Cuentan en los noticiarios, que “el puente romano de Talavera, construido en el siglo XV”, ha cedido a la crecida del Tajo. Y se quedan tan frescos.
Pero vamo a ve, cabesa; Si el
puente se hubiera construido en el siglo XV, no podría ser romano. Distinto es decir que el Puente Viejo de
Talavera de la Reina es de origen romano, esto es, el emplazamiento y la
colocación de la primera sillería, y que, en el siglo XV, aprovechando parte de
los augustos sillares, construyeron el puente de marras de factura medieval. En cualquier caso, es una pena, pero ya se
sabe; lo que se interpone al paso del Tajo, se va al carajo, más arriba o más
abajo.
Menos mal que tienen el puente
atirantado, cuyo ostentoso nombre oficial es Puente de Castilla-la Macha, visible
desde la Autovía del Suroeste (A-5). No en vano, es el puente más alto de
España y el segundo de Europa, con do cohone. 75 millones de euros costó la broma, para finalmente,
infrautilizarse como carril bici, porque conducir, no conduce a ninguna parte
de particular interés o con sentido práctico, más allá de comunicar el
Instituto de la Mariana, con el barrio de Santa Ana.
Además, el mantenimiento del puente
atirantado es tan costoso, que el municipio de Talavera no puede asumirlo, de
manera que acabará deteriorándose como el Puente Viejo, y esto nos lleva de
nuevo a lo que sucede cuando algo se interpone al paso del Tajo; que se irá al
carajo más arriba o más abajo. Van a llegar tirantes del Puente de Castilla-la Mancha
hasta Lisboa.
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