martes, 22 de octubre de 2019


DEPORTE Y POLÍTICA.

Por norma general, el deporte bien entendido, dejando al margen a las hinchadas fanáticas, se ha desvinculado de la política, pues lo que se busca, es una competición sana orientada a hermanar a los pueblos y a las naciones, basándose en el espíritu olímpico. Pero eso no ha sido siempre así.
En los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, el nacionalismo nazi utilizó el evento para dar repercusión a su idea de la superioridad de la raza aria. El tiro les salió por la culata del Máuser, cuando los negros, liderados por Jesse Owens, los humillaron, sin pretenderlo, acaparando el grueso de las medallas. Posteriormente, durante la Guerra Fría, el bloque comunista también utilizó las olimpiadas como plataforma ideológica, para sacar músculo frente al bloque occidental.
Se suponía que estas cosas se habían superado en cierta medida, pero a la vista está que no, sobre todo porque tenemos el problema en casa. A la vista está, con la forma de proceder del Fútbol Club Barcelona, que pese a tener una representación supranacional, habiendo seguidores de toda España y parte del extranjero, sus directivos se han empeñado en politizar los encuentros, con absoluto desprecio a los seguidores que no son independentistas, ni siquiera catalanes. Siguiendo la estela de la estelada, otros equipos deportivos catalanes han protagonizado acciones similares, llegando al esperpento de recoger una medalla de plata sin esperar en el podio, a que sonara el himno del ganador de la medalla de oro.
Pero el colmo lo he visto hoy en las noticias. Si bien el deporte, por razones éticas y de respeto, se suele desvincular de las cuestiones políticas, cada vez más están vinculadas a iniciativas solidarias, lo cual es bueno y deseable, pues refuerza el sentido que tienen las competiciones deportivas. De eso iba una competición de balonmano femenino dedicada a la lucha contra el cáncer de mama. Las integrantes del equipo alicantino CD Agustinos, portaban lazos rosas, en solidaridad con las víctimas de este tipo de cáncer. En cambio algunas de las integrantes del equipo catalán Handbol Gavá, optaron por politizar el encuentro portando lazos amarillos, con absoluto desprecio al objeto del encuentro y a todos los presentes.
Para ser justos, y puesto que procuro documentarme buscando en todas las fuentes posibles, diré que a raíz de este incidente, el referido club catalán Handbol Gavá, emitió el pasado día 20, un comunicado oficial rectificando y promoviendo los valores a los que me referí anteriormente, lo cual es de agradecer (Véase el enlace), detalle que podían haber resaltado los medios de comunicación, que dicho sea de paso, también cuentan lo que les parece, y sobre todo, cómo les parece, porque estos van de chivatos apuntadores en plan, mira lo que ha dicho éste, para generar más morbo.
A ver si empiezan a tomar nota clubes como el Barcelona y otros clubes empeñados en ensuciar el deporte con sus proclamas políticas. Que se busque otro terreno de juego. De los medios de comunicación, me ocuparé en otro momento, por enésima vez.




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