Me han puesto la Pifia. Me tocó una sanitaria bajita, que
apenas llegaba a mi hombro. Por esa razón me la metió doblada. La aguja. Culpa
mía, por no sentarme. Sentarse es de blandengues.
No dolió más que un cólico nefrítico, así que, tranquilidad.
En cuanto a las reacciones, parece que me está creciendo un cuerno de
rinoceronte en la frente, y tengo el brazo izquierdo como el de Popeye. Lo
normal en estos casos. Cuando me vacunaron contra la poliogilipollitis C, me
pasó lo mismo. El cuerno se caerá con el tiempo, y el brazo recuperará su volumen
normal.
Lo que me escama es que se me ha descolgado el cojón derecho,
aunque eso puede ser consecuencia de que me los están tocando desde hace mucho
tiempo. Lo que no tiene explicación es lo de los ojos. Los tengo fuera de las
órbitas, como si se me hubiera roto la escafandra y me viese expuesto a la atmósfera
cero. Como los ojos del actor aquel… Marty Feldman.
Por lo demás, todo normal. No hay motivo para preocuparse.
Bueno, os dejo que ha llegado la UVI móvil y me tienen que meter un chute de epinefrina,
que se me ha enfriado la oreja izquierda y no reacciona. No temáis, vacunaros
lo antes posible. Sentaros si sois de estatura elevada, para que no os la metan
doblada. La aguja.
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