miércoles, 11 de diciembre de 2019

EL PUERTO SOSTENIBLE.

Pues resulta que uno, dentro de lo humanamente posible, procura enmierdar el planeta lo menos que puede, desde muchos años antes de que naciera Greta, y de que se hiciese popular el término sostenibilidad.
Por centrarme en una práctica, a estas alturas, básica, en casa separamos los plásticos, la basura orgánica, los vidrios, los cartones, los aceites de cocina usados y la ropa vieja, para después echarlos en los contenedores correspondientes, aunque tengamos que pegarnos una caminata, pues no siempre están cerca unos de otros.
Luego caminas por la calle y ves a los vehículos del servicio municipal de limpieza, de distinto tipo, para distintos cometidos, acarreando la basura que previamente clasificamos en nuestra casa. “Todos hacemos El Puerto sostenible” reza en los coloridos vehículos con mucho verde y muchos soles, algunos, eléctrico-sostenibles que te rilas.
Y cuando pasas por la Plaza del Polvorista, frente a la que se encuentra la delegación de medio ambiente, te topas con unos ocho carteles enormes de metacrilato, que además de costar un pastón, fastidian la estética de la plaza. Pero al menos en ellos se explica, en modo apto para las entendederas de un imbécil, en qué consiste el proceso de reciclaje,  cuáles son sus etapas, y lo bien que lo hace la delegación de medio ambiente. Y venga más coches del servicio público municipal, éstos, de los que controlan a los otros, porque ya se sabe que en España hay más jefes que indios, y el ayuntamiento tiene más coches medioambientales, que tanques la Brunete.
Además están los políticos, últimamente muy concienciadores ellos, que nos conminan a no ser marranos… que si el calentamiento global, que si Greta y el mar de los Sargazos, y tal y Pascual. Entonces te dices; deben estar haciendo las cosas bien. Aunque no terminas de convencerte, porque sigues viendo mierda en las calles. Pero cuando la gente es tan puerca, como lo es por estas latitudes, es difícil mantener la basura a raya, así que resulta comprensible que no den a bastos.
Pero un día, pongamos que ayer, se te caen los palos del sombrajo, cuando ves en las noticias regionales, que en la planta de reciclaje que recoge los residuos de la comarca, falta personal para clasificar los mismos, y que ante ese problema de efectivos, todo lo que te molestaste en clasificar en tu casa, resulta que va al mismo hoyo sin contemplaciones.
Y entonces te entran ganas de pasarte por la Plaza del Polvorista con una motosierra para cortar los putos carteles informativos de metacrilato, y hacer una pira tóxica junto a los vehículos medioambientales, delante de la puta delegación de medio ambiente, y esperar a ver si tienen cojones de salir para decirme que seas solidario y responsable.

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