domingo, 18 de octubre de 2020

RHIZOSTOMA LUTEUM

 

RHIZOSTOMA LUTEUM

La fotografié el pasado 7 de septiembre de 2020 cuando irrumpió en la dársena del muelle 1 de la base naval de Rota, junto a la popa del destructor estadounidense USS Donald Kook. En esos instantes solo sabía que era lo que era obvio, una medusa. Pero me gusta indagar sobre aquello que me llama la atención, y puestos a ello he sabido lo siguiente, que me ha resultado bastante sorprendente.

Se trata de una Rhizostoma  luteum, una especie de medusa atlántica relativamente poco conocida, que fue avistada por primera vez  en 1827 por dos naturalistas gabachos, un tal Jean René Constant Quoy, y un tal Joseph Paul Gaimard, cuando surcaban las aguas del Estrecho de Gibraltar a bordo de L’Astrolabe. Después de aquel avistamiento, no se la volvió a ver más hasta el año 2013 cuando un grupo de científicos, comandados por la científica Laura Prieto, perteneciente al Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (CSIC) confirmó la presencia de esta especie en el Mediterráneo.

Al parecer hay confirmados más de 150 avistamientos en los últimos 17 años, esto es, parece ser que no ha sido vista demasiadas veces, y al parecer he sido uno de los pocos afortunados que la ha visto, junto con mis compañeros de trabajo. Es de gran tamaño, dicen los científicos que puede llegar a pesar del orden de 40 kg y tener un diámetro de más de 60 cm. Los brazos orales pueden alcanzar los 2 metros de longitud. Esta que os muestro tenía una longitud aproximada de 1.70 m de largo desde la parte superior de la umbrela (la cabeza para entendernos) hasta el extremo de los brazos orales (tentáculos). La toxicidad de esta especie no es grande.

Dado su interés científico, quienes se dedican a su estudio cuentan con la colaboración de la gente que los avistan. Entre estos organismos científicos está el Centro Oceanográfico de Murcia, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO) que pone a disposición el siguiente correo electrónico medusa@mu.ieo.es para reseñar esos avistamientos, pues están particularmente interesados por la irrupción de esta especie atlántica en el Mediterráneo.

Yo aportaré mi granito de arena enviándoles la foto con la ubicación y la temperatura del agua, que en aquellos momentos era de 24ºC. Animo a que lo hagáis también vosotros si la veis, sobre todo los que vivís en Madrid, Soria, Ciudad Real o Talavera de la Reina. Sería la leche ver una en uno de esos lugares.

 



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