Todos los
partidos sin excepción piden encarecidamente la movilización. Casi lo imploran.
Temen la abstención como a la peste negra. Tendríamos en nuestras manos darles
un severo revés con una abstención masiva que obligue a un cambio radical, un
cambio que permita que sea el pueblo quien elija a sus gobernantes, no los
partidos, y que haya una representación real de la voluntad del pueblo,
separación de poderes, etcétera.
Por
desgracia siempre habrá incondicionales abducidos por discursos trasnochados,
acomplejados, desorientados, temerosos, practicantes del clientelismo político,
ignorantes que eligen la peor opción, o conformistas que eligen lo menos malo
entre lo peor, votantes entusiastas o resignados… Y claro, los vampiros tienen
el plasma asegurado.
Pero
desconfiados y celosos de lo "suyo" como son, temiendo una rebelión
por hartazgo, o temiendo que pese más un refrescón en el mar, que una jornada de
urnas de pega, imploran que las mansas reses se subyuguen obedientes, creándoles
la sensación engañosa de que lo hacen con libertad mientras les inoculan el
miedo a que gobiernen los otros. Les
piden que expongan sus yugulares para dejarse chupar la sangre una vez más, el
plasma del voto, campaña tras campaña durante 47 años, y mientras la peña en
España siga desnortada, por los siglos de los siglos.
lunes, 13 de junio de 2022
EL PLASMA PARA LOS VAMPIROS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario