martes, 14 de marzo de 2023

FALTAN CAMAREROS.

En el sector de la hostelería saltan las alarmas. ¡¡Faltan camareros!!
Y a quien le sorprende. Pues los hay, muchos se preguntan cómo es posible con el paro que hay, pero se me antojan algunas razones que relaciono a continuación:
Por lo general, son puestos de trabajo temporales basados en contratos precarios tipo fijo discontinuo, con cotizaciones mínimas, mal remunerados, penosos y de cara al público, con lo que ello implica en un país en el que la educación está bajo mínimos. Turnos partidos, horas extras y días festivos sin remunerar, escasas esperanzas de proyección personal de cara a un futuro mejor…
Además, actualmente los quieren con formación. Me pregunto quién se va a querer formar para actividad tan ingrata, con la pasta que implica formarse en este país. Los centros de formación y el comercio de titulaciones con fecha de caducidad, es otro de los negocios boyantes de este país, chiringuitos de otra variedad que llenan las arcas de unos cuantos espabilados.
No creo que el modelo de negocio sea el mejor para las expectativas de un país, pero los políticos buscan hacer su agosto, nunca mejor dicho, y pretenden sacar tajada vendiéndolo como un destino maravilloso para el “turismo sostenible” (Como si fuera sostenible triplicar la población de una ciudad con lo que implica el incremento del consumo de agua o energía).
Fomentan el sector del turismo y la hostelería porque es más fácil de implementar que los sectores industriales (el sector secundario de toda la vida). Las infraestructuras principales ya las tienen de base; las playas, los parajes naturales y el patrimonio histórico, que dicho de paso los están echando a perder. Les basta con construir hoteles, campos de golf, zonas residenciales a patadas, y fomentar la proliferación de negocios de restauración, bares por un tubo, uno cada 25 metros, en los que de paso se ponen las botas de gratis.
Y claro, para cubrir esos, puestos tienen que abocar a los jóvenes del país (a los viejos ya no los quieren) a que orienten sus vidas a servir copas y menús por sueldos de mierda y contratos basura denominados con el eufemismo de “fijo discontinuo”. Todo un aliciente.
Visto lo anterior, cómo no van a faltar camareros o camareras, pero bien mirado, a mí lo que me alarma es que falten profesionales de la medicina y servicios públicos a la altura de las necesidades de la ciudadanía entre otras cosas.

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