UNA MIERDA PINCHADA EN UN PALO.
Pues resulta que uno tiene una
edad, y recibe cartas de la siguiente variedad. Remitente Junta de Andalucía.
Asunto; programa de Detección Precoz del Cáncer de Colón y Recto. En el
interior del sobre; un folleto explicativo, un dispositivo de recogida y
almacenamiento, un volante de petición de analítica, y un sobre para introducir
todo lo anterior.
Entrando en situación, sin anestesia,
la cosa va de lo siguiente. Uno tiene que sentarse en el trono, pero de cara a
la cisterna. A continuación hay que apretar conductos como se hace
habitualmente, pero con la cosa de atrapar la carga de profundidad al vuelo, o
al menos parte de ella, para evitar que entre en contacto con el agua del WC.
Una vez atrapado el mogote
convenientemente, con un papel, un orinal o similar, hay echar mano del dispositivo
de recogida, un bastoncillo que viene enroscado en un pequeño recipiente que
contiene un líquido. Básicamente, es como si se realizara la geofísica de un
área geográfica, de esas en las que tomé parte cuando trabajaba en obras
marítimas. Esto es, hay que realizar con el bastoncillo, seis catas o
perforaciones en la ciénaga. Tiene que ser en distintas zonas y con distintos
ángulos, pero sin rebañar, que no se trata de lomo en manteca.
Una vez obtenida la muestra, hay
que introducir de nuevo el bastoncillo en el recipiente que contiene el
líquido, enroscarlo convenientemente para evitar fugas embarazosas, y agitar el
gazpacho. Finalizado el proceso, se mete todo en el sobre que incluyen para tal
efecto, se va al ambulatorio que corresponda, y se entrega la mierda pinchada
en un palo, expresión que por primera vez en mi vida, adquiere su verdadero
sentido.
Y es que como decía al principio,
las cartas que se reciben a mi edad, o son multas de tráfico, o puyazos de
Hacienda, denegación de prestaciones, o solicitudes como ésta, que como las
anteriores, son mierdas pinchadas en un palo. Dónde quedaron lar cartas de amor…
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