viernes, 20 de septiembre de 2019



NO SON TIEMPOS PARA HÉROES.

"No son tiempos para héroes. En el mundo occidental no hay héroes"  Arturo Pérez-Reverte.
Sin embargo, los medios de comunicación sacan a uno todos los días, como si fueran churros... uno que marca un gol, otro que encesta una canasta, uno que hace la maniobra de Heimlich a un atorado, otro que le da de comer a un perrito hambriento desde el balcón de abajo...
Los actos heroicos se han devaluado, quizá por lo que dice Pérez-Reverte, porque en el mundo occidental ya no hay héroes en el sentido más clásico, de esos que salvan una vida con absoluto desprecio de la suya propia. Como no los hay, tenemos que inventarlos.
Aunque quizá sea exagerada esa apreciación y todavía haya héroes. Lo que no hay es mesura para catalogar los actos heroicos adecuadamente. Porque considerar un acto de heroísmo el hecho de hacer la maniobra de Heimlich a un engollipado, me parece una exageración,  maniobra que el que más y el que menos, se la ha realizado alguna vez a algún amigo o un familiar, sin montar por ello un espectáculo mediático en plan… oh sí, lo trinqué por detrás, presioné el puño con el pulgar sobre su abdomen y logré que expulsara el trozo de chorizo de Ronda, con grave riesgo para mi integridad física y psíquica. Y después lo sacan en el telediario de las tres.
Es como equiparar el hecho de ganar un partido de fútbol, con la acción de un rescatador que se tira a un mar embravecido, para salvar a un marino atrapado en un barco que se está hundiendo. Martínez, que no podemos subiros, que el winche se ha atascado, aguanta lo que puedas, la Virgen del Carmen, cagüendios y demás…
Así que, héroes en occidente, haberlos los hay, lo que pasa es que no sabemos reconocerlos, y convertimos en héroe al primero que dobla una esquina y devuelve una perra gorda a su propietario. Porque resulta que se han perdido tantos valores, que ya no sabemos diferenciar entre lo que es un acto heroico, y un deber cívico o profesional.  

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