lunes, 30 de julio de 2018


DECATHLONOBSOLESCENCIA PROGRAMADA.

Sin duda Decathlon es una experta en estos menesteres, me refiero a los productos con obsolescencia programada. Como muestra, estas botas con suela Vibram, otrora marca de prestigio. Se observa en la foto que adjunto, que las botas en general está en buen estado, pues a estas en particular, no les he dado mucha tralla, pero la suela se despegó completamente en el momento más inoportuno.

En otro tiempo, una suela despegada se volvía a pegar con un buen pegamento de contacto, pero en este caso es imposible porque la base sobre la que asienta la suela, una espuma de no sé qué compuesto, se ha desmoronado literalmente, y no precisamente por el uso. Y es ahí donde está el quid de la cuestión. Da igual el uso que le demos a las botas, como si no se lo diésemos, el caso es que pasado un tiempo, ese compuesto diabólico comienza a desmoronarse, y en el momento más inoportuno nos encontramos con una bota aparentemente nueva, desvinculada de una suela Vibram con un agarre al suelo cojonudo, pero que no se agarra a la bota, una bota que no fue precisamente barata.

Como ejemplo contrapuesto, tengo unas botas fabricadas en España de la marca Bestard, que tienen cerca de 20 años y ahí siguen, dando el callo tras un uso intensivo en un entorno tan agresivo como el marino, de manera que solo acusa el óxido en sus hebillas, y el desgaste lógico de sus suelas por el uso. Costaron el doble que las de Decathlon, pero han durado cuatro veces más, y siguen dando batalla.

Volviendo a Decathlon y a su obsolescencia programada compulsiva, el asunto no se limita a la espuma de las botas que comercializan. Hablando por propia experiencia, ayer mismo, el mismo día que se fueron al carajo las botas, saltó por los aires el timbre de la bicicleta, así, sin más. Un remache plástico que sujetaba la carcasa que hace tilín, debió llegar a su límite de programación, y se fracturó, lo que hizo que saltara por los aires.

Siguiendo con la bicicleta, los guantes tipo dedos cortados, se deshicieron por la zona de las almohadillas sin más, pues tampoco tenían mucho uso. El faro delantero que le puse en su día, perdió su sujeción cuando la goma con la que se acoplaba al manillar, perdió sus propiedades al cabo de un año. Algo parecido sucedió con el piloto trasero, con sujeción de plástico que casca al cabo de un año o poco más.

Siguiendo con las luces, un día compré una de esas linternas tipo dinamo para llevarla en el coche por lo que pudiera pasar, por eso de que las linternas de batería se quedan sin carga cuando más las necesitas. El día que fui a echar mano de ella, me puse las manos perdidas porque la goma de protección de la carcasa se había derretido como una chocolatina en agosto.  Y para terminar, los bañadores. Compré uno el año pasado, y al ponérmelo este año, parecía una falda y se transparentaba, no un huevo, sino los dos que tengo de momento.

En definitiva, que estos de Decathlon se las dan de muy respetuosos con el medio natural, pero lo cierto es que su política de mercado no es nada sostenible, ni en lo ecológico, ni en lo social, porque habrá que ver en las condiciones que trabaja el personal que fabrica todas estas cosas, aunque en eso somos responsables todos.

Eso sí, son muy detallistas para describir para qué están concebidos esos productos, por ejemplo:
“Bota con suela Vibram de gran agarre, concebida para recorridos medios en todo tiempo o para ir al supermercado de al lado y fardar de vida sana, Susana.”
La reseña sería completa y honesta si añadiesen:
 “Esta bota se auto destruirá al cabo de cuatro años con independencia de su uso, lleve un repuesto nuevo por lo que pueda pasar”.
Josdeputa.


jueves, 12 de julio de 2018


CARTA A MIS AMIGAS DE FACEBÚ.

Queridas amigas:
No estoy muy seguro de cómo abordar un tema que se me antoja delicado, teniendo en cuenta el grado de stress al que está sometida la sociedad debido a la pérdida de valores elementales, del sentido común y del sosiego; la sociedad ha perdido el norte. Pero lo voy a intentar.
Para empezar, y para que conste en acta, no soy persona que se dedique a piropear a las mujeres cuando pasan por mi lado, porque, para mí, el hecho de que sean unas perfectas desconocidas es suficiente como para establecer una distancia; confianzas las justas. Es más, cuando me presentan a una mujer, tiendo a dar la mano igual que hago con los hombres, aunque casi siempre ellas optan por acercarme la mejilla, de manera que les otorgo el derecho al ósculo por no ser descortés. Me gusta reservar los besos para la gente que quiero.
En cambio, admito sin reservas que a vosotras, queridas amigas del facebú, os dedico a menudo bonitas palabras alagando vuestra belleza, ya sea interior o exterior. No en vano, muchas de vosotras subís a vuestro muro bonitas fotos de vuestras bonitas personas, sin duda con el legítimo objetivo de ser admiradas, algo que corroboran vuestras respuestas cuando alguien, con independencia del género, os dice lo guapa que estáis. Hablando en plata, os encanta que os piropeen, entiéndase, siempre en un entorno en el que se ha establecido un vínculo de confianza, con lo que me reafirmo en lo que he dicho al principio, que la confianza hay que ganársela y que, desde mi perspectiva, no vale entrar en el muro de una desconocida y dedicarle sin más, aunque sea el más delicado de los piropos.
De todas formas creo que habría que repasar el significado de esta palabra tan bonita en sí misma… piropo.
Piropo: 1 palabra o expresión de admiración, halago o elogio que se dirige a una persona.
2 Variedad de granate, de color rojo fuego, muy apreciada como piedra preciosa.
Leído así, no parece que sea algo terrible, me preocupa más la palabra insulto. Sin embargo me encuentro con una noticia que me inquieta, y es que, determinado partido político, muy dado a pescar en aguas revueltas, propone multar por piropear, sin embargo no objeta nada en cuanto a lo de insultar se refiere.
Así pues, y volviendo a mi relación cordial con vosotras, queridas amigas del facebú, me veo en la encrucijada de seguir con la misma dinámica de continuar piropeándoos por lo que hacéis, por cómo sois y por lo guapas que estáis, o cortarme un poco o un mucho, no sea que la nueva inquisición me señale y acabe siendo denunciado por alguien despechado, que no necesariamente tiene que ser mujer, porque a mis amigos del alma también les resalto lo guapetones que están, incluso cuando son feos de cojones.
Pero sabéis qué, nunca me he caracterizado por recular ante nadie, nunca me he sometido a la fuerza de nadie, y esta vez no va a ser diferente. Yo seguiré alagándoos, elogiándoos, admirándoos, piropeándoos, aún a riesgo de que las hordas me lleven a la hoguera. De otro modo, ¿Qué sentido tendría que subieseis esas fotos coquetas, esos selfies como se dice ahora, en los que mostráis lo bien que os sienta tal o cual abalorio, o simplemente, el sol en la cara? Sois todas guapísimas, que me lleve el diablo… y vosotros, guapetones, y vosotros, aunque seáis más feos que pegarle a un padre.

PD: Valoraría más que multaran a quien me insulte, que a quien me alague dentro del decoro y el respeto, pues incluso el piropo se rige por unas normas, otra cosa sería babear y acosar. Nunca me he sentido ofendido, ni cuando me ha piropeado una mujer, ni cuando me ha piropeado un hombre, que también. Sin ir más lejos, lo hizo uno hace poco cuando me compré un traje de chaqueta… que buena percha tienes, me dijo. Me ruboricé, pero no me sentí ofendido, todo lo contrario. Joder con la posdata.