miércoles, 25 de octubre de 2023

SOBRIAS Y FIRMES, DIGNAS.

Sobre la huelga feminista en Islandia. Las he visto sobrias y firmes, dignas, sin el histrionismo y la jarana lúdico festiva que gastan por estos lares, que da lugar al pitorreo y al descrédito. Las he visto profesionales, en su sitio, gesto grave, como procede con un asunto tan serio como es la igualdad de las mujeres. Las he visto unidas, destacando ellas, no la simbología de los partidos políticos que contamina estas acciones reivindicativas y divide a la ciudadanía, como ocurre en nuestro puñetero país.
Es así como se toman en serio las reivindicaciones, las de ellas, y cuales quiera otras. Deberían tomar nota por aquí, digo yo. A fin de cuentas, es el feminismo de toda la vida, el de hace 48 años en el caso de Islandia, y más allá en otros casos, no el feminismo histriónico de la new muchachada del podemismo, que no lo toma en serio ni la madre que las parió.

 

miércoles, 18 de octubre de 2023

DOS MÁS DOS

Cada cual cree lo que quiere creer. Pero para afinar hacia una aproximación a la verdad, y digo aproximación, solo hace falta observar un poco y sumar dos más dos.
Observen, por ejemplo, la devastación de una explosión provocada por la artillería o la aviación israelí, la cantidad de hormigón que se volatiliza y que tiende a extinguir las llamaradas, ahogadas por los materiales de construcción que se desmoronan. Observen los cráteres que genera, y la precisión de los impactos en sus objetivos.
Ahora observen los daños provocados por los cohetes lanzados por los cachorros del fervor. Básicamente incendian y escupen metralla que apenas daña los edificios y el pavimento, tan solo desmiembran carne humana y calcinan coches. Y de la precisión, qué decir, caen en cualquier parte… y no digo más.
Luego cabe preguntarse. ¿Interesa a Israel ser objeto de la condena internacional bombardeando un hospital, como si no fuese suficiente con la que están liando? Tampoco creo que a los del fervor se les haya ocurrido volar un hospital propio de manera deliberada con el fin de acusar a los judíos, así que solo me cuadra lo del “accidente”. Dada la mala calidad del armamento que manejan, no sería la primera vez, ni será la última, en que el chisme de destrucción les estalle en la cara. Aunque ya puestos, en vez de reconocer daños por fuego amigo, mejor clamar venganza e implementar el conflicto llevándolo al extremo de la lucha contra el infiel de la que no se libraría ni la Belarra.
Lo que es inequívoco es la barbarie y el horror generado por los contendientes, en el que el precio más alto lo pagan los de siempre, pero sobre todo lo demás, como digo, cada cual cree en lo que quiere creer, y por eso los conflictos estarán siempre a la orden del día, hasta que acertemos a aniquilarnos totalmente y no quede nadie para creer en algo.
Lo de sumar dos más dos en realidad no viene a cuento, sobre todo para quienes no quieren creer en la practicidad de las matemáticas. Hay gente pa to.

 

DE FERVORES Y CONTRADICCIONES

Si se diera un garbeo mediático por los dominios del movimiento paramilitar del fervor, allá en aquellas tierras roturada por disputas religiosas, ella no osaría marcar pezoncillos bajo la camiseta (esa moda de la sexualización según en qué casos y conveniencia), ni lucir la bandera LGTBI o sus variantes. Tampoco se ataviaría a la moda occidental, iría recatada, acorde con la “tradición” impuesta por los que acá tildaría sin recato, de “señoros”. Llevaría su modelito confeccionado por sumisas palestinas, que para eso las tienen allá, para coser, cocinar, cuidar de los hijos y las hijas (las hijes allá no están permitides) someterse al macho, y en un momento dado convertirse en mártires o escudos humanos.
Es justo lo que no quiere para ella acá, pero tolera para las demás de allá, en delirante contradicción porque le viene bien para sus intereses, o quizá para pagar los intereses de sus políticas financiadas por los de Oriente Próximo, Medio, y más allá.
Pero claro, la gente es tonta hasta cierto punto y el chollo se le desinfla. Quedan cuatro gatas, gatos (y gates) que les votan, aún así ahí está, enmendando la plana al resto de su gobierno desgobernado, marcando pezones reivindicativos, que lo de echar cojones ya es pasado y casposo, salvo que sean los cachorros de los paramilitares del fervor, los de los cohetes que caen incluso en sus propias líneas pero que, aun así, les viene al pelo para enfervorizar a las masas que solo creen en lo que quieren creer. Les viene al pelo a los del fervor, como a ella a los pezones.