EL SENTIDO COMÚN DE UN LABRIEGO.
“Y llegó la rambla con los papeles en la mano y arrasó con
todo”
Fue más o menos lo que dijo un labriego murciano, en alusión
a los destrozos provocados por la avalancha de agua que discurrió por una
rambla “con los papeles en la mano”. Esto es, la rambla, invadida por casas
construidas en su lecho, por cultivos, por obras de fábrica de poco calibre como
para permitir el paso del torrente en casos excepcionales, por vehículos
estacionados en su cauce por lo general seco, dijo en un momento dado, aquí
estoy okupas, estas son mis tierras y aquí están mis escrituras, y lo que esté
en mi propiedad me lo llevo todo, sin compasión.
Porque las ramblas, las torrenteras en apariencia inertes de
la vertiente mediterránea, solo se secan durante las vacaciones, a veces más
largas de lo recomendable. Pero tarde o temprano, cada vez con más frecuencia,
reclamarán su espacio, como hace la mar, y no habrá construcción, tierras de
labor, mota, dique o vehículo que lo resista.
Recuerden… con los papeles en la mano.
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