Llegué harto de coles del currelo, y cometí el delito de encender la TV para ver el noticiario. Titular:
“Bélgica llevará DJs (pinchadiscos de toda la vida) para
animar a los jóvenes a que vayan a vacunarse”
Y en las imágenes, un escenario con un mezclador de música de mierda para el pinchadiscos, con foquitos led de colorines y demás. Chúndala que chunda, chimpún chimpón, que no pare la fiesta de la vacunación.En el mismo sentido, en Grecia les pagarán por vacunarse a modo de incentivo. Y en esa línea, algunas iniciativas más en otros países. Miedo me dan las iniciativas que puedan surgir en España por parte de la peña que nos gobierna.Y es que, vacunarse es un sacrificio demasiado grande para la muchachada. Prueba de ello, las imágenes que sacaron de una jovenzuela belga diciendo ay, pero en flamenco, cuando le dieron el pinchacito. Pobrecita. Qué doló.
Veo bien que incentiven a la muchachada, qué diablos. Son tan sacrificados, sacrificadas y sacrificades, que hay que compensarles por su entrega y su compromiso con la sociedad. Incluso vería bien que recibieran atención psicológica, antes y después de la inoculación de la vacuna. Que prolonguen la terapia unos meses, con revisión posterior cada año, no sea que sufran una recaída emocional por el trauma que provocan las vacunaciones. El síndrome SOGIDEN (Soy Gilipollas de Nacimiento) puede causar estragos si no se hace nada.
Pensándolo bien, que los vacunen con la que más duela. Y
después, que les den herramientas para abrir cortafuegos en el monte en pleno
verano, supervisados por una versión del sargento Hartman, pero de Algatocín. O
eso, o nos vamos a la mierda sin remisión en dos décadas, tirando por largo.
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