domingo, 14 de septiembre de 2014


OCHO MINUTOS Y DOCE SEGUNDOS.

Es un tema musical largo, intenso, como los recuerdos que me trae. Habrán pasado ya trece o catorce años, de cuando los tres de marras, Juanma, Nano y yo, fuimos a la presa del Hundidero, cerca de Montejaque (Provincia de Málaga)  para rapelar  los cerca de 70 metros de altura que tenía aquella malograda  obra de ingeniería que se comenzó en 1920 y se abandonó  en tiempos del fascista Franco en la década de los 50, una presa que jamás fue puesta en servicio porque el agua que se pretendía embalsar, se filtraba por la roca de naturaleza kárstica que flanqueaba la presa.

El caso, y a lo que voy, es que después de pasar una jornada intensa,  en contacto con la naturaleza y descargando adrenalina, llegó la hora de emprender el regreso a casa. Circulábamos por las sinuosas carreteras de la serranía de Ronda a bordo de mi añorado todo terreno, y puse en marcha el reproductor de CDs para tener música de fondo mientras conversábamos animosamente sobre la fantástica jornada que habíamos pasado juntos, lamentando que no pudiéramos repetirlo en más ocasiones de las que las malditas responsabilidades nos permitían.  Pero la charla enmudeció cuando alguien subió el volumen del reproductor y empezó a sonar este tema… “Same old blues”.


La carretera con sus curvas, parecía mecer el coche, cuyo motor enmudeció ante el lamento de la guitarra de Eric Clapton, Slowhand para los amigos. Fueron  ocho minutos y doce segundos que nos trasladaron a otra dimensión mientras caía la tarde y las sombras de los árboles se alargaban, fragmentando sus hojas, la luz en miles de destellos. Me dio la impresión de no haber estado conduciendo durante esos ocho minutos y doce segundos, para mí, que el Mitsu se condujo solo mientras mi mente se dispersó… Aquello fue la intemerata.

Cada vez que escucho este tema, el lamento de esa guitarra, que me transmite  incluso más que la voz de Eric y la letra se la canción, me traslado a aquel día, a ese pasado anhelado, a esos sublimes ocho minutos y doce segundos en los que puedo afirmar de manera categórica, que me sentí inmensamente feliz.

En la foto, de izquierda a derecha, los tres de marras… Juanma, Nano y el que suscribe.
 
 



1 comentario:

  1. Como me ha gustado .......tanto que casi me veia yo hay con el arnes.........el magnesio y soltando cuerda.........me ha recordado mis dias de escaladora..................pero no eran tan divertidos...............jajajajja.............la foto no tiene desperdicio.....................vaya tres joyitas...................de carne y hueso.

    Besotes.!!!!!

    ResponderEliminar