jueves, 12 de abril de 2012

LOS SURCOS DEL TIEMPO… LOS SURCOS DEL ALMA

El paso del tiempo actúa sobre los seres humanos como el agua cuando orada la tierra, el paso del tiempo nos marca, a unos más, a otros menos, pero nos marca la piel y sobre todo el alma.
El paso del tiempo genera surcos como los que se generaban en las grabaciones mecánicas de los antiguos discos de vinilo, de manera que cada ser humano tiene grabada su propia banda sonora, marcada en la piel y sobre todo en el alma.

Las pieles con surcos más profundos suelen estar vinculadas a baladas tristes, al blues, o al desgarrador sonido del cante jondo. Pieles curtidas por el sol o el salitre, pieles maltratadas por el frío o por los malos hábitos, surcos profundos potenciados por los castigos que infringe la vida a algunas personas, por el trabajo duro o por la mera lucha por la supervivencia, surcos que se generan como transmitidos por un pantógrafo que interconexiona la realidad vivida con lo más profundo del ser humano… el alma.
Con todo hay quien se empeña en disimular los surcos de la piel recurriendo a la cosmética, más esta no disimula los surcos del alma…no nos llevemos a engaño.

Los surcos profundos no tienen por qué ser necesariamente fruto o producto de la desgracia. Los surcos profundos en la piel me transmiten la confianza que inspiran aquellos que han luchado en la vida y que han ganado el pan y el prestigio a base de su propio esfuerzo. Los surcos profundos me inspiran bravura, coraje y tesón…confianza.

No sé qué banda sonora lleva grabada este vendedor ambulante en su rostro, y mucho menos en su alma, pero me da que suena a cante jondo y al resuello de las personas que no lo tienen fácil en la vida. Con todo esboza una sonrisa y una mirada desafiante que le imprime carácter, con ese cigarrillo que mata poco a poco sus pulmones, un mal hábito que forma parte de la partitura de la banda sonora de este hombre, de esos surcos de su piel y sobre todo de su alma.

Como a todos, en mayor o menor grado, el transcurso del tiempo seguirá marcándome surcos en la piel, surcos que no pienso disimular con cremas porque no me avergüenzo de ellos y pretendo envejecer con dignidad, la dignidad de los viejos de antaño, como mi abuelo Sebastián. Los surcos también se me marcarán en el alma, los surcos de un blues con final feliz gracias a la gente que me quiere, porque lo que importa es eso, y aunque en mi vida no lo he tenido fácil, me siento orgulloso y me identifico con los surcos de la piel de este hombre, con su mirada, con su sonrisa socarrona del que viene de vuelta de todo, más no con su maldito cigarrillo, ni con los surcos de su alma, pues para eso es suya y para eso yo tengo la mía.

Los surcos del tiempo, los surcos del alma… el sentido de la vida.



5 comentarios:

  1. Muy hermoso, gracias. Nos podremos hacer todas la cirugías estéticas que siempre nos quedarán las cicatrices de la vida, de nuestra vida. Pero son parte de nosotr@s, de nuestro papel y juego, sólo que no podemos decir "rien ne va plus", lo intenté varias veces pero el resultado fue peor. Ahora sólo desde lo aprendido quiero evitar el sufrimiento, el mío primero y el de los demás, sean humanos, animales o vegetal. Y aguantaré el tipo hasta que me vengan a rescatar y si "después" me vuelvo con alguna "memoria" quiero seguir en mi linea.No me importan los zurcos, las cicatrices, si soy fea y vieja, sólo quiero amar y ser amada y compartir.

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    1. Gracias a ti por pasar Dominique y también es hermoso tu sentimiento.

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  2. Cada arruga es una historia vivida, no sé porqué la sociedad nos obliga a avergonzarnos de ellas cuando deberíamos verlas como el inventario de nuestras vivencias. Me gusta tu reflexión, y me encanta la foto, se te dan muy bien los retratos.

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  3. Vaya, voy a tener que ver qué pasa conmigo, que no tengo ninguna arruga y no es que haya tenido una vida muy alegre que digamos. Tengo 40 y siempre me dicen que aparento 30...y eso que no me afeito.
    Creo que no tengo arrugas porque rara vez he sonreído. Las arrugas muchas veces son fruto de la felicidad.
    ¿O será que las arrugas de mi alma se han hecho con el cupo que mi piel no quiere?

    Me ha gustado mucho tu narración. Y la comparación con un disco de vinilo es muy apropiada.
    Guerrero, manitas, escritor, buzo, montañero, fotógrafo... ¿te queda algo por experimentar?

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  4. Yo quiero que mis surcos, cuando los tenga, suenen. Me da igual que sean sonidos de jazz, de blues, de fandangos o de jotas...pero que suenen. Y que cuando alguien los mire, no los vea, los escuche.

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