miércoles, 20 de noviembre de 2019


680

Pues eso, 680 millones dedicados al “progresismo” en Andalucía, certificados a fecha de hoy por un tribunal. Los andaluces, baluarte del socialismo en España, sostuvieron ese modelo de “progresismo” durante 38 años. Unos por conveniencia, formando parte de la red clientelar. Otros por miedo a que viniese la extrema derecha y por gilipollas; al final esos mismos se han pasado a la extrema derecha como respuesta a la tomadura de pelo del PSOE.
Lo dije el 8 de noviembre a las 23:44 h. Fue a colación del abandono de la comisión de investigación de la FAFFE por parte de Chaves y Sánchez Maldonado; decían que la comisión estaba atentado contra su honor. Escribí, que el honor es a estos tipos, como la virginidad a una prostituta. Ahí queda la cosa, reafirmada por una sentencia judicial.
Toda una trama para despilfarrar el dinero en favores, comprar voluntades, drogas y prostitución. Seiscientos ochenta millones de euros que debían haberse empleado en paliar las necesidades de los parados. Entre tanto, estos hijos de perra, dándose golpes de pecho por los derechos sociales de los trabajadores y trabajadoras, valiéndose de los réditos del cuento de que viene la extrema derecha, ideal para generar miedo entre la masa boba, el atajo de indocumentados que asumen un discurso sin más.
También lo apunté el 8 de noviembre a las  23:44 h. Escribí que un trabajador que vota a la derecha tal vez sea un gilipollas, porque en teoría, la derecha tiende a defender los derechos del patrón en detrimento del trabajador. Pero al menos se les ve venir de frente y se puede barajar la situación, pues a veces menos es más, aunque nos joda.
Sin embargo, los que han sostenido al PSOE durante 38 años sin rebañar nada,  son gilipollas por partida doble. Les han dado directamente por la retaguardia de la forma más mezquina posible. No solo les han dado menos, sino que se han quedado con que les tenían que dar para intentar remontar en el panorama laboral reinventándose de nuevo.
Por otro lado, se ha constatado un caso de corrupción sin precedentes, pero qué curioso. Pablo Iglesias, el que no dudó en calificar de partido de delincuentes al PP, en este asunto se ha puesto de perfil. La razón está clara, no puede desperdiciar la oportunidad de sacar tajada de la tarta de poder en sus negociaciones con Sánchez. Además, le pasa como con los asesinos. Para Pablo Iglesias, asesinos son aquellos que matan según a qué personas, y para él, la memoria es jodidamente selectiva… están los asesinos del franquismo, y los etarras hombres de paz. Pues con la corrupción le sucede lo mismo, robar está feo, pero si roban los progres, está menos feo. Como dijo aquel, son unos hijos de puta, pero son nuestros hijos de puta. De Sánchez, qué voy a decir…
Y finalizo con Susana Díaz. Menos mal que puso la mano en el fuego de boquilla. Si la llega a poner de verdad, se iban a escuchar los alaridos en Pamplona. Ahí anda la tía, oculta bajo el estercolero socialista obrero español y española.


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