TOMA BRUTAL
Esta toma brutal del duro
aterrizaje que experimentó Saray Chana, la joven componente del equipo X-treme,
no hace más que reafirmar mi admiración por ella y por sus compañeros de
equipo. En la vida cotidiana todos solemos tener algún tropiezo realizando actividades
de lo más simple y no nos mortificamos por ello, en cambio sé de buena tienta
que Saray se ha cabreado consigo misma después de realizar la toma y tiene la
sensación de haber defraudado a su equipo y al público que estaba presente.
Saray es una profesional de un deporte llevado al extremo y su nivel de auto
exigencia también lo lleva al límite, que supera con creces los límites
que nos exigimos el común de los
mortales.
Cuando el equipo de
X-treme saltó, ya se había ocultado el sol, y para más pena, una formación
nubosa disipó, más si cabe, las últimas luces del día. Saray fue la última en
tomar tierra y realizó su vertiginosa aproximación a velocidades que rondan los
100 km/h como suelen hacer en cada una de sus actuaciones.
¿Qué sucedió? Saray fue
victima de lo que los paracaidistas conocen como “fijación de claro oscuro” un
efecto óptico que se produce cuando las luces son tenues como era el caso. Ese
efecto produce una falsa percepción de la altura, mientras que el altímetro
indica una cota, tus ojos te dicen lo contrario. Saray pegó contra el suelo
antes de lo que esperaba y acabó dando una voltereta espeluznante, dramatizada
por los botes fumígenos. A pesar del leñazo, Saray se levantó sin más, como una
jabata, todo lo contrario de lo que hacen las megaestrellas del futbol, que se
retuercen como parguelas en el suelo a menos que los rozan.
Al día siguiente volvieron
a actuar, con unos cuantos pares de cojones y un par de ovarios, los de Saray,
que realizó una toma impecable. Escuché a la gente de mi alrededor decir lo
mismo que pensé yo… ahí está la chica, como si ayer no hubiera pasado nada, y
no es de extrañar porque Saray tiene ya un palmarés impresionante.
Con todo, me han dicho que
Saray anda de capa caída, que tiene la sensación haber decepcionado a sus
compañeros y al público. Puedo entender que se sienta decepcionada consigo
misma, porque su nivel de exigencia, como ya he dicho, supera la media, pero lo
que si puedo asegurarle a Saray, es que a nosotros, lejos de decepcionarnos,
nos ha despertado más admiración si cabe.
Pensé en no subir esta
foto porque temía dar una impresión de deslucimiento de la actuación de Saray,
pero finalmente he cambiado de idea. La razón es que quiero que seáis
conscientes de los riesgos que corren estas personas, y de los retos físicos y
emocionales que tienen que superar para deleitarnos los sentidos en sus
actuaciones. También quiero que la vea Saray, que la mire como si nada, que la
mire para que refuerce su confianza, porque eso para ella debe suponer un pequeño
tropiezo sin importancia, y para nosotros, la toma de conciencia de que existe
gente que realiza cosas excepcionales.
Yo he saltado en
paracaídas, en automático, al medio día, cayendo a cámara lenta en un día de
sol y moscas, y aun así, creyendo que caería sobre un césped bien cortado,
engañado por mi percepción visual, acabé rodando sobre un trigal aún verde y
todavía me salen granos de trigo por la nariz… aquello sí que fue patético.
Va por ti Saray.
Debe ser complicado hacer caso a un aparatejo cuando tus sentidos te indican algo totalmente distinto.
ResponderEliminarYo, que soy poco confiado, habría pasado del altímetro y habría hecho lo mismo que ella.
Me parece una actividad muy arriesgada, pues tengo compañeros de trabajo que se pasan el día saltando y alguna vez han sido partícipes de alguna muerte.
La necesidad de emociones fuertes hace que el ser humano se arriesgue de este modo...
Es la sal de la vida.
Enhorabuena al fotógrafo, que es bueno de narices...y también a la saltadora y su equipo, que disfrutan haciendo lo que hacen.