miércoles, 13 de septiembre de 2017

Le pedí a Lobita que matara a un mosquito que andaba rondando mí cabeza. Me dio dos hostias que me dejaron tibio pero el mosquito seguía revoloteando mi testa. Estoicamente, le pregunté si tenía que pegarme alguna hostia más para rematar la faena. A ella le dio la risa y a mí me picó el mosquito y me quedé con las dos hostias.
Moraleja; a veces es mejor que te pique el mosquito.

sábado, 9 de septiembre de 2017

A GOLPE DE TWITTER.

Los políticos de cualquier condición lo tienen muy fácil hoy día para “movilizar” a las masas, me refiero a movilizarse pero sin levantarse del sofá. Incluso se comunican entre ellos, descalificándose o adulándose sin dar la cara, sin mirarse a los ojos, solo a golpe de twitter. Es incluso la nueva forma de gobernar un país... a golpe de twitter.
Llega uno o una del partido que sea o de la nación que sea, me la pela, y tirando de twitter, suelta una prenda que prende fuego en las redes sociales con una capacidad de propagación que supera a la del éter etílico, reacción en cadena que afecta a esa masa irreflexiva que actúa por impulso, como cuando un perro es replicado por otros perros a nivel de neuronas espejo… ese ladra, pues yo ladro. A partir de ahí, sin molestarse en contrastar, sin reflexionar, sin más, llegan las descalificaciones de todo tipo, las ofensas, las muestras de odio, el fanatismo, las reacciones irracionales, furibundas… a golpe de twitter.

Antes solo había tres opciones para ponerse al día de lo que pasaba en el planeta, escuchar la radio, ver los noticiarios, o leer la prensa, y los políticos estaban obligados a debatir donde les correspondía y del modo que correspondía, de viva voz, en los foros adecuados y dando la cara, no amparándose en un celular. Y a partir de ahí, de un modo menos espontáneo pero más reflexivo, sin esa obsesión por la inmediatez, sin esa obsesión por el minutito de gloria en las redes, el ciudadano que tenía verdadero interés y capacidad para hacerlo, analizaba, contrastaba, y si quería transmitir una protesta o una opinión de cara al público acerca de algo, escribía una carta al director del periódico de marras y se expresaba con educación, porque si no lo hacía, no se la publicaban, tendencias políticas del medio de comunicación aparte.

Hoy día no, hoy cualquier becerro metido a político teclea unas letras desafortunadas para provocar al contrario, que es más fácil que buscar soluciones para que la sociedad funcione,  le da al send de las narices, y allá que va la llamarada que prenderá ese depósito de material volátil, el éter etílico (C2H5)20, que son las masas de las redes sociales de hoy, una sociedad inestable emocionalmente, réplica virtual de aquellos que salían a quemar brujas dirigidos por los inquisidores.

Espontáneamente, se dedican a linchar verbalmente a quien sea, a lanzarse las palabras a la cabeza de manera instantánea, a golpe de twitter, porque no hay cojones de hacerlo mirando a los ojos del adversario no sea que éste o ésta, le desarme con una sonrisa o con una hostia bien dada. 

El mejor favor que nos podía hacer el Universo, es enviarnos un pulso electromagnético de dimensiones bíblicas que funda los plomos de toda esta mierda de las nuevas tecnologías, y que a partir de entonces haya que tirar de fogata para enviar twitts, o como cojones se escriba,  mediante señales de humo. Veríamos cuántos serían capaces de encender un fuego sin ver un tutorial… lo que me iba a reír.