miércoles, 2 de mayo de 2012


PLATERO Y LA INDUSTRIA
Platero, por ponerle un nombre, da cuenta de las últimas briznas de hierba, rociada por el ácido aliento de la fábrica de celulosa que tiene detrás. Ese campo, cercado por la autovía y la zona industrial, tiene los días contados. Las canalizaciones y acometidas de luz pisan los talones a Platero, que pronto verá convertido su campo en un polígono industrial donde los burros no cuentan para nada, al menos los burros de su especie.
Platero, por ponerle un nombre, está tiñoso y desaliñado, como su campo, en el que los ocres y los grises se comen el verde de la hierba, más deprisa de lo que come el burro… Pobre Platero… por ponerle un nombre.

5 comentarios:

  1. No hace mucho, haciendo una rutita por Sanlucar, me encontré lo menos 3 caballos desnutridos, y uno muerto en un arroyo. Los caballos que antes eran tan cotizados, ahora están abandonados por esos mundos de dioh. No tiene nada que ver con tu entrada, pero me he acordado porque las criaturas tenían el mismo pelaje que este burro. Pobre Platero, o como quiera que se llame, si es que tiene nombre. Muy buena la foto, y el texto de una verdad sobrecogedora. Eres un crack.

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  2. Polígonos industriales y prados, que mala mezcla... pobre Platero y pobre Juan Ramón Jiménez, un saludo.

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  3. hermano me tienes todas las mañanas con el corazón encogido . Los días contados para Platero ...

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  4. ¿Alguien se acuerda todavía de cuando, al salir de pueblos y ciudades, no había que cruzar por esos eriales de cemento y naves que son los polígonos industriales?

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