martes, 24 de agosto de 2021

EL BATERÍA TRANQUILO

Vaya. Nos ha dejado el batería tranquilo. El contrapunto sereno de sus Satánicas Majestades. El ángel infiltrado. El del gesto impasible que marcaba el ritmo, con la misma modestia que si condujese un tranvía.
Me agradaba ese tipo. A pesar de haber sido fundamental, no gustaba de acaparar protagonismo. Era la estructura reforzada, que oculta bajo las chapas del fuselaje de los Rolling, evitó su desintegración cuando entraban en barrena por la lucha de egos.
Me gustaba de él, eso que ahora tanto se denosta en favor de lo zafio, su clase en todos los sentidos. Ordinarios vestidos de Armani los hay a patadas, y no se trata de eso.
Destacaba sin destacar. Destacaba su saber estar, sin que se notara su presencia más de lo imprescindible. Su acción se resumía en un discreto movimiento de muñecas, suficiente para sostener el ritmo endiablado de la banda. Y ese gesto impasible.
Ahora que caigo en la cuenta, solo me llevaba 20 años y pocos meses. Aunque no tengo propensión a la idolatría, se desmoronan mis referentes, en este caso de la música. Ley de vida que hay que asumir con la misma serenidad con la que tocaba el batería tranquilo.
Adiós Charlie Watts, feliz viaje con tu tranvía, y que Dios salve a los Rolling, porque ya no serán lo mismo sin ti. Es el fin de una era.


 


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