DECOUPING PLANNER.
Según he visto en el telediario, es con lo que debe contar
toda aquella pareja que decida divorciarse, una “app decoupling planner”. Dicen
que con esa aplicación te puedes divorciar tirado cómodamente en el sofale,
mientras ahogas las penas o aireas la alegría con un buen vino, cerveza o
infusión menta poleo. Si trabajas a dos pantallas, puedes divorciarte y a la
vez pedir una pizza o buscar una nueva pareja para solapar el proceso.
La app se encargará de buscar un abogado para consensuar a
las partes en el reparto de los bienes, la pensión alimenticia, etc. También
facilitará la venta de la casa, el sofale, el coche, la perra, el gato, la
búsqueda de un psicólogo e incluso el modo de suicidio en los casos más
traumáticos, lo que incluiría un limpiador, de los que usa la mafia para
eliminar fiambres.
Cinco pantallazos en la startup y el decoupling planner
quedará resuelto en un plis-plas, o como cojones se diga plis-plas en inglés,
que es lo suyo. No sé cómo diablos me las arreglé aquella vez que me divorcié
sin una app de estas, debo estar vivo de milagro.
Estoy segurísimo de que, dado el nivel de inutilidad que
está alcanzando el género humano, acabarán creando una aplicación para
limpiarse el culo, algo así como una app clean your ass. Tendría una
denominación tipo Cleanass o similar, tal vez más corto, Cleass que suena muy
cool.
La aplicación recomendaría el tipo de papel higiénico a
utilizar, explicaría cómo regular la temperatura del bidé, cómo funcionan los
WC de última generación, o qué tipos de plantas se pueden utilizar en caso de
un apretón en plena naturaleza, porque podría darse el caso de que algún
imbécil intentase limpiarse el cerete con una hoja de ortiga y acabe con el
culo como un mandril. Sería una app para cagarse.
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