martes, 15 de noviembre de 2022

REMODELACIONES QUIRÚRGICAS Y OTRAS MIERDAS.

Según la ministra de Defensa, no es lo mismo malversar con ánimo de lucro personal que hacerlo para, léase entre líneas, la causa independentista o sostener la maquinaria clientelar del PSOE.
Del mismo modo, no debe ser igual atracar un banco para lucro propio, que atracarlo para donar el dinero al club de fútbol de alevines de tu barrio. Así que, entrenadores de alevines desesperados, ya sabéis.
Pero lo que más me llama la atención es eso de la “remodelación quirúrgica” del delito de malversación, hablando en plata, justicia a la carta para los privilegiados. Y por estos detalles, cuanto menos chocantes, me pregunto dónde queda eso de que en España todos somos iguales ante la ley. Y dónde queda eso de la separación de poderes. Y dónde queda eso de que esto es una democracia. Me pregunto qué coño tiene esto de progresista.
Y así, a lo tonto, gracias al ingenio descarado de esta legión del despropósito, tendremos incluso a pederastas que acabarán puestos en libertad antes de tiempo, como resultado de la aplicación de la ley de nuevo cuño implementada por la más lista de todes, la ley del “solo sí es sí” aunque tenga 10 años y la engatusen con golosinas.
Y mientras, el sistema sanitario hecho unos zorros con la connivencia del resto de la tropa política, que puestos a apelar a monsieur Guillotin, no iba a quedar títere con tête en el Hemiciclo. Ya podían “malversar” para pagar sueldos dignos a los sanitarios y cubrir adecuadamente las plazas necesarias, que se agilicen los asuntos quirúrgicos que salvan vidas, y no el culo de los malversadores de la política. Pero va a ser que no, sobre todo mientras las papeletas alimenten las urnas de esta basura de partidocracia.  
Me voy a la embajada de Noruega a pedir asilo político por estas majaderías, a ver si cuela, y para convencerlos de mi disposición a integrarme en sus costumbres, me comeré un plato de esos que apesta para todos sus muertos, el sustotrömming o como cohone se diga. Seguro que me sienta mejor que tanta indigestión política.

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