España se va a quedar sin buzos profesionales. Con la Yoli a la cabeza de las ocurrencias, y de la mano de las Comunidades Autonómicas, siempre dispuestas a trincar pasta, han “implementado” otro requisito. Ahora hay que renovar las titulaciones de buceo cada cinco años, por supuesto, pagando las tasas correspondientes, pues ya se ha normalizado que, para trabajar, hay que pagar.
En el paquete de la renovación, es
obligatorio presentar un certificado de aptitud psicológica, y aquí viene el
quid de la cuestión. A quién se le ha ocurrido esta chuminá, si para dedicarse
a esta profesión en este país, es requisito indispensable estar tocado del
puente de mando, eso sí, adecuadamente.
Pero si se trata de formar parte del
voluntariado para la limpieza del lecho submarino, en ese caso, no hace falta
titulación de buceo profesional, ni pagar tasas, ni es necesario el certificado
de aptitud psicológica, o una evaluación de riesgos, pudiendo realizar el trabajo
con equipo autónomo (botellas), algo que tienen prohibido los buzos profesionales.
Solo se necesitan ganas para trabajar gratis.
Los puertos deportivos que dependen de
las Comunidades Autónomas, y la Demarcación de Costas, estarán encantados de
recibir al voluntariado subacuático, aunque eso sí, la carga de las botellas
será costeada por el voluntario, lo que se dice ser meretriz y poner la cama.
Insisto, para estas actividades de buceo altruistas y solidarias, no es
necesario un certificado de aptitud psicológica, y para ser presidente del
gobierno o diputado, tampoco. Así nos va.
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