A colación de la ministra infame que en la vía pública se
dirigió a una señora -con modales impropios del cargo ministerial que se le presupone-
para decirle que compró su casa de lujo con el dinero que heredó de su padre,
resulta que heredó dos fincas y sustancial parné, pero que no tuvo que tocar una
perra gorda de aquellos réditos para embarcarse en la compra del referido
inmueble con su marido, que al parecer también heredó alguna finca de su
difunto padre. ¿Están en su derecho? Rotundamente sí.
La contradicción se presenta cuando criminalizan a los demás
por los mismos motivos (heredar, tener varias casas, o comprar viviendas de
lujo) del mismo modo que criminalizaron a los que les hicieron escrache cuando
ellos dos fueron partidarios de esas prácticas de acoso contra los políticos
opositores.
Esa actitud se define con un adjetivo calificativo muy
concreto, hipocresía, y quienes los votan están definidos por otro, ingenuos.
Eso por no llamarlos tontos de solemnidad, aunque es extensible a otros
supuestos votantes de otra variedad.
En cuanto a la actitud chabacana de la ministra, aun
pudiendo tener razón, fue la de quien a todas luces no está ni a la altura del
betún. Si alguien se siente representado/tada/tade por semejante petarda de
pólvora mojada, tiene un serio problema de autoestima, circunstancia de la que
esta chusma política se aprovecha. Vote maudit bâtard.
sábado, 20 de mayo de 2023
LA HEREDERA
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