martes, 17 de mayo de 2022

REFORMAS ESTÉRILES

 Cuando tenga ganas, explicaré las bondades de la "reforma laboral" para el sector del buceo profesional en España, mayoritariamente dependiente de las PIMES, como casi todas las empresas del país. También daré una idea de lo dispuestos que van a estar esos empresarios (y empresarias, que no todos los malos son del género maldito) para contratar buceadoras, que las hay y buenas, a cuenta del invento de los "permisos menstruales". Como resumen diré que salen perdiendo los buceadores asalariados, porque cuando se presiona por arriba, repercute exponencialmente por abajo, y un sector desconocido que apenas llega a los dos mil efectivos, poca presión social puede ejercer. Que se lo pregunten a los hijos de Barrabás de los sindicatos mayoritarios, que de eso, y de mariscadas, entienden mogollón.

En cuanto a las buceadoras profesionales, más de una de estas auténticas guerreras, están por la labor de pegarle en la cara con un escapulario de plomos, a estas de la izquierda cretina, entre otras razones por tratarlas como si fueran el “sexo débil”. Esa super protección impostada y contradictoria que solo busca “hacer historia” a costa de utilizar a las mujeres como ariete en su particular “lucha de clases”, en la que esta izquierda acomodada, que no ha pasado penurias en su corta existencia, está absolutamente desconectada de la realidad social del país.

Quienes estén encantados con la gestión de la gauche cretine, lo están sencillamente porque tienen asegurado por las razones que sea, el puesto o el parné, y están desconectados de otras realidades sociales. Si no, otro gallo les cantaría y lo mismo incluso votaban a la extrema derecha, que cuando falta el pan y los políticos insultan a la inteligencia del pueblo, puede pasar de todo. Incluso que las revoluciones se reviertan en contra de los que las promovieron, porque generalmente acaban en lo mismo, distanciándose de las realidades sociales. Es lo que tiene pasar de vivir en Vallecas a vivir en una urbanización de lujo, y tomar un coche oficial en vez del metro.