OCHO MINUTOS Y DOCE SEGUNDOS.
Es un tema musical largo, intenso, como los recuerdos que me
trae. Habrán pasado ya trece o catorce años, de cuando los tres de marras,
Juanma, Nano y yo, fuimos a la presa del Hundidero, cerca de Montejaque
(Provincia de Málaga) para rapelar los cerca de 70 metros de altura que tenía
aquella malograda obra de ingeniería que
se comenzó en 1920 y se abandonó en
tiempos del fascista Franco en la década de los 50, una presa que jamás fue
puesta en servicio porque el agua que se pretendía embalsar, se filtraba por la
roca de naturaleza kárstica que flanqueaba la presa.
El caso, y a lo que voy, es que después de pasar una jornada
intensa, en contacto con la naturaleza y
descargando adrenalina, llegó la hora de emprender el regreso a casa.
Circulábamos por las sinuosas carreteras de la serranía de Ronda a bordo de mi
añorado todo terreno, y puse en marcha el reproductor de CDs para tener música
de fondo mientras conversábamos animosamente sobre la fantástica jornada que
habíamos pasado juntos, lamentando que no pudiéramos repetirlo en más ocasiones
de las que las malditas responsabilidades nos permitían. Pero la charla enmudeció cuando alguien subió
el volumen del reproductor y empezó a sonar este tema… “Same old blues”.
La carretera con sus curvas, parecía mecer el coche, cuyo motor enmudeció ante el lamento de la guitarra de Eric Clapton, Slowhand para los amigos. Fueron ocho minutos y doce segundos que nos trasladaron a otra dimensión mientras caía la tarde y las sombras de los árboles se alargaban, fragmentando sus hojas, la luz en miles de destellos. Me dio la impresión de no haber estado conduciendo durante esos ocho minutos y doce segundos, para mí, que el Mitsu se condujo solo mientras mi mente se dispersó… Aquello fue la intemerata.
Cada vez que escucho este tema, el lamento de esa guitarra,
que me transmite incluso más que la voz
de Eric y la letra se la canción, me traslado a aquel día, a ese pasado
anhelado, a esos sublimes ocho minutos y doce segundos en los que puedo afirmar
de manera categórica, que me sentí inmensamente feliz.
En la foto, de izquierda a derecha, los tres de marras… Juanma, Nano y el que suscribe.
Como me ha gustado .......tanto que casi me veia yo hay con el arnes.........el magnesio y soltando cuerda.........me ha recordado mis dias de escaladora..................pero no eran tan divertidos...............jajajajja.............la foto no tiene desperdicio.....................vaya tres joyitas...................de carne y hueso.
ResponderEliminarBesotes.!!!!!