Las mudanzas
es lo que tienen, que empiezas a recopilar efectos a la par que realizas
escabechinas para soltar lastre, y entre medias aparecen tebeos de Mortadelo y
Filemón y fotos, como es el caso que me ocupa, vinculadas a datos precisos
referidos en mis diarios.
La secuencia
me la hizo mi primo Miguel la noche del 4 de diciembre de 1988, en la buhardilla estudio que tenía alquilada en su
época de estudiante universitario. Avenue du Président Wilson 30 era la
dirección, cerquita de la Plaza de Trocadero de Paris, que no del sitio del
Término Municipal de Puerto Real, origen del nombre de la plaza que conmemora la
batalla del 31 de agosto de 1823 para imponernos el mandato del rey Felón, que
rima con cabrón de forma muy oportuna.
El edificio,
de estilo hausmanniano de mediados del siglo XIX, conforma el paisaje urbano
que caracteriza a La Ville Lumière, y las buhardillas en sus orígenes estaban
destinadas al alojamiento del servicio. Era reducida pero muy acogedora y estaba bien equipada. Resultaba
reconfortante mirar por la ventana y ver caer la lluvia, como era el caso de
aquella noche, sobre los azulados techos de pizarra, y los destellos de las
luces de la coronación de la torre Eiffel.
Las fotos
disparadas por mi querido primo, captan una payasada de las mías, pues entre
risas y conversaciones trascendentales transcurrieron aquellas noches de
aquella semana, cuando él regresaba de la universidad y yo de patearme la
ciudad.
En la era de
los selfies y los megapíxeles, en las que la gente se hace fotos al ritmo de la
sistólica y la diastólica, con una calidad gráfica impresionante sin tener
pajolera idea de fotografía, éstas pueden resultar irrelevantes, incluso de
mala calidad gráfica y cromática, pero habría que ver a la peña en estos
tiempos manejando una cámara analógica, y sobre todo, extrayendo recuerdos
claros y concisos de una imagen después de 35 años de almanaque. Un abrazo
Miguel, y gracias por aquellos momentos.
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