Solo falta que un violador de los que ha salido antes de
tiempo por reducción de pena sí o sí, reincida, y al ser detenido solicite
cambio de sexo y ser encarcelado en una prisión de mujeres. Y una vez allí,
como pasó en Escocia, que siga haciendo perrerías con las presas.
Respecto al derecho de autodeterminación de género desde los
16 años sin informes médicos o psicológicos alguno, como dicen los expertos, a
esas edades no se tiene la madurez suficiente como para tomar semejantes
decisiones, menos en estos tiempos en los que la madurez brilla por su ausencia
en personas más adultas. Como muestra, ahí tenemos el ínfimo grado de madurez de
las promotoras de estos despropósitos.
Eso sí, si Manolo, cuarenta años de edad y en sus cabales,
decide llamarse Cipriano, ay amigo, es necesaria una certificación literal de
nacimiento, pruebas documentales que acrediten el uso del nombre, partidas de
bautismo, testigos, certificados de las Reales Academias… Y si en vez de
Cipriano decide llamarse Tokio, que se olvide. Cambiar de sexo a los 16 sí,
pero llamarse Tokio a los 40 ni de coña.
Y dicen que son sus leyes estrella. Estrelladas van a quedar
muchas criaturas para el resto de sus vidas.
sábado, 18 de febrero de 2023
LEYES ESTRELLA
jueves, 9 de febrero de 2023
LA CESTA DE LA CALVIÑO.
Con todo el desparpajo que le permite su condición de pija de manual (no solo hay pijas en las derechas) ha tratado de convencernos de que la cesta de la compra no está tan mal como la pintan, y aquí viene lo bueno, porque ella lo comprueba a diario cuando la lleva a cabo. Básicamente ella lo hace bien, y los españoles de a pie nos quejamos de vicio o somos tontos de capirote.
Para empezar ¿Alguien se cree que una vicepresidenta del
gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Lamadrequeparió, tiene tiempo para dedicarse
a la cesta de la compra in situ? Enga home, no me haga de reí…
¿La lleva el shofe ofisiá al Mercaona? ¿Tendrá estacionamiento
reservado igual que cuando va al teatro? ¿No será que la compra la hace desde
su mega Aples con la Apepes del Corte Inglé y no se entera de lo que paga? Porque
cuando sobran los dinerales, no duele el gasto.
Me gustaría encontrármela en una frutería de barrio y que me
lo contara a la cara delante de todo el mundo, con ese desparpajo torpón de
niña bien, hija de un experto en materia de pelotazos de la era dorada del PSOE.
Pero me parece que las posibilidades de encontrarme con ella en cualquier
tienda de barrio o centro comercial de marca blanca, son las mismas que
encontrarse un camarón tomando un té en el desierto de Tabernas. O sea, nulas.