martes, 24 de diciembre de 2024

NOSTALGIA EN COLUMELA

Recordar el pasado regresando a los lugares que frecuentábamos, puede jugarnos malas pasadas.  
Ayer mismo pasé por delante de un local comercial de la calle Columela en el que, en mi juventud, compraba los kits de maquetas y los esmaltes y pegamentos para montarlas. Matchbox, Airfix y Heller solían ser las marcas de las maquetas que comercializaban, y se me iban los ojos tras ellas, teniéndome que contentar con las más baratas, generalmente aviones a escala 1/72.
No recuerdo el nombre del comercio en aquella época.
Hoy día se llama algo así como Missmísimi o Intimissimi, con dos eses, para que suene más sexiguaiss. Venden lencería sexi, lo que otrora eran bragas de toda la vida, pero con menos tela, casi ninguna, y en estas fechas, de color rojo.
Súbitamente fui preso de la nostalgia, quizá porque tendemos a idealizar el pasado, pero cierto es, que cuando miré a mi alrededor, solo veía franquicias de moda producto de la globalización, comercios calcados en su fisionomía, que venden exactamente lo mismo en la calle Columela de Cádiz, que en un centro comercial de Hamburgo.
Apenas quedan en la calle Columela y aledaños, un par de relojerías de las de tiempos atrás, pero ni rastro de mercerías, librerías, tiendas de ropa y zapaterías locales, ultramarinos, ferreterías, jugueterías… Comercios en los que se dispensaba, además del producto, un trato personal y se escuchaban conversaciones sobre el día a día, hola don Pepito, hola don José, y no esa música enlatada y machacona con la que nos bombardean en todos los frentes para idiotizarnos. También flotaban en el éter aromas muy particulares que permitían saber dónde estabas, aun teniendo los ojos cerrados… olor a madera, a tinta, a telas, a imprenta, a papel, a cola, a soldadura de plata, a especias, a perfume a granel y jabón…
Quizá tiempos pasados no fueron mejores por muchas razones, pero tengo mis dudas por muchas otras que creo que inclinan la balanza a su favor. Intimissimi… la madre que parió.