de felicidad artificial
entre depresión y depresión. Me incluyo, pero no me incluyo, porque por lo que
a mí respecta se va a dopar un romano. De hecho, hace poco quisieron tratarme
un tirón en los lumbares tomando Diazepán pero me negué, resolviendo la
situación mecánicamente mediante estiramientos. Los médicos recetan
pollazepanes como si fueran caramelos.
En fin, para
muchos les parecerá una decisión “progresista” allá cada cual, yo prefiero
tener la mente despejada, los pulmones sanos y ser yo en esencia natural, no un
guiñapo en babia con los instintos adormilados, expuesto a ser manipulado y
comido por los pies sin morir matando.
Pobres diablos
de la Puerta de Brandeburgo, celebrando su propia autodestrucción, con la
mirada perdida hacia un mundo feliz imaginario que se desmorona como el mismo
muro de la capital homónima, a poco que cesen los efectos del humo espirituoso.
Pobres idiotas de solemnidad.