VERTIENTES DE LA VIDA
Nunca podremos estar seguros de
la vertiente que nos tocará en suerte, porque no nos engañemos, no tenemos el
control absoluto de nuestros designios.
Somos como gotas de agua que caen del cielo sobre una montaña,
ilusionadas en conformar un río largo y caudaloso, pero será el viento quien
decida en qué vertiente caeremos, si en la buena o en la mala, si en la que cae
hacia al mar o la que da hacia el desierto.
En la imagen tenemos dos
vertientes, dos gotas de agua caídas del cielo
que ahora tienen distintas prioridades en la vida. Pero el proceso puede
revertirse, de nuevo podemos evaporarnos, retornar al cielo y volver a
precipitarnos. Lo mismo, con un poco de suerte, y siempre con esfuerzo,
podremos caer en la vertiente adecuada y fluir por un río lleno de vida hacia
el mar, del mismo modo que esos que se sienten seguros e inamovibles en la
vertiente buena de la montaña, pueden evaporarse igualmente y acabar
precipitándose sobre un desierto.
En cualquier caso, procuremos ser
gotas de agua pura, pues el agua pura siempre será bienvenida y necesaria en
las dos vertientes, y con persistencia y buena voluntad, lo mismo los desiertos
acaban convirtiéndose en vergeles y entonces dará igual caer a un lado o a
otro.
Como bien dices a final "la tortilla puede que algún día de la vuelta" pero lo malo es en las manos que está la sartén...
ResponderEliminarNo te hagas de rogar que llevabas mucho tiempo sin hacer entradas... un saludo.
Mejor vivir sin tener control, pero además, siendo conscientes de ello, porque de lo contrario entramos en ansiedad y esa sí que es una pesada carga.
ResponderEliminarEres todo un poeta, tío duro.