domingo, 5 de junio de 2016

LA DICTADURA DE LAS BICICLETAS.

Si estuviésemos en cualquier país del norte de Europa, este debate no tendría razón de ser, porque los países norteños generalmente basan sus relaciones en el respeto de las normas por parte de todos… pero estamos en España.
Aquí se ha puesto de moda la bicicleta, lo cual está bien, ya iba siendo hora. Lo dice alguien que lleva toda la vida usando la bicicleta y que entre los años 70 y los 80 se marcaba rutas  de más de 500 km por carreteras nacionales y secundarias, con una BH de barra que pesaba un quintal, sin cambio de piñones y con la mochila a la espalda.
Ante el goteo incesante de accidentes mortales de ciclistas, provocados generalmente por los automovilistas, se lanzó por fin una intensa campaña de concienciación para que entre otras cosas, los conductores mantengan la distancia de seguridad en los adelantamientos, y se está promoviendo la implantación de  carriles bici, lo cual está  bien, siempre que se haga adecuadamente y no a trancas y barrancas como sucede en algunas localidades.
Llegó Decathlon con sus surtidos de bicicletas y sus accesorios para todas las economías, dicho sea de paso, a costa de la explotación laboral en otros países, y puso de moda más que nunca el ciclismo. Las asociaciones ciclistas españolas comenzaron a hacer fuerza por la causa, en principio noble, y empezaron a ganar batallas legales en pro de sus derechos. Pero ahora entra en juego esa parte tan propia de la idiosincrasia española, esa en la que exigimos para nosotros lo que no estamos dispuestos a otorgar a los demás. En España somos muy dados exigir nuestros derechos sin cumplir con nuestras obligaciones y eso es lo que está sucediendo con el asunto de los ciclistas, algunos de los cuales, salvo honrosas excepciones, exigen a golpe de pedal sin respetar los derechos de los que van a pie e incluso circulando en otros vehículos. Desgraciadamente son más que menos, es cuestión de ponerse en una esquina y contabilizar.
A esto se suma la incompetencia de las administraciones, como sucede con las alcaldías. En el caso de las que se denominan “progresistas”, como algunos gilipollas creen que montar en bici es de izquierdas, para ganar adeptos con acciones facilonas, buscan una “solución rápida” creando infraestructuras ineficientes por incompletas y mal planificadas. El caso es que algunos los aplauden encantados sin darse cuenta de que lo que han hecho es expulsar a unos para dar cabida a otros, generando un conflicto de intereses, en vez de crear una solución global que beneficie a todos por igual.
Esto da lugar a carriles bici como el de la foto que adjunto, delimitado con pintura en el acerado del Campo del Sur de Cádiz. Las tres cuartas partes de la acera están destinadas para la circulación de ciclistas, y un cuarto dividido en dos, que no da ni para el ancho de un carrito de bebé, ha de repartirse entre las farolas, las cornisas de las paradas de autobús, y los viandantes… Un reparto de locos.
Y así algunos ciclistas, crecidos por la conquista de sus derechos, se olvidan de los derechos más elementales de los demás, esto es… allá que voy con mi bici por el carril de marras, piticlín, piticlín, quítate de en medio anciano, mira por dónde vas. Y cuando me dé por circular por la calzada, pobre del conductor que no me sobrepase sin respetar el 1.5 m, que  voy filmando para denunciar a los infractores. Pero si paso con mi bicicleta a dos centímetros de la oreja de un crío, que se conciencie él y su madre, de que tienen que caminar por la franja de medio metro que se les ha asignado para caminar por la acera, piticlín, piticlín… Lo que no sabe el gilipollas de la bicicleta es que en uno de los extremos del puto carril hay un cartel, sin duda insuficiente, que indica que la prioridad es del peatón, y lo que tampoco sabe el muy cretino o la muy cretina, es que los pasos de peatones se cruzan caminando, no en bicicleta.
Cádiz tiene “carril bici” por todas partes, pero a los transeúntes que les den. Es más, donde no hay carril, les permiten circular por las aceras… Pero vamos a ver. ¿No se han ajustado las normas para que los coches no puedan adelantar a menos que puedan respetar el metro y medio de marras? Entonces para qué  tienen que circular los ciclistas por las aceras.
Luego está la otra derivada, los carriles bici que se habilitan en el extrarradio y que no utiliza ni dios, pues los “ciclistas expertos” que son los que se aventuran a las afueras de la ciudad, prefieren ir jodiendo el tráfico por la calzada, esto es, vamos en pelotón colegas que estamos en nuestro derecho y molamos mazo con nuestros maillots, para qué vamos a facilitar la circulación en hora punta colocándonos en fila india. Que le den al camionero del Mercabrevas, si se tiene que tirar conduciendo dos horas más por ir a 30 km/h.
Ahora eso sí, que no te falte de nada en el centro comercial, “ciclista experto”, que no te falten los repuestos para la bici no sea que no puedas ejercer tu derecho a montar en ella, o la bebida energética que te revienta el hígado, esa que te mata lentamente pero sin la cual parece que no puedes vivir. Quieres que prime tu derecho al deporte, frente al derecho al descanso de los que tienen que trabajar duro para que tú, “ciclista experto”, tengas de todo en los comercios. Lo que no te has planteado es que a lo peor resulta que te llevan por delante y acabas desangrándote en una cuneta, y que la ambulancia que tiene que recogerte, lo mismo tropieza con un atasco que han provocado cuatro como tú empeñados en ir en pelotón, esto es, doscientos camiones en caravana, en uno y otro sentido, y los de la ambulancia jugándose el tipo para recoger a tiempo a un insolidario como tú.
En cuanto a la ecología del ciclismo, esa es otra… A diario me encuentro por los carriles restos de bebidas energéticas, cámaras usadas, botes anti pinchazos, baterías de linternas y toda suerte de porquerías derivadas de la industria ciclista, de manera que el ciclismo es sano para el ciclista pero por la actitud de esta gentuza, acaba siendo insano para el medioambiente.  Y así vamos, jodiendo a golpe de pedal, de día y de noche, imponiendo nuestra dictadura, la de las dos ruedas a pedales, y ya está, aquí hay que mamar, español, español, español (Incluidas todas las comunidades autónomas)
Para finalizar, una advertencia para el del piticlín, piticlín del carril bici… como un día me roces con el manillar, te meto el timbre por donde no brilla el sol, y cada vez que tengas que ir a tirar lastre al WC, te vas a enterar de lo que jode el piticlín, piticlín, nunca mejor dicho.

JM Arroyo







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