martes, 27 de junio de 2023

SENSIBLES HACIA SÍ MISMOS.

Suele confundirse la sensibilidad con el egoísmo, que va de la mano de la cobardía o la ausencia encubierta o mal disimulada de empatía hacia los demás. No me las estoy dando de filósofo de andar por casa, ni de coach abrazafarolas. Es una mera observación.
Las clásicas personas que dicen, uy yo no puedo con esto porque soy muy sensible (y aquí llega el matiz que no se reconoce) hacia mí misma. 
Hay personas sensibles, que lo pasan mal en determinadas situaciones, pero que a pesar de todo cumplen la obligación que deberíamos marcarnos en determinadas situaciones como seres sociales que somos. Eso las hace más grandes que quienes cumplen con el mismo propósito sin ser particularmente sensibles, o aparentemente más frías.
Algo parecido sucede entre las personas que afrontan el miedo, los valientes y los cobardes. Las personas que afrontan el miedo son más meritorias que quienes carecen de miedo, pues estas últimas están liberadas del trabajo de tener que superarlo. En cambio, los cobardes/sensibles hacia sí mismos, por la parte que me toca, no gozan de mí aprecio, si quiera de mi desprecio.

viernes, 23 de junio de 2023

LOS TITANES Y LOS POBRES MORTALES.

Quizá no sea bueno turbar la paz de los muertos. El Titanic es un camposanto bajo el océano, como tantos otros pecios, pero los ricos se han empeñado en profanarlo sin pudor y han pagado cara su osadía. Aunque será más bien cosa de la presión, las corrientes y la prepotencia de los seres humanos, empeñados en creernos titanes cuando somos pobres mortales.
Eso sí, no han escatimado en medios privados y gubernamentales para localizar el batiscafo mal parado. Cuando se trata de ricachones, no hay medida. En cambio, no veo el mismo empeño en buscar, por poner un ejemplo reciente, a los pobres desgraciados que embarcaron en una patera rumbo a ninguna parte, pues zozobraron frente al Shara en aguas, qué mala pata, jurisdiccionales “solapadas”. En definitiva, no fueron rescatados a tiempo por cuatro trazos sobre una carta de navegación y el concepto de solape y jurisdicción SAR, igualito que frente a Terranova…
Los ricachones al menos tendrán un mausoleo a la altura de sus posibilidades, el mismísimo Titanic y lo que haya quedado del Titán reducido a la mínima expresión, y figurarán en los libros de historia con nombres y apellidos, no como los 30.000 finados anónimos engullidos por el Mediterráneo y el Atlántico. Que la mar les sea leve, sobre todo a estos últimos.

miércoles, 21 de junio de 2023

EL PACIENTE DE LA 213

Se llamaba Dionisio, el paciente de la 213 de la décima planta, ala norte. Quería morirse y lo consiguió. A diferencia de los días pasados hasta ayer mismo, la 213 permanece vacía, desinfectada y en sepulcral silencio.
Dionisio, al que no nos presentaron, se hacía notar por su desesperación. Quería morirse, que lo dejarán en paz, que le dieran algo.
Hacen gala en los hospitales de la protección de datos personales, pero en la planta conocimos su nombre. Supimos también que llevó una vida desordenada, y sobre todo, que quería morirse. Algo muy chungo en el colon, mucho dolor, y los del hospital empeñados en resucitarlo para prolongar el sufrimiento innecesariamente.
Ayer mismo por la mañana lo resucitaron de un paro cardíaco. Por la tarde, cuando se quitó el oxígeno le recriminaron el acto; "no te lo quites Dionisio, que te vas a morir". El hombre de pasado desordenado se lamentó amargamente; "e lo que quiero, darme argo me quiero morí". Desde la habitación en la que me encontraba, ejerciendo de acompañante, pude ver sus pantorrillas finas y blancas como dos cerillos.
Ya me lo adelantó mi amada cuando le hice el relevo, que esta mañana vio esas pantorrillas ya inertes; Dionisio se fue al patio de los callaos. Lo constaté esta tarde cuando llegué y vi la 213 abierta de par en par, vacía y en silencio sepulcral.
Al fondo del pasillo, orientación oeste, del ala norte de la décima, centelleaba el océano tras los barrotes de la escalera de evacuación. Supongo que Dionisio saldría por ahí, atravesando los barrotes gracias a la supuesta capacidad que tienen, no sé si los espíritus o las almas en pena, de atravesar lo material, dirigiéndose hacia el océano infinito. Que la mar te sea leve Dionisio, el de la 213, el de pasado desordenado, quien sea que fueras.
 
NOTA: He cambiado el nombre de la persona y los datos de la habitación y la planta donde se alojaba, para respetar su anonimato, pero se trata de una experiencia real como la vida y la muerte misma.

martes, 13 de junio de 2023

NÁUFRAGOS 5.0

Tras un naufragio en mitad de un temporal, uno de los botes a la deriva se separa del resto y queda aislado en medio del océano. Cuando se abre el cielo y llega la calma, los ocupantes del bote proceden a hacer una evaluación de la situación, por iniciativa del ocupante más veterano.

-   A ver, vamos a empezar por decir a qué nos dedicamos cada uno para determinar sus habilidades y aplicarlas a esta coyuntura – Dijo el más viejo.

-   ¿Quién es coyuntura? Preguntó un chaval pelado a lo Neymar, y para colmo, con trazas de tiña – Empezamos bien, pensó el veterano.

-   Yo soy gamer experto en Play Station con aspiraciones a Outfluencers – Dijo el devorador de hamburguesas.

-   Yo, coach personal especialista en interiorismo y buen rollito – Dijo otra.

-   Yo soy bloguera bodeguera y podcaster a tiempo parcial- Dijo la amiga de la anterior.

-   Yo soy vegane radical, tengo 20 gates en casa y odio a los humanos.

-   Yo soy conspiranóico profesional y esto que nos ha pasado es culpa de los chemtrail- (Qué más da quien lo dijera, tijera.)

El veterano se quedó pensando un rato en silencio, con la mirada puesta en el sol naciente que despuntaba por el horizonte por el que se perdían las últimas formaciones nubosas del temporal. En el interior de su ser deseó que regresara la galerna para que terminara su trabajo mandando a pique el bote. Por fin se arrancó a hablar y dijo:

-   Tengo sesenta años, hice el servicio militar en infantería de marina, he trabajado en mil cosas y me he reinventado por cojones otras tantas. La brújula, el lanzador de bengalas, el cuchillo de supervivencia y los conocimientos para manejar la situación los tengo yo. Cada uno de vosotros es un lastre, así que todos, todas y todes excepto el más rollizo, vais a saltar por la borda mirando a Cuenca sin chistar.

Una vez saltaron todos salvo el más rollizo, éste preguntó:

-   Por qué me has dejado a bordo ¿A caso quieres que te explique trucos para ganar en Súper Mario Bros?

A lo que el veterano respondió:

-   ¿Conoces los casos de supervivencia extrema de la Balsa de la Meduse o del accidente aéreo de los Andes?

 

domingo, 11 de junio de 2023

REFLEXIONES SOBRE UNA SOCIEDAD EN DECADENCIA. EL RIDÍCULO Y EL RESPETO.

Corren tiempos en los que la sociedad ha perdido el sentido del ridículo superando el umbral de lo grotesco, y cuando esto sucede, esas personas suelen ser objeto de la pérdida del respeto por parte del resto de la sociedad, y por sí mismas. A continuación, llegan los traumas por el rechazo.
Ya sé, todo el mundo tiene derecho a hacer el ridículo hasta el umbral de lo grotesco, y no pondré ejemplos para no herir sensibilidades, incluso todo el mundo tiene derecho a nadar en una piscina infectada de tiburones hambrientos, pero con toda probabilidad la piscina se teñirá de rojo. En cualquier caso, allá cada cual y las reclamaciones al maestro armero.

sábado, 10 de junio de 2023

LA VIDA Y EL PARCHÍS.

 La vida es como jugar al parchís contra mi madre. Si me pongo delante me come. Si me pongo detrás, también. Si se pone delante a tiro de uno, me sale un dos. Si me pongo delante, a ella le sale un uno y me come. Si me sale un seis para quitarme de en medio, me salen dos más y ficha a la casilla de salida…

En cualquier caso, siempre queda la determinación para llegar no sé a dónde. Es una soberana gilipollez lo que acabo de apuntar, pero así abulto, queda muy de libro de autoayuda y creo que se están forrando con eso. Malos tiempos para la lírica.