sábado, 10 de febrero de 2018

PERSIANEROS GENOCIDAS.

5 junio de 2017. Campus de la Universidad de Jaén. Edificio D-2.
-    Amos Manolo, que tenemos faena acumulá, quita los tornillos de la caja de persiana.
-    Vale Pepe, amos allá.
-    ¡Anda la hostia!
-    ¡Qué pasa¡¡Qué es eso¡ ¡Fuera bisho, fuera¡
-    ¡Pepe, sacude la tabla que como nos muerdan nos convertimos en vampiros! ¡Zas!¡Zas!
-    ¡Qué horró Manué!

Meses más tarde, la fiscalía pide que condenen a los persianeros a un año y medio de prisión y 130.000 euros de indemnización por forzar la salida de los murciélagos okupas de día, constituyendo un acto agresivo calificado como delito contra la fauna, acto en el que cascaron 45 murciélagos de herradura. Me pregunto si la indemnización es para la familia de los murciélagos afectados, o para que alguno de la administración haga su agosto saqueando el patrimonio a costa de los persianeros.

Sin duda la justicia ha sido implacable, y ser persianero se ha convertido en un oficio de riesgo más allá de que les toque cambiar una persiana en el ático. Ahora tendrán que contar con asesoría jurídica, y hacer un estudio de impacto medio ambiental previo para cambiar persianas. En caso de que haya murciélagos, tendrán que acordonar el tambor y paralizar la obra, llamando a continuación al Ministerio de Medio Ambiente, al SEPRONA  o a quien corresponda, además de a un abogado, no sea que a un murciélago se le pare el corazón a cuenta del primer golpe en el tambor de la persiana. Sin duda tendrán que implementar sus conocimientos propios de la profesión, incluyendo otros  relativos a las especies protegidas, impacto medioambiental y legislación, ya sea general o específica sobre la comunidad de murciélagos, de herradura para más señas. Ya se encargará algún listo de proponer cursos de a 400 pavos con 5 años de vigencia.

Como si lo viera, hola soy persianero vengo por la oferta de trabajo. ¿Tiene usted al día el curso de gestión para el tratamiento de murciélagos de herradura? No. Pues al carajo, se lo saca, 400 pavos y luego ya veremos, y no se olvide del curso de gestión de zariguellas persianeras.

Respecto a los responsables del campus, que son quienes contrataron el servicio, en el parte de trabajo advertían de la posibilidad de que hubiese murciélagos en la caja del tambor, y digo yo, si lo sabían, por qué no llamaron primero al organismo que se dedica a velar por las especies protegidas, en vez de enmarronar a dos operarios que vete a saber si sabrán que los murciélagos de herradura, no es que sean caballos voladores. Y en cualquier caso, ¿Por qué no recomendaron en el parte que el trabajo se hiciera por la noche?

En cuanto a la sanción, a la vista está que las multas y las condenas no son proporcionales a lo que está sucediendo en este país. Aquí sale mucho más caro espantar a unos murciélagos para poder hacer tu trabajo, que violar a una mujer o saquear las arcas del Estado por puro placer. Sale más caro asustar a un animal, que abrir un bar sin licencia si cuentan con un amiguete en el ayuntamiento, aunque se ponga en riesgo la salud de la clientela y se pasen el impacto medioambiental por sus cojones cocineros.

Lo que está claro es que a estos dos desgraciados no se les va a olvidar cómo es un murciélago de herradura, y que para otra, la persiana la va a reparar el decano con los cuernos.

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