lunes, 16 de septiembre de 2019


EL SENTIDO COMÚN DE UN LABRIEGO.

“Y llegó la rambla con los papeles en la mano y arrasó con todo”
Fue más o menos lo que dijo un labriego murciano, en alusión a los destrozos provocados por la avalancha de agua que discurrió por una rambla “con los papeles en la mano”. Esto es, la rambla, invadida por casas construidas en su lecho, por cultivos, por obras de fábrica de poco calibre como para permitir el paso del torrente en casos excepcionales, por vehículos estacionados en su cauce por lo general seco, dijo en un momento dado, aquí estoy okupas, estas son mis tierras y aquí están mis escrituras, y lo que esté en mi propiedad me lo llevo todo, sin compasión.
Porque las ramblas, las torrenteras en apariencia inertes de la vertiente mediterránea, solo se secan durante las vacaciones, a veces más largas de lo recomendable. Pero tarde o temprano, cada vez con más frecuencia, reclamarán su espacio, como hace la mar, y no habrá construcción, tierras de labor, mota, dique o vehículo que lo resista.
Recuerden… con los papeles en la mano.



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