lunes, 31 de diciembre de 2012


El trece... Con la fama que tiene este número, no sé si desearos suerte o hacer un conjuro. En todo caso un abrazo y que cuanto menos, el nuevo año nos sea leve.

domingo, 23 de diciembre de 2012


Mantis

Serían las 07:45 local cuando llegué a la puerta del departamento de topografía, aun cerrada. Allí estaba el insecto verde cuyo nombre científico es Mantis religiosa y cuyos “motes” populares son varios…santateresa, cerbatana, taladiós, madre víbora, maríapalito, marigarcía… El caso es que el amigo, porque era macho, estaba allí puntual en la puerta de los de topografía, y pensé que se había ganado el honor de entrar conmigo y ocupar un puestecito en el teclado de un ordenador… y sobre uno lo coloqué.

Pero tengo unos compañeros con demasiados perjuicios y algunos, grandes como torres, salieron corriendo despavoridos ante la presencia de Bartolo… así me dijo que se llamaba. Al grito de pégale un zapatazo a ese bicho asqueroso, algunos me incitaron para que asesinara al pobre insecto, y este me miró preocupado (siguen la mirada girando la cabeza hasta 180º). Lejos de eso, y a la vista de la agresividad de mis compañeros, incitada por el miedo a lo desconocido, me puse a Bartolo sobre el brazo izquierdo y le hablé en dialecto Pawnee, pues nos manejamos bien en ese idioma. Le dije… “pawaná koshy wanapé kauaná”… lo que traducido al castellano es, “Bartolo te voy a sacar de aquí ahora que sale el sol, no sea que estos gilipollas acaben linchándote.”(La conversación fue grabada por Néstor con su I Phone y colgada en el face)

Así que, en vista de que el pobre Bartolo no fue aceptado por la comunidad de los topos, lo saqué al exterior y lo deposité sobre un contenedor de espejos apartado de la oficina, para que se serenara viendo el amanecer. Le hice algunas fotos y antes de marcharse hacia el sol naciente, giró de nuevo la cabeza para decirme... “Mewenápack pawneé, chukiwá kawé né…ná “… Lo que traducido significa… “Eres un gilipollas, hay que ver el miedo que me has hecho pasar, anda que ya te vale…cabrón.”

Tenía razón, debí haberlo puesto directamente sobre ese contenedor y evitarle el contacto con los humanos, que tienden a querer destrozar todo lo que les inspira miedo o recelo… Como para que hubiese sido un extraterrestre en son de paz.
 

 

lunes, 17 de diciembre de 2012






La mirada se pierde, la mente se expande y se diluye en la atmósfera, el corazón se ralentiza y los sentidos se dispersan en el éter, los cinco sentidos, e incluso a veces un sexto. Puestos a desear bien para los demás, desearía que todas las personas pudieran sentirse así con independencia de sus circunstancias, pues lo que más gratifica al ser humano quizá sea la paz interior, esa paz que he intentado describir torpemente.
 Me voy a dejar de tópicos, de bolas navideñas, de copos de nieve, de fechas de calendario señaladas en rojo. Me voy a limitar a desearos, no porque toque, sino porque sí, mis mejores deseos, que no son más que podáis sentiros como me sentía yo cuando me hice la foto. Que la paz interior os inunde y ahogue todos los pesares. Un fuerte abrazo.
JAB

martes, 11 de diciembre de 2012


L I B R E

Ayer me tomé la libertad de sentirme libre. Dejé a mi pequeña Gloria en Granada y al regreso, de manera premeditada, decidí hacer escala en la serranía malagueña, para patear monte en solitario. Hacía tiempo que no me tomaba esa libertad, necesaria para mi espíritu. Cuando me puse a caminar a esto del medio día, noté mi sonrisa boba y cierto cosquilleo en el estómago, similar al que tienen los críos cuando se acercan al salón para comprobar qué les han traído los reyes. Como diría mi querida esposa, allá va el lobillo todo “enlobao”. Aunque ya los huesos no responden igual, y cada vez que daba un salto, retumbaba todo mi ser, aunque constaté que ya no era aquella gacela que saltaba de risco en risco como si nada, a pesar de todo, me sentía pletórico, tanto que casi me olvidé de comer y beber agua.

Me olvidé de todo lo malo, y de lo inútil, solo me acordé de la gente a la que quiero, de mi familia y de mis amigos, me acordé de todos y me sentí egoísta por no compartir esos instantes con ellos, pero quien sepa de qué diablos hablo, comprenderá que determinadas sensaciones no se experimentan del mismo modo si no estás solo. La verdadera sensación de libertad se experimenta en soledad, y quien no tenga capacidad para estar solo nunca entenderá a qué me refiero. Los sentidos se agudizan, se impregnan de sensaciones que en general pasan inadvertidas porque interfieren factores externos. Además, si tienes capacidad para permanecer solo en un entorno en principio hostil, te liberas de los miedos y de las necesidades banales… no hace falta el teléfono, ni el FB, ni la tele, ni el sofá de tu casa, podrías vivir sin el techo cotidiano. No temes al frío, a la oscuridad,  a las alimañas, a los abismos, a la distancia… porque formas parte intrínseca de todo lo que te rodea. De no ser porque mi dulce Lobita estaba inquieta en alguna parte, me habría quedado a hacer noche en cualquiera de las oquedades que la madre naturaleza oculta a los ojos de los profanos.

A esos 1300 m sobre el nivel del mar, harían unos 5ºC de temperatura y soplaba viento moderado del NW, lo que incrementaba la sensación de frío, y aunque mi hernia discal acusaba el embate del gélido aire y la noche empezaba a caer, en mi aforo interno me resistía a abandonar la zona. Antes de iniciar el descenso, decidí tomar unas últimas fotos, y esta fue una de ellas. La vanidad apunto estuvo de costarme la cámara, pues aunque solo usé un tramo de las patas del trípode, una racha de viento lo tumbó y la cámara pegó  un testarazo contra el pétreo suelo. El resistente cuerpo de la EOS 50 absorbió el golpe sin que se dañara ningún mecanismo, demostrándome que hice bien en adquirirla por su comprobada resistencia al polvo, a las salpicaduras… y a los golpes.

Así fue mi día de ayer, corto, pero intenso, seis horas de pateo por un paisaje pétreo del kárstico que me dejaron los huesos molidos, pero la mente despejada, y con el agradable sabor de boca que te deja esa sensación de libertad inexplicable que te confiere autonomía sin límites y te desprovee de miedos y necesidades a las que nos aferramos por puro costumbrismo.

Ayer me tomé la libertad de sentirme libre, y lo mejor de todo, sé que me la podré tomar cada vez que quiera, por tiempo que pase, porque el paso del tiempo no supone barrera para ese anhelo por mayor que te vayas haciendo.

 

miércoles, 5 de diciembre de 2012


LA MAQUINILLA AMPUTADORA

Cada vez que veo una de estas, recuerdo aquel día de hace ya más de diez años. Estaba trabajando en el puerto pesquero de Bonanza, era medio día y el cielo estaba plomizo. Los rederos se empleaban en remendar sus artes y los marineros en arranchar sus embarcaciones. En algunas estaban realizando labores de mantenimiento, y fue en una de ellas en  donde se produjo la tragedia en la que involuntariamente me vi implicado.

Estaba yo a lo mío, a unos 50 metros del cantil del muelle, a la altura del surtidor de gasóleo marino, cuando escuché un griterío y vi a un montón de personas corriendo hacia una de las embarcaciones, pero al tiempo que llegaban, se echaban hacia detrás, algunas tapándose los ojos con las manos.

Me dirigí hacia el lugar, abriéndome paso entre el corro que formaron los que allí estaban, y pude ver en el centro a un hombre que caminaba tambaleándose y sujetándose la mano derecha que chorreaba sangre. Sorprendentemente, ninguno de aquellos curtidos tipos se decidió a acercarse al hombre, quizá impresionados por la escena, así que decidí tomar cartas en el asunto, constatando la gravedad de las lesiones que sufría.

Los dedos índice, medio, anular y meñique de su mano derecha, colgaban semiseccionados a la altura de los nudillos  y chorreaba sangre a más no poder. Le sujeté la mano, se la envolví en un pañuelo y se la mantuve en alto mientras lo recosté en unas redes. La gente miraba sin reaccionar, tipos curtidos por el mar bloqueados ante la visión de la sangre humana, así que tuve que meterle un bocinazo a la peña para que reaccionaran y llamaran a los de emergencias.

Entre tanto llegaban, conversé con el pobre pescador que me preguntaba cómo tenía la mano, porque no se atrevía ni a mirar, a lo que yo le respondía con calma y quitándole importancia al asunto, que no se preocupara, que los dedos podían reimplantarse. Pero yo sabía que no iba a ser posible porque no se trataba de una amputación por un corte limpio, sino por aplastamiento.

Le pregunté que cómo había sucedido, y me contó que estaban montando una de estas maquinillas de arrastre en su pesquero. Obviamente en su estado no pudo darme muchos detalles de lo que sucedió, pero después me enteré de que estaban intentando encajarla en unos pernos con ayuda de una grúa, que  tuvieron problemas y por alguna razón decidieron calzar la maquinilla para soltar los cables y colocarlos de otro modo. Al hacer la operación, el hombre metió la mano debajo para zafar una de las bragas  justo en el instante en el que se soltó uno de los calzos, aprisionando la maquinilla su mano. Finalmente llegó una ambulancia al puerto y se lo llevaron a Sanlúcar de Barrameda donde debido a la gravedad de las heridas fue evacuado en helicóptero hasta el hospital de Jerez.

Al cabo de una semana el hombre regresó y al verme, se acercó a darme las gracias. Como ya supuse, tuvieron que amputarle los cuatro dedos sin posibilidad de reimplante. Le pregunté que qué hacía por el muelle recién intervenido, y me dijo que la mar no espera, que había que comer, y que para comer había que acabar de montar la puta maquinilla… con dos cojones.
 

 

jueves, 22 de noviembre de 2012

VIENTO EN POPA A TODA VELA...

“Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín…”  Así dice la  “Canción del Pirata”  el conocido poema de José de Espronceda.

Aquí  soplaba el viento por popa, pero la maltrecha embarcación distaba de ser un velero bergantín,  teniendo como único trapo un retal de toldo que asomaba por el costado de babor, y ni cortaba la mar ni volaba, tan solo permanecía sobre unos tarugos a la espera de una reparación que parecía no tener pinta de llegar nunca. Alguien debió pensar que no merecía la pena seguir invirtiendo esfuerzo en esas tablas, y tras saborear una lata de Cruz Campo, la tiró al suelo pasándose el ecologismo por debajo de la quilla, y se marchó, dejando al pairo el destino de su embarcación.

Me pregunto cómo habría resultado el poema de José de Espronceda si hubiera tenido que inspirarse entre tanta desolación.
 




Gracias Víctor

Gracias a Víctor, me he enterado de cómo se suben los videos musicales, así que podré combinarlos con mis fotografías o mis reflexiones. Aquí queda esta primera combinación con una fotografía que realicé en el Caño de Sancti Petri.

miércoles, 14 de noviembre de 2012


DOS BOTES

Dos botes, probablemente sin ninguna oportunidad. El bote pequeño, el de pintura, parece que se empleó con la finalidad de dar una oportunidad al bote grande, la embarcación, pero visto el estado de la misma, y comprobando que el bote de pintura no se cerró adecuadamente, se secó su contenido y parece claro que las oportunidades se acabaron para el bote grande y para el pequeño, y si no, las pocas probabilidades que haya acabarán disipándose a medida que pase el tiempo.

 Como veis, negras nubes se ciernen sobre ambos botes, convirtiéndose la composición en una macabra metáfora de lo que nos está pasando a algunos, que somos dos y algunos más, y a medida que va pasando el tiempo, se van acabando  nuestras oportunidades al quedar resecos como el bote de pintura y obsoletos como la embarcación.
 

lunes, 12 de noviembre de 2012



EL DÍA QUE DESCUBRÍ A BOB MARLEY TIRADO EN UN CHARCO

Yo debía tener  quince o dieciséis años, no lo recuerdo exactamente, pero lo que sí recuerdo es que era por la tarde, había llovido recientemente y yo me dirigía hacia la playa de la Victoria, en Cádiz, por la calle Ceuta. Fue en esas cuando vi una casete tirada en el suelo en el borde de un charco, con parte de la cinta por fuera de la carcasa y en contacto con el agua.

La recogí, le eché un vistazo y lo primero que me llamó la atención fue el nombre del grupo, Bob Marley and The Wailers, y el título del álbum, Kaya.  Lo segundo que me llamó la atención fue la almohadilla central, aquella sobre la que se deslizaban las cintas, que era más gruesa de lo habitual y por tanto de más calidad que las que tenían las casetes que por aquel entonces yo tenía, que eran básicamente bandas sonoras de películas de Ennio Morricone o Henry Mancini.

El caso es que pensé, tiene buena pinta, y como aquella era una época en la que comprar cualquier cosa suponía un poder, decidí intentar recuperarla para saber cómo sonaba. La desmonté retirando los tornillos - era la ventaja que tenían las cosas antes, que podían desmontarse con facilidad - sequé la cinta y la enrollé adecuadamente para después volver a montar la carcasa.

El reproductor de casete que tenía era muy simple, nada de radio, nada de estéreo, casete a secas, pero me las había ingeniado para conectarle un par de altavoces de coche y un tercer “bafle” que fabriqué utilizando el cuerpo de una guitarra que nunca aprendí a tocar. Pensé debía ser una buena caja de resonancia, de manera que le abrí un boquete por detrás y le acoplé un altavoz.

El caso es que inserté la casete y Bob Marley and the Wailers empezaron a sonar… Pasó mucho tiempo antes de que supiera cómo era el careto de Bob, de enterarme de que ese tipo de música se llamaba regee y  que esas trenzas que gastaban aquellos tipos se llamaban rastas… Pero su música me conquistó desde el primer momento.

Quizá por las circunstancias en que me tropecé con aquella música, mi álbum preferido de Bob sea Kaya, de hecho, en cuanto tuve mi primer equipo estéreo, una columna Sony que me duró un porrón de años, uno de los primeros vinilos que compré fue Kaya. Quería saber cómo sonaba aquello en un equipo decente, dotado de ecualizador para potenciar aquellos bajos alternados con el treble, y flipé en colores. Fue como si hubiera vivido siempre con cataratas en los ojos y de pronto me hubieran operado quitándome las vendas de los ojos  frente al mar.

Con el tiempo, seguí comprando álbumes de Bob, primero en vinilo, y con la retirada de estos, en CD… y ahí los tengo. La pena es que no conserve aquella cinta, la que rescaté del charco, quizá porque no supe calibrar entonces el simbolismo que podría tener. Debí haber hecho caso al título de mi tema preferido de ese álbum, Time Will Tell… el tiempo dirá. 
(sobre el enlace, botón derecho, abrir en ventana nueva) 
http://www.youtube.com/watch?v=pEy568Ji_ac


 

lunes, 5 de noviembre de 2012


CAE LA TARDE EN PUERTO 3

Cae la tarde y el silencio solo se interrumpe de vez en cuando por el estrépito de la megafonía de la prisión de alta seguridad… ¡Fulano de tal, tiene llamada telefónica!… ¡Fulano de cual, pase por lavandería!

Cae la tarde y se aproxima la hora del recuento... del recuento de terroristas, del recuento de traficantes, del recuento de violadores y asesinos, del recuento de atracadores, de estafadores…del recuento, tal vez de algún inocente, a saber.

Cae la tarde y en breve, tras la temprana cena, se oirá el eco del cerrojazo de las puertas de hierro que aíslan a los presos de los otros presos, para poco después del telediario, dar la orden de apagar las luces.

Cae la tarde y caigo en la cuenta de la suerte que tengo por estar al otro lado de las rejas, con todo el campo por delante para correr, aunque nunca se sabe por cuanto tiempo, pues como dice la canción, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, Ay Dios.

Cae la tarde… cae la tarde en Puerto 3.

 

domingo, 4 de noviembre de 2012


Hermanas... mi primer conflicto con la Iglesia

Mi primer conflicto con la iglesia lo tuve a los 4 años, que se dice pronto. Según me contó mi madre, acabábamos de llegar de Alemania donde mi padre estuvo destinado durante ese periodo como traductor técnico de alemán, en la conocida marca de electrodomésticos AEG. Al poco de nacer yo, me llevaron a Frankfurt del Main donde viví plácidamente rodeado de boches escarmentados, tras la paliza que les dieron los aliados apenas diecisiete años atrás, postguerra que Alemania aprovechó bien para progresar y levantar cabeza como es debido y no como hemos hecho en este país de resentidos.

El caso es que a mis cuatro años estaba acostumbrado a ir a las guarderías alemanas, los kindergarten como se llaman allí, donde, tras la traumática experiencia del nazismo, esto de la educación infantil se tomaba de manera más serena, y jugar con los juguetes que dispensaban era común y vital para el desarrollo emocional de los peques a los que antaño hacían marcar el paso de la oca.
Pero amigo, llegó la hora de volver a España allá por el 66 y tuve que cambiar el kindergarten y a la afable y rolliza de rubias trenzas frau Churren, por el colegio de las Esclavas de Cádiz, regidas por unas señoras muy serias ataviadas de cofia y un imponente crucifijo en el pecho que se hacían llamar hermanas.

Cuando entré en aquel espartano parvulario cristiano, lo primero que hice fue echar mano de los pocos juguetes que había, custodiados bajo la ferra mirada de un señor que figuraba en un cuadro y al que llamaban Franco, cuando, hay sorpresa, una monja al parecer con muy malas pulgas, me impidió jugar con ellos. Así que, ni corto ni perezoso, Arroyito, hablando más en alemán que en el español de un niño de cuatro años, se plantó ante Sor no sé quién arreglándoselas para decirle que los juguetes eran para jugar, montando el dos de mayo hasta el extremo de que se lo dijeron a mi madre, tachándome poco menos que de subversivo.

Mi madre, joven viajada y abierta a aquella Europa libre y progresista que marcaba distancias con esta España nuestra, no pudo más que sonreír y decirle con tacto a las monjitas, que mi reacción era lógica, dado que yo procedía de un lugar en el que la educación se regía por otras normas, precisamente las que han determinado que Alemania esté a la cabeza de Europa y nosotros vayamos de puto culo, aunque de eso no tengan la culpa solo las monjitas.
A veces pienso que debieron dejarme en Alemania con frau Churren, sobre todo cuando veo el panorama que tenemos aquí…

Nota: la tal frau Churren, no se llamaba así, pero tenía que llamarla de alguna manera porque obviamente no recuerdo su nombre.
 

 

sábado, 3 de noviembre de 2012


MARCEL SALIÓ A COMPRAR TABACO

Marcel debía estar demasiado aburrido  confinado en ese pétreo receptáculo, por muchas flores que le llevasen de vez en cuando. Así que arrancó la puerta y tiró de sus huesos para ir a comprar tabaco al estanco de la plaza Jeanne d´Albret en Salies de Béarn.

Bon soir Jean Claud, donne vu un paquet de Celtas recotés sin filtro del otre coté de la frontiere… dijo dirigiéndose al estanquero.

Pero Jean Claud, como que no se dio por aludido. Así que Marcel volvió a repetir la frase sustituyendo el nombre de Jean Claud por un “ tú, estanquero cabrón”… Pero nada.

Marcel cayó en la cuenta… era un difunto y la única manera de que el estanquero notase su presencia era provocando esa sensación de corriente de aire frío que dicen que se produce cuando el espíritu de un difunto pasa junto a los que aun seguimos disfrutando de un corazón palpitante. Pero en el puñetero Salies de Béarn hay tanta humedad, que el frío que irradiaba el pobre Marcel, como que no se hacía notar, y el jodido Jean Claud seguía sin percatarse de que su difunto ex cliente estaba allí.

 Además… ¿con qué pensaba pagar Marcel? Los muertos se van  al hoyo sin dinero porque es  de lo primero que se ocupan sus herederos, de quitarles el dinero y los bienes como aves de rapiña.

En vista de que Jean no se percataba de la presencia de Marcel y de que no tenía claro cómo iba a pagarle, decidió intentar coger, no ya el paquete, sino un par de cartones de tabaco que se convirtieron en invisibles para los mortales en cuanto los tocó. Gratamente sorprendido, descubrió que podía coger cuanto desease y llevárselo a su espectro sin que nadie lo notase.  Invisiblemente satisfecho, salió por la puerta mientras escuchó exclamar a Jean Claud decir…  ¡¡¡Mérde…  qui sa ouvlié de fermé la porte¡¡¡

Marcel caminaba con sus cartones de tabaco por la rue de Saint – Martín de vuelta al cimitiere para regresar a su boquete, pero pensó que si podía coger tabaco, lo mismo podía tomarse un mojito en la Habana, total, tenía toda la eternidad para llegar hasta allí, así que el difunto decidió no volver a su sepulcro y se marchó a Cuba.

Al día siguiente Gerard, el sepulturero, se encontró con la faenita de la puerta caída en el panteón de Marcel, y pensó… Otra vez los gamberros perturbando la paz de los muertos… mon Dieu.

Lo que no sospechaba Gerard  es que el que se la había cargado  había sido el difunto Marcel,  que a esas horas estaba en el Tropicana bailando un guaguancó con una tremenda mulata difunta, con el cuerpo incorrupto por el vudú.

 Cuando me muera quiero ser como Marcel…

jueves, 1 de noviembre de 2012


LOS MUERTOS Y HALLOWEEN


En Madrid, para algunas personas el Halloween ha pasado a convertirse trágicamente en un día de difuntos… qué paradoja. El problema es que las fiestas se han estandarizado, como tantas cosas y tantos comportamientos. Una fiesta de Halloween ya no se diferencia de una de Fin de Año, o de una Navidad, o de un botellón de fin de semana. La premisa es pillarse un pedo, algo a lo que hoy día llaman “divertirse”, y montar un follón, ya sea tirando petardos en un lugar cerrado, o montando gresca en la puerta de un local, como ha sucedido en Marbella, también con el Halloween.

En el fondo es una maniobra bien orquestada por parte de los que buscan una oportunidad de negocio, basados en modelos que vienen del exterior, y el exterior normalmente son los Estados Unidos de América, con su mejor maquinaria propagandística, Hollywood… Hallo…Holly… Wood… ween… y como zombis, muchos acaban abducidos y entran en la dinámica.

Entre tanto, la esencia de cada tradición, con independencia de que gusten más unas que otras, se va al carajo, de manera que también se va al carajo la idiosincrasia de cada lugar, y al igual que las fiestas, los comportamientos también se estandarizan, la gente se aborrega y pasa lo que pasa, que cuando alguien escribe algo que desentona con lo que “opina” la “mayoría” le saltan a la yugular…achtung¡¡¡ achtung¡¡¡ verlorenen schafen ¡¡¡

 

Personalmente no me gusta eso de llevar flores a un cementerio, pero puedo entender que los creyentes, y no tan creyentes quieran mantener vivo el recuerdo de sus seres queridos depositando unas flores, del mismo modo que se levantan monumentos en memoria de las víctimas de un atentado, un accidente o una guerra. Además, lo de los difuntos es del cementerio para dentro, los muertos siguen en paz, y los que no comulgan con la celebración también, porque ni se enteran de lo que está pasando. Por otra parte no está demás que los vendedores de flores tengan también vidilla, y que por una vez, el negocio no sea solo para las grandes superficies.

Pero con el Halloween, te tienes que tragar la gracia del petardazo en el portal, que aporreen la puerta de tu casa cada dos por tres para el puto truco o trato, y tienes que andar con cuatro ojos cuando pasas con el coche por alguno de estos lugares de celebración para no llevarte por delante a algún julayguay hasta las cejas de priva. Está bien que cada cual se divierta como le salga, pero que no metan por los ojos su peculiar forma de divertirse a los que pasamos de Halloween y de los santos difuntos.

Descansen en paz las chicas de Madrid, y que se tome conciencia de a dónde estamos llegando, que la crisis no solo es económica, también lo es de valores y comportamientos.

 




 

 

miércoles, 31 de octubre de 2012


VENDEDORES DE CAI

Vendedor 1 - Pasa pisha¡¡

Vendedor 2 – Pasa cohone, aquí estoy con er Cani

Vendedor 3 (Er Cani) – Killo… aquí estamo, ya ve…

Vendedor 1 – ¿Cómo está er percá?

Vendedor 2 – Shungo pare, no he vendío una puta lata ¿Y tú?

Vendedor 1 – La cañailla no la vendo ni patrá… la puta crisi y lo brote verde que le salen por er shosho ar pájaro loco que tenemo por visepresidenta.

Vendedor 3 – Ira er julai ese eshando jumo con la avioneta… pisha.

Vendedor 1 – Ma jumo va a eshá mi parienta cuando le diga que no he sacao ni par shoriso der cosio, que manda cohone… pisha.

Vendedor 2 – Eso e shungo killo, te veo mu malamente.

Vendedor 1 – Cohone… la curpa la tiene er Sapatero y su puñetera mare la leonesa que lo eshó por coño… con tos sus muerto… cohone.

Vendedor 3 – Ira killo… ese avión viene pa nosotro… cohone.

Vendedor 1 – Pisha… ira como va er nota… a toa… joé

Vendedor 2 – Y no están corgao los nota eso… Me voy que no he vendío ná y tengo     que pagá la hipoteca a 50 año… adió pisha¡¡

Vendedor 1 – Adió cohone¡¡

Vendedor 3 – Joé… po adió pisha, con la prisa… cohone.

 

domingo, 21 de octubre de 2012


COMPOSICIÓN… DIVAGACIONES SOBRE FOTOGRAFÍA

Cada loco con su tema, él componiendo música, yo componiendo una imagen, y el atardecer gaditano componiendo su festival de colores. Cámara al suelo, encuadre por aproximación y echando de menos esas pantallitas abatibles que permiten encuadrar en posiciones raras. En el campo no tengo reparos en tirarme al suelo, pero en la ciudad, donde los perros y los animales de dos patas mean y cagan en cualquier parte, no me apetece.

 Mi prioridad en cuanto a los aspectos técnicos del disparo, es mantener la ISO en 100 porque no me gusta el ruido en este tipo de imágenes, y en cuanto al procesado de las mismas, me limito a ajustar manualmente los balances en RAW y santas pascuas.

Mis disparos son rápidos, la presa o la luz pueden escaparse en cuyo caso se podría truncar la idea o la composición que tenía en mi cabeza, así que eso de montar trípodes queda de lado generalmente, entre otras cosas porque el que tengo es una puñetera mierda y para cuando quisiera encuadrar, habría oscurecido o se habría puesto a llover.

Generalmente hay que adaptarse a las circunstancias, tanto técnicas como ambientales. Desde otras perspectivas, siempre se puede decir yo habría hecho esto o lo otro, algo en lo que suelen incurrir mucho los Generales cuando plantean las batallas sobre sus tableros, pero el que está en el frente sabe lo que se trae entre manos y de lo que puede o no puede disponer.

El equipo es el que es, las reacciones de los elementos que integran la composición son las que son, y si al de la guitarra le hubiera dado por tirarse un pedo o dejar de tocarla justo cuando yo iba a disparar, no habría podido evitarlo…  y los datos EXIF tampoco. La fotografía es un mundo, cada ojo mira de una manera y cada cámara tiene sus pros y sus contras. Lo importante para mí es  intentar transmitir, o cuanto menos, intentar conservar un recuerdo tal y como me gustaría conservarlo  en la medida de lo posible. Cada persona es un mundo y cada fotografía también y quizá en eso radique su grandeza.

Saber manejarse con los EXIF está bien, pero considero que es más importante manejarse con las emociones, a fin de cuentas manejarse con los EXIF es, como se diría psicología, un comportamiento operante, un comportamiento al alcance de cualquier animal susceptible de ser adiestrado. Pero manejarse con las emociones… eso solo pueden hacerlo las personas, siempre que sean emotivas, así que animo a potenciar esos sentimientos y despreocuparse un poco de la técnica, porque la técnica puede no estar al alcance de todos, pero las emociones deberían estarlo y sería la manera más justa de valorar una imagen y cualquier otra cosa.
 
 

jueves, 18 de octubre de 2012


YO NO QUERÍA CRECER

Lo cierto es que no quería crecer, y mis razones tendría. El mundo me parecía mucho más grande, tanto, que este parque podría haberme parecido un casillo inexpugnable al que conquistar durante una puesta de sol infinita, como los sueños que tenía.

 El caso es que crecí y ahora mi percepción del mundo es la de una pelota maltratada en la que estamos confinados, donde la puesta del sol supone simplemente el final de un día duro, y casi no sueño por no dormir  suficiente. Nunca me cayó bien el hortera de Peter Pan con esas pintas, pero en algo coincidíamos…  como él, yo no quería crecer.
 

miércoles, 17 de octubre de 2012


EL TROCADERO – DESDE PUERTO REAL HASTA PARIS.




Lo que se ve al otro lado del Caño del Trocadero es la isla del mismo nombre, ubicada en la Bahía de Cádiz, y que tiene una superficie aproximada de 525 hectáreas. Salvo esas casas deshabitadas, no hay nada, lo que es bueno para la fauna  que puebla esa zona que forma parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, básicamente aves como el cormorán, la garza real, la polla de agua el flamenco o la gaviota. Mosquitos todos los que queráis…

En esta isla, en su extremo sur, que queda hacia la derecha de la foto, pero que no se ve, está el fuerte de San Luis que formaba parte del sistema defensivo de Cádiz. Este fuerte, hoy en ruinas por eso de que estamos en España, fue tomado por las tropas de Napoleón el 30 de agosto de 1823 durante la Batalla del Trocadero y por esta razón, la famosa plaza parisina lleva su nombre… que cosas.

viernes, 12 de octubre de 2012


DISPARIDAD DE CRITERIOS… (CUANDO NO SE QUIERE VER MÁS ALLÁ)

Allí andaba el hombre, formando parte de otro pequeño grupo que danzaba en las proximidades intentando aguar la fiesta. El cartel me hizo sonreír… “Menos fiesta y + trabajo para todos/as”

Sin pretender arrebatarle en absoluto su derecho a manifestarse, me dieron ganas de acercarme para preguntarle si realmente estaba convencido de que el evento de la concentración de veleros en Cádiz era una fiesta sin más, o quizá era una oportunidad de negocio y de trabajo para los feriantes, para los bares de los alrededores, para los guardias de seguridad, para los patrones y marineros que formaban parte de las embarcaciones que daban paseos por la dársena del puerto, para los vendedores de frutas y hortalizas que suministraban a los buques de vela, para los carniceros que hacían lo propio, para los del servicio de limpieza, para los trabajadores de las casetas, para el servicio de transbordadores de El Puerto de Santa María a Cádiz, para los guías, para los trabajadores de los medios informativos, para los vendedores de suvenires, para los trabajadores de las discotecas y pubs a los que van los marineros, para los taxistas, para los trabajadores de la empresa pirotécnica, para los restaurantes, para los hoteles… y no digo ya para la imagen de la ciudad de Cádiz, porque entre los guarros y la huelga salvaje de basureros, podría decirse que se la cargaron aunque sin conseguir aguar la fiesta.

En este país siempre sucede lo mismo, aun pudiendo tener razón, acabamos cagándola al errar el objetivo. Yo también estaba parado ese día, y maldita las ganas de fiesta que tenía, pero qué menos que alegrarme por los que esos días pudieron trabajar gracias a ese evento y alegrarme la vista viendo esos buques que me hacen soñar.

Está claro que hay muchos que solo se miran su propio ombligo, y este buen hombre ni si quiera eso, pues se lo tapaba con el cartel o la cartela + o menos.  Pero seguro que la fiesta del fútbol sí le mola y que cuando gana la roja es de los que grita, soy español, soy español…

Que me pasen por debajo de la quilla si me equivoco, pero que sea por la del Elcano.

 

sábado, 6 de octubre de 2012


EL SUEÑO DEL GRUMETE

Allí estaba, tumbado en la cubierta recuperándose quizá de una noche ajetreada, acariciado por el sol, un sol perezoso que tardó en salir aquella mañana de entre las nubes que lo arropaban.
Su rostro sereno me hace pensar que probablemente soñaba bonancible, con navegaciones por mares limpios salpicados de islas vírgenes en las que poder recalar, mares ricos en especies marinas, cristalinas aguas con fondos coralinos, y por qué no, tormentas tropicales para dar emoción a la singladura… y ron, ron, ron, la botella de ron, con el loro de marras y Barbarroja.

Buques de vela que surcan los mares al paso que marcan los vientos, singladuras programadas por el estado anímico de los elementos, hombres curtidos por la sal y el roce con la cabuyería, hombres con destino tan incierto como apasionante, memorias por escribir extraídas de los cuadernos de bitácora… las ganas de zarpar, las ganas de arribar y el gusanillo que te hace volver a la mar a pesar de todos los males padecidos. El sueño del grumete.

Pero me temo que si soñaba con eso, el despertar le resultaría duro. Las cosas han cambiado, para bien según algunos, pero para mal para los grumetes, porque de entrada los grumetes como tal dejaron de existir hace tiempo, y por tanto, sus sueños también.
Navegar por mares limpios es una utopía, las especies marinas se extinguen por millares, igual que se han extinguido las islas vírgenes. Las aguas cristalinas se vuelven opacas y sus fondos coralinos se deterioran, las tormentas tropicales se están volviendo locas y el ron se mezcla con cola en los botellones de las plazas públicas. El loro de marras está en una jaula y Barbarroja muerto y enterrado.
Los buques son de cualquier cosa y casi nunca de vela, las singladuras se programan al minuto por endiablados y fríos sistemas logísticos informatizados que contemplan hasta el más mínimo detalle, yendo de puerto en puerto con la misma precisión que los trenes van de estación a estación, al ritmo que impone el mercado.

Salvo algunas excepciones, hoy día los hombres de mar apenas se diferencian de los hombres de tierra. Las ganas de zarpar, las ganas de arribar y el gusanillo que te hace volver a la mar lo mismo acaban yéndose al garete, como en su día se fue la figura del grumete y su sueño ya utópico y por tanto relegado a ser una mera fantasía.


 

domingo, 23 de septiembre de 2012


PENSAMIENTOS DE MIERDA

Aquí ando, sentado en un banco y rodeado de basura.

La basura campa por su respeto, basura orgánica, inorgánica y la peor de todas, la basura humana. A fin de cuentas la basura la genera el ser humano.

Aquí ando, contemplando un mar de plásticos y detritus humanos, restos de vómito, peste a orín y alguna mierda emboscada en lo que antes era un jardín. Es un panorama que se asemeja a lo que hay a todos los niveles, por supuesto humanos.

Con tanta basura a mi alrededor, hasta los pensamientos se contaminan, y nada bueno puede esperarse de eso. El panorama apesta, el panorama desilusiona y aun así habrá quien diga que qué negativo suena todo. Sin duda lo dirán quienes no estén sumidos en la mierda, que no quita que la produzcan, o quienes se hayan adaptado a ella, que de todo hay.

Aquí ando, tratando de evadirme mentalmente, tratando de recordar tiempos mejores o intentando atisbar un futuro más prometedor, pero con tanta mierda a mi alrededor cuesta imaginárselo. La basura orgánica y la inorgánica, al menos puede recogerse, al menos puede reciclarse o incinerarse pero… ¿Qué hacemos con la basura humana?

La basura humana la constituyen aquellos que de entrada propician que la tierra esté llena de basura orgánica e inorgánica, pero también son aquellos que convierten el mundo en un infierno, con sus guerras, con sus abusos de poder, con su falta de respeto, su falta de consideración, su desprecio, su falsedad, su superficialidad… Tantos y tantos comportamientos deleznables que bien habría que tirar a un contenedor, mas, aun no se ha inventado planta recicladora que lo resista.

Aquí ando, intentando reciclar estos pensamientos de mierda que me han invadido, pero cuando solo te llueve mierda la cosa resulta harto difícil. Resulta tan difícil, que muchos sucumben  otras mierdas, como la droga o el alcohol, que a su vez propician la generación de más mierda. Resulta tan difícil, que otros se ponen en manos de limpiadores de mentes, limpiadores que intentan dar lustro a base de terapias y farmacopea a los cerebros ensuciados, psicólogos y psiquiatras que se afanan en retirar los desperdicios que se acumulan en algunos cerebros rendidos ante tanta inmundicia.

Aquí ando, a pesar de la mierda, con pensamientos de mierda pero entero en la medida de lo posible, esperando a que llegue el camión de la basura, la basura orgánica, la inorgánica y el camión de la basura que aún no se ha inventado, el de recogida de la basura humana, en el sentido del ser.

Menuda mierda de pensamientos, lo sé… pero es lo que hay, mucha mierda, demasiada.