miércoles, 13 de marzo de 2019


UN REGALO CON MI NOMBRE.

El kit de montaje Heller a escala 1:87 de esta locomotora Big Boy estaba en el escaparate de una tienda de Burton Upon Trent (Reino Unido). Un día, vísperas de las pasadas navidades, mi hija Gloria lo vio y se dijo, esta maqueta tiene el nombre de mi padre. Y la compró. Me la regaló el día de Navidad de 2018 y se me cayeron los palos del sombrajo.
Con el esmero que he podido, la terminé de montar hace unos días, y además de pintarla creando un efecto de envejecimiento, le monté un pequeño circuito eléctrico para alimentar unas pequeñas luces led que iluminan el foco delantero, la cabina y las luces rojas del ténder, que es el vagón que lleva acoplado detrás. Le hice su peana y una pequeña urna de metacrilato. Espero haber cumplido medianamente bien para hacer justicia al regalo que me hizo mi pequeña, aunque cuando veo las maquetas que hacen hoy día los frikis del modelismo, tengo serias dudas.
Con todo, todo aquello que Gloria me ha regalado desde pequeñita, lo guardo como un tesoro, incluso aquellas hojas caídas un otoño de hace muchos años que recogimos del suelo en un parque y que ella pintó cuando tenía ocho o nueve años.



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