viernes, 20 de julio de 2012


EL ASIENTO EYECTABLE MARTÍN-PÉREZ

La foto que tomé de un veterano Northrop F 5 del Ejército del Aire español me dio que pensar. Sin duda, si volaba era gracias a las hábiles manos de los responsables del mantenimiento y a los tripulantes, porque mira que tienen años esos aviones, remodelaciones aparte. Tal y como está el patio con el tema de los recortes económicos, no me extrañaría nada que un día reemplazaran los asientos eyectables Martin- Baker por los “desprendibles” Martín- Pérez.


Antes que nada os explicaré que los aviones de combate disponen de asientos eyectables, unos asientos especiales que cuando se accionan para abandonar el avión en caso de emergencia, salen disparados mediante un dispositivo pirotécnico y después, automáticamente, se acciona  la apertura del paracaídas. El modelo estándar de los aviones occidentales lo fabrica una firma inglesa llamada Martin-Baker. Los asientos Martín Pérez son la coña que me he inventado para contaros esta historia ficticia, que podría acabar siendo real. La escribí cuando la crisis apuntaba maneras, gobernando aun cierto partido político tan inútil como el actual.

Esto es, el Capitán Gutiérrez se dispuso a realizar un vuelo rutinario en su avión de combate F – 5 CC (Fighter 5  Carma Chacón) remodelado según las nuevas especificaciones dictadas por el MDPA (Misterio de Defensa Pacífica Altruista), que han hecho hincapié en el programa desarrollado por dicho “Misterio” sobre defensa sostenible - insostenible.



 Gutiérrez carreteó por la pista y al poco despegó con su F 5 CC . pero apenas apenas inició la trepada, se percató de que algo no funcionaba bien en el aparato, y un luminoso en el que se leía “SALTA O ESTÁS PERDIDO” empezó a parpadear, a la vez que sonaba una estridente señal de alarma. Gutiérrez entendió que era momento de abandonar el avión , así que llevó las manos instintivamente a su entrepierna para tirar de la cincha de eyección, sin caer en la cuenta de que no estaba sentado sobre un Martin-Baker, sino sobre un Martín- Pérez construido en un taller de Cercedilla del Campo.

En vez de la cincha, Gutiérrez se encontró con un pequeño manual de instrucciones escrito, en este orden, en catalán, gallego, vasco, inglés americano, inglés afrikaans, y al final del todo, en castellano no sexista. Gutiérrez se puso a blasfemar en arameo mientras su F-5CC entraba en barrena, pero el Capitán era un tipo curtido, con  nervios de acero, y soportando 9 Gs empezó a leer el dichoso manual, en el que decía lo siguiente;

Gracias por la confianza demostrada al utilizar nuestro asiento Martín-Pérez, fabricado siguiendo las especificaciones ISO- tururú 777 y las del Misterio de Defensa Pacífica Altruista. Siga los siguientes pasos:

1-En la parte inferior derecha del asiento encontrará un pequeño martillo y una llave Allen del 18, alojados en el interior de un recipiente de plástico. Rásguelo y extraiga ambos elementos.

2-Con la llave Allen retire los 10 tornillos que aseguran el asiento al suelo, pero antes cerciórese de que está colocado el pasador de seguridad, que al ser retirado, desprenderá completamente el asiento.

3-Con el martillo, proceda a romper la carlinga por la parte marcada por lo que antes era el cordón explosivo. Asegúrese de recoger los fragmentos de plexiglas y meterlos en el recipiente adecuado para su posterior reciclaje.

4-Una vez rota la cúpula, intente poner el avión en posición invertida y tire del pasador de seguridad. El asiento se desprenderá y pasará lo que tenga que pasar.

5-En supuesto de que no pueda abandonar el aparato, dispone de un libro con oraciones cristianas, musulmanas, budistas, y en caso de que sea ateo, un texto de reconfortación laica intergaláctica redactado con buen rollito por Leire Pajín.

6-En último extremo grite Banzai y proceda a tragar tierra con dignidad.

No os cuento cual fue el final que tuvo el Capitán Gutiérrez… o sí.

Resultó que el Capitán Gutiérrez salió indemne del incidente porque estaba volando en un simulador de vuelo del F-5 CC instalado en un huerto de Algamasilla de Tormes, donde por razones económicas (el suelo es más barato que en Torrejón) el EA había instalado su nuevo centro de adiestramiento.

 El Capitán no superó la situación de emergencia programada, pero tampoco se molestó en repetirla. Simplemente salió del simulador y le dijo a sus superiores - Os vais a meter el programa del MDPA por la tobera, que yo pido la baja y me retiro a volar cometas…hijos de puta.



1 comentario:

  1. Yo hice la mili en el ejercito del aire, me has ofendido je je je

    Un saludo.

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