jueves, 4 de octubre de 2018


LAS ÁNIMAS.

Fumando espero por desespero, harto de todo y de nada, harto de la espera y de la desesperanza.
Fumando espero a que lleguen las ánimas. Mi tiempo pasó, se perdió, se esfumó, llegó mi hora.
Fumando espero a que me lleven con ellas para continuar la espera eterna, en el purgatorio, o vagando por un agujero de gusano.
Fumando espero, ya las veo, a las ánimas, paso lento pero inexorable, implacables como las levas que reclutan marineros para galeras.
Fumando espero, esto se acaba, se acaba el cigarro, se disipa el humo, se disipa mi vida, es el principio breve de un fin inminente.

NOTA: Para no alarmar a familiares y amigos, aunque esté escrito en primera persona, yo no fumo, ni espero, ni desespero, solo me cabreo a veces por salud mental, cual válvula de escape de olla a presión, y surco el océano de la existencia capeando temporales y disfrutando de las calmas. Fumar perjudica la salud, y esperar, también.  




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