De paso por la vida, casi de puntillas, un breve soplo
imperceptible en el cosmos, un breve soplo que habría que aprovechar, pues
apenas nacemos empezamos a morir, nos diluimos en el tiempo y en el espacio como
se diluye la figura de ese hombre que pasa fugazmente, como la vida misma, ante la puerta de la iglesia de
San Agustín.
Unos pasaremos de puntillas, pero otros van dando patadas y taconazos...
ResponderEliminarInstantes...imágenes que hablan por sí solas.
ResponderEliminarMuy buena, Arroyo.
Te dedico una patada en la espinilla...con botas de acero, que sé que te gusta más.
Muy buena foto...¡me encanta! Miguel Gil (de EQUO Alcorcon)
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