domingo, 24 de marzo de 2019


PERRITOS ASENTIDORES.

No deja de sorprenderme. Me refiero a la cantidad de personas que idolatran a otras. Podría entenderlo en algunos casos excepcionales, aunque no lo compartiría, pues una cosa es admirar la labor de alguien y otra idolatrarlo, lo que implica reconocerse como un ser inferior.
Pero los casos que más me llaman la atención son los relacionados con la clase política, la mezquina, pues no me refiero a un Luther King o a un Mandela. Me refiero a los Casado, a los Sánchez, a los Rivera, a los Iglesias, a los Abascal, a los Puigdemont…
Ahí están, rodeados de una cohorte de asentidores que acuden sus mítines dispuestos a escuchar unas premisas preestablecidas que se saben de memoria como buenos discípulos adoctrinados, y a regalar aplausos y vítores a sus líderes, mirándoles absortos como si fueran apariciones marianas, con la baba cayéndoseles por las comisuras, moviendo la cabecita como esas figuras de perritos que se llevaban en los 70 en la bandeja trasera de los coches.
Me sorprende que en el siglo XXI, en la era tecnológica, en la que el conocimiento puede estar al alcance de cualquiera, sigan produciéndose  estos fenómenos, masas de personas que quedan absortas frente a charlatanes que venden curas milagrosas. En fin, que cada palo aguante su vela.



miércoles, 20 de marzo de 2019


DÍA INTERNACIONAL DE LA CÓLERA.

Y por qué no. A fin de cuentas no deja de ser un estado emocional puntual, pues las emociones son reacciones que producen en base a estímulos externos. Esto es, una persona puede estar happy que te rilas hasta que llega un cabrón, le poda el bonsái en el que basaba su felicidad, y encima le da dos guantás. Después de eso, lo más probable es que esa persona pase de un estado de felicidad a otro de cólera, tristeza o apatía, que al igual que la felicidad, serán puntuales. Si sigue siendo feliz después de eso, es que tiene dada una pedrada y no es persona.
Pero nos quieren vender la moto de que la felicidad perpetua es posible, algo así como no enfermar nunca, podemos ser felices sobre todo acaparando bienes materiales, viajando más que Willy Fog, llevando una vida social intensa, haciendo yoga o asistiendo a sesiones de risoterapia, ja ja ja…
Algunos de los que viajen a la India con el Corte Inglés, regresarán maravillados por lo felices que son los hindúes a pesar de lo pobres que son, argumentando por ello, que es posible ser feliz permanentemente, aun sin tener dónde caerse muerto, pues los espacios dignos en la India están copados por los ricos y por las vacas sagradas. Wonderful India mientras no seas mujer o de una casta chunga, pero son felices “osea”, y lo cuenta uno que ha estado durmiendo en el hotel The Imperial de Nueva Delhi a pensión completa.
Y claro, con ese pretender que seamos felices permanentemente sin dar opción al fracaso o a una tristeza digna, cada vez hay más personas desilusionadas que se sumen en la depresión, sobre todo cuando ven en las redes sociales lo “felices” que son los demás, y la de me gustas o corazoncitos que tienen. Entonces acaban medicadas a base de ansiolíticos, cuando no enganchados a las drogas o al alcohol, culminando el proceso de caída en picado dándose matarile en la vía del tren o con una sobredosis de barbitúricos.
Pues qué queréis que os diga, yo unas veces me siento feliz, otras me deprimo razonablemente, y otras me cabreo y blasfemo en arameo, que es muy saludable para liberar tensiones. La vida hay que saber sobrellevarla en todos los estados, hay que gestionar la felicidad, la tristeza y los días de cólera, estados puntuales de mayor o menor duración que se pueden producir en un mismo día. A fin de cuentas la felicidad se experimenta cuando se ha experimentado la tristeza, de otro modo no seríamos conscientes de lo que supone ser feliz. Hay que haber caminado con una china metido en el zapato y hacerse una rozadura para valorar el alivio que supone meter los pies en un torrente de agua fresca.



domingo, 17 de marzo de 2019


LAS LISTAS QUE NO VOTAMOS.

Ejemplo práctico en el que tomaré como muestra al PP. Pablo Casado ha decidido incorporar en sus listas a Juan José Cortés y a Cayetana Álvarez de Toledo. Sin entrar en detalles personales sobre estas dos personas, las preguntas que dejo caer son dos ¿Quien los ha elegido? ¿A quién se deben? La respuesta me resulta obvia y la reduzco a una… Pablo Casado.

Basándome en estos datos básicos, extraigo una conclusión. Cuando votamos, no elegimos a quien queremos que nos represente, sino a quien los dirigentes de un partido deciden colocar en base a sus intereses. En el caso del PP, Casado ha elegido a Juan José Cortés. Quizá le venga bien desde el punto de vista mediático, que a fin de cuentas es lo único que les importa a los dirigentes de los partidos, atraer a las masas para que voten PP y perpetuarlos en el escenario político, con independencia de que gobiernen o no. Casado elige a Cortés y Sánchez a un entrenador de baloncesto.

¿Acaso no habrá personas más válidas entre las que elegir para que trabajen por nuestros intereses? Porque sin pretender ser cruel, el señor Cortés, al margen de haber experimentado una terrible desgracia ¿Qué habilidades tiene  para gestionar los intereses de los onubenses más allá de recoger firmas y aparecer en todos los escenarios donde se ha producido alguna tragedia, para reforzar su campaña para exigir la prisión permanente revisable?

El ejemplo del PP es extensible al resto de los partidos políticos, y por ende, al sistema de elecciones que tenemos en España. Hacen comulgar al pueblo manso y obediente con ruedas de molino. Todos entran al trapo del mantra “hay que votar”, como si votar sin más, fuese garantía de algo. Votar se votaba con Franco, no digo más, y seguimos votando en una transición que a la clase política, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, no les interesa completar, porque si lo hicieran, se les acabaría el chollo.

Por eso, la verdadera revolución sería no votar y darle a entender a la clase política que no pasamos por lo que ellos quieran, que son ellos quienes tienen que deberse a la ciudadanía y no al revés, que debemos ser nosotros quienes elijamos a nuestros representantes, y no los partidos políticos. Hay que echar abajo esta partidocracia, pero queda mucho para eso. Tenemos que evolucionar un cojón de mico, mas, los indicadores parecen apuntar que en vez de evolucionar, involucionamos, nos estamos volviendo más idiotas. Estamos perdidos me temo, solo nos puede salvar un milagro y la religión hoy día no está de moda.

viernes, 15 de marzo de 2019


FRIDAYS FOR FUTURE.

La inspiradora se llama Greta Thunberg, una adolescente sueca que se planta cada viernes  frente a la sede del parlamento sueco para llamar la atención sobre el cambio climático y las secuelas que ya se están manifestando. Viene a decir que les vamos a dejar un planeta de mierda, y no le falta razón. Lo que no está tan claro es que ellos, los adolescentes, no tengan también su parte importante de responsabilidad, aunque a muchos la responsabilidad les genere urticaria.
Como hoy día con esto de las redes sociales todo se ha vuelto viral, el gesto de la adolescente sueca ha corrido como la pólvora, y a día de hoy ciento de miles de adolescentes han seguido la iniciativa y se han puesto los viernes de huelga lúdico festiva, mira qué bien, para protestar por lo mismo. Enternecedor.
El caso es, que no sé en Suecia, pero en este país la juventud no se caracteriza precisamente por su concienciación medioambiental, y que no me vengan con milongas porque lo veo a diario en la calle. De entrada pocos prescinden de la tecnología, la inmensa mayoría tienen sus móviles última generación porque los renuevan cada año, al igual que sus consolas, y si no los tienen actualizados son capaces de suicidarse o matar a alguien. Visten a la moda, tienen patinetes eléctricos, motos y todo aquello que se mueva a base de baterías o motores de combustión. Se apuntan al black Friday, al Cyber Mondey, al Single Day o al Pollas Tuesday, eventos orientados al consumismo puro y duro, con lo que repercute esa dinámica en el medio ambiente.
Luego te paseas por una plaza y ves cómo la enmarranan  tirando al suelo sin pudor latas de bebidas energéticas y  los envases de la comida basura que consumen como si no hubiera un mañana. También contaminan acústicamente con sus bafles Booster  Dynamics Tronío del Copón de 200 vatios   para jodernos con su reguetón de mierda y pulverizarnos los tímpanos y los nervios. Ni qué hablar de los botellones o de los megaconciertos con la de vatios que tiran y la mierda que se genera entorno al evento.
Y ahora diles que renuncien a todo eso, que se apliquen el cuento, que conozcan que toda causa tiene su efecto, veréis lo que nos dicen. ¿Fridays for future? Lo que tienen que hacer es no desperdiciar los viernes y estudiar para adquirir conocimiento y predicar con el ejemplo, en vez de manifestarse tanto por tantas cosas, que tanta manifestación también contamina, sobre todo cuando le prenden fuego a los contenedores y hay que tirar de gases lacrimógenos… cojones.



miércoles, 13 de marzo de 2019


METÁFORA AERONÁUTICA SOBRE EL 8M.

Hoy es difícil escabullirse del eco mediático que gira alrededor de la igualdad, los derechos de las mujeres y la violencia de género, asuntos serios donde los haya, que es vital que se resuelvan por el bien de todos, y no entro en el juego absurdo del “lenguaje inclusivo” porque la inclusión no la determinan las reglas del lenguaje, sino la actitud de cada cual.
Dándole vueltas al asunto, yo que tengo claro que hombres y mujeres con independencia del género en el que quieran enmarcarse, debemos convivir en armonía, pensé en la Patrulla Águila del Ejército del Aire español, como metáfora de lo que debiera de ser la sinergia necesaria entre hombres y mujeres.

Recientemente se ha incorporado al equipo de vuelo acrobático otra mujer, la segunda si no me equivoco, que me corrijan los expertos. A la Patrulla Águila en particular, o a las unidades de vuelo de combate en general, no se accede si no es por verdaderos méritos, pues el Estado no es proclive a entregar un cazabombardero cuyo precio puede rebasar los cien millones de euros, por razones obvias. Así que de entrada, esas dos mujeres, que con seguridad tuvieron que esforzarse por encima de la media, accedieron al puesto, no precisamente por discriminación positiva, lo que demuestra que ellas pueden solas con lo que se propongan.

El caso es que ese equipo de pilotos de élite compuesto por mujeres y por hombres, basa su estrategia de acción en la formación de cada uno de sus integrantes, pero sobre todo en la confianza que tienen los unos en las otras y viceversa. De no ser así, de no existir ese esa confianza mutua, cuyo origen está en el respeto, cada exhibición aérea se convertiría en una tragedia.
Creo que ese es el plan de vuelo que debemos seguir en todos los órdenes de la vida, actuar con el mismo temple, con la misma cabeza fría, con la misma confianza mutua con la que intervienen los pilotos de la Patrulla Águila y sus equipos de tierra, también integrados por hombres y mujeres.
Lo que no puede ser, en lo que no debemos caer ni vosotras ni nosotros, en es la polarización, en el histrionismo, en el sectarismo en uno u otro sentido. Como muestra expongo un episodio que vi esta mañana en la maldita televisión, concretamente en Espejo Público, ese espejo amarillista y mezquino que dirige la tal Griso, especialista en meter el dedo en las llagas sangrantes de las víctimas de toda condición, con tal de fomentar el morbo y encabezar los registros de audiencia.

El equipo de la señora Griso y de otras cadenas que producen televisión basura, a diferencia de la Patrulla Águila, lo que busca es la polémica, generar desconfianza, enfrentar a las partes para dar lugar a la crispación. A colación del día de hoy, han tenido la ocurrencia de reunir a mujeres del mundo de la política con ideales antagónicos en cuanto al feminismo se refiere, para que se despellejaran entre sí, dando lugar a un espectáculo bochornoso en el cual, los hombres presentes en el “debate” permanecían callados, quizá intimidados por la situación, de tal forma que la confrontación fue básicamente entre las mujeres asistentes, lo cual parece que genera más morbo aún.
Por supuesto, también llevó el “debate” a la calle, entrevistando siempre a partidarios y partidarias de posiciones extremas, como las que tienen esos que se pasean el infame autobús en el que se exhibe el rostro travestido de un genocida, imagen que es una ofensa, no solo para las mujeres, sino para cualquier persona de buena condición. Ese no es el camino a seguir, en absoluto, así no podremos volar de forma segura y dibujar estelas multicolor en el cielo.

Dicho esto, el mundo hoy no se ha parado, al menos en España, lo he podido constatar porque he tenido que realizar varias gestiones, y todas las mujeres estaban en sus puestos, razón por la cual les estoy muy agradecido. El mundo no se ha parado porque muchas mujeres sensatas han decidido trabajar, pues parando el mundo no se consigue nada, un mundo que se detendría sin ellas, pero también sin nosotros. No han parado el mundo porque no se han dejado manipular por la clase política que solo busca perpetuarse en el poder.

Se trata de avanzar, aunque sea lentamente, no de polarizar a la sociedad y crear frentes antagonistas. Se trata de que los hombres nos concienciemos de que respetando los derechos de las mujeres, nos irá mejor a todos, porque sus aportaciones son vitales. Las  mujeres también deberían tomar nota en ese sentido, pues resulta que en demasiadas ocasiones, una vez han alcanzado puestos relevantes en la sociedad, en vez de cambiar los vicios contra los que lucharon, los han preservado y se han convertido en un obstáculo, no para los hombres, sino para otras mujeres, feministas declaradas que a la hora de la verdad han sometido a su antojo a otras mujeres, privándoles de sus derechos. Conozco mujeres que podrían aportar su experiencia en ese sentido y contar cómo sus expectativas profesionales se fueron al traste por la interposición de una directiva o de una académica, que por intereses económicos de la empresa que dirigen, o por no coincidir en posicionamientos ideológicos en el caso de la docencia, se las han cepillado de un modo u otro.

Así pues, y para finalizar el tocho de hoy, insisto en la necesidad de que empecemos a coordinarnos hombres y mujeres, cual Patrulla Águila, para poder trazar estelas de concordia en el cielo azul, sincronizados en perfecta armonía partiendo de la base del respeto mutuo.
Os deseo un 8M rotundo, pero sosegado, el histrionismo no conduce a ninguna parte. En cuanto a los machistas en general, y a los maltratadores en particular, por la parte que me toca y sin renunciar a mi masculinidad de la que estoy muy orgulloso, alguno supo en su día que cruzarse en mi camino no le condujo a buen puerto. A esos, ni agua.



DECOUPING PLANNER.

Según he visto en el telediario, es con lo que debe contar toda aquella pareja que decida divorciarse, una “app decoupling planner”. Dicen que con esa aplicación te puedes divorciar tirado cómodamente en el sofale, mientras ahogas las penas o aireas la alegría con un buen vino, cerveza o infusión menta poleo. Si trabajas a dos pantallas, puedes divorciarte y a la vez pedir una pizza o buscar una nueva pareja para solapar el proceso.
La app se encargará de buscar un abogado para consensuar a las partes en el reparto de los bienes, la pensión alimenticia, etc. También facilitará la venta de la casa, el sofale, el coche, la perra, el gato, la búsqueda de un psicólogo e incluso el modo de suicidio en los casos más traumáticos, lo que incluiría un limpiador, de los que usa la mafia para eliminar fiambres.
Cinco pantallazos en la startup y el decoupling planner quedará resuelto en un plis-plas, o como cojones se diga plis-plas en inglés, que es lo suyo. No sé cómo diablos me las arreglé aquella vez que me divorcié sin una app de estas, debo estar vivo de milagro.
Estoy segurísimo de que, dado el nivel de inutilidad que está alcanzando el género humano, acabarán creando una aplicación para limpiarse el culo, algo así como una app clean your ass. Tendría una denominación tipo Cleanass o similar, tal vez más corto, Cleass que suena muy cool. 
La aplicación recomendaría el tipo de papel higiénico a utilizar, explicaría cómo regular la temperatura del bidé, cómo funcionan los WC de última generación, o qué tipos de plantas se pueden utilizar en caso de un apretón en plena naturaleza, porque podría darse el caso de que algún imbécil intentase limpiarse el cerete con una hoja de ortiga y acabe con el culo como un mandril. Sería una app para cagarse.



UN REGALO CON MI NOMBRE.

El kit de montaje Heller a escala 1:87 de esta locomotora Big Boy estaba en el escaparate de una tienda de Burton Upon Trent (Reino Unido). Un día, vísperas de las pasadas navidades, mi hija Gloria lo vio y se dijo, esta maqueta tiene el nombre de mi padre. Y la compró. Me la regaló el día de Navidad de 2018 y se me cayeron los palos del sombrajo.
Con el esmero que he podido, la terminé de montar hace unos días, y además de pintarla creando un efecto de envejecimiento, le monté un pequeño circuito eléctrico para alimentar unas pequeñas luces led que iluminan el foco delantero, la cabina y las luces rojas del ténder, que es el vagón que lleva acoplado detrás. Le hice su peana y una pequeña urna de metacrilato. Espero haber cumplido medianamente bien para hacer justicia al regalo que me hizo mi pequeña, aunque cuando veo las maquetas que hacen hoy día los frikis del modelismo, tengo serias dudas.
Con todo, todo aquello que Gloria me ha regalado desde pequeñita, lo guardo como un tesoro, incluso aquellas hojas caídas un otoño de hace muchos años que recogimos del suelo en un parque y que ella pintó cuando tenía ocho o nueve años.




PERIODISTAS DE GAMA BAJA.

Era la hora del té, el bizcocho de las seis y el documental sobre tiburones en Natura, pero como el que emitían lo habíamos visto, tuve la osadía de zapear y aterricé accidentalmente en la CUATRO, donde trataban el accidente del Boeing 737 Max 8 de Ethiopian Airlines. El tratamiento que estos medios  amarillistas suelen dar a estos asuntos, ya se sabe, y en este caso no fue diferente.
Especulaban sobre las causas del accidente como si fuesen expertos del NTSB, soltando disparates como un fusil ametrallador. El más sonado, al menos en el breve espacio de tiempo en el que pude sostener el botón de cambio de canal, lo dijo una tertuliana cuyo nombre desconozco, lo cual indica que no se trataba precisamente de una periodista reconocida, si es que era periodista.
La tertuliana en cuestión dijo, con esa temeridad que caracteriza a los ignorantes, que el accidente estaba relacionado con la proliferación de los viajes low cost, a lo que otro tertuliano respondió que una cosa son las compañías low cost en las que se puede viajar más o menos cómodo y en las que te pueden putear con el tema del equipaje, y otra la normativa en materia de seguridad aérea que se aplica a la fabricación y el mantenimiento de los aviones, y que éste en cuestión, era un modelo nuevo al que difícilmente se le podía achacar un problema de falta de mantenimiento.
Entonces la avezada tertuliana esgrimió otro “argumento de peso” diciendo que no se refería a viajar más o menos cómodo, sino a que probablemente se tratase de “un modelo de avión de baja gama”… y se quedó tan fresca. Esto es, según ella, la Boeing Company fabrica aviones de “baja gama” que son susceptibles de estrellarse, y el 737 Max 8 puede ser uno de esos modelos.
Por darle un poco de cancha, de haber formado yo parte de la tertulia, le habría preguntado a la tertuliana, por ejemplo, si considera que el Airbus A480 es un avión de “gama baja” y a continuación le habría recordado el incidente sufrido por uno de estos, operado por la compañía Quantas, en el que uno de sus motores Rolls-Royce Trent 900 reventó por culpa de un tubo de una pulgada de diámetro por el que se produjo una fuga de aceite por un problema de diseño y tal y tal. Le preguntaría quizá, si considera también que la Rolls-Royce fabrica motores de “gama baja”.
Pero eso sería hacerle demasiadas concesiones, pues es obvio que se trata de una indocumentada, y aun argumentándole el asunto, sería capaz de entrar en una dinámica de discusión chabacana y corralera, de egos tocados y de mal perder propia del periodismo de baja gama, que por ser de baja, en muchos casos ni siquiera son periodistas de carrera. Pero ahí están, cobrando parné, porque de lo que se trata es de alimentar el morbo y crear polémicas, de tirarse los tiestos a la cabeza en un plató de televisión, de hundir a personas y a compañías enteras, da igual que sea la churrería de un pueblo o la Boeing Corporation. Se trata de periodismo basura, qué narices, otorgarles la etiqueta de periodismo de baja gama sería concederles demasiado mérito.
Así pues, creo que no llegué al minuto, cambié de canal, y al aterrizar en el siguiente decidí que lo más inteligente era apagar el televisor, y que más inteligente aún habría sido no encenderlo.