Búnker número 1 de Camposoto. En lenguaje figurado, proa a la mar, escorado a estribor y con los días contados. Construido en los años cuarenta del pasado siglo XX siguiendo los planes de la Comisión de Fortificación de la Costa Sur (CFCS) para sosegar los temores del dictador ante una posible invasión de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, va perdiendo en lenta agonía, la batalla contra el mar, una batalla para la que no fue concebido. Como suele decirse, la mar pone las cosas en su sitio reclamando lo suyo y devolviendo lo que no le corresponde.
Todavía hay quienes niegan la evidencia de la subida del nivel
del mar en los últimos tiempos, pero esta imagen deja al descubierto su error. Cuando
construyeron estos búnkeres, obviamente fueron emplazados fuera del alcance de
las pleamares. Actualmente quedan rodeados por la mar en esas circunstancias,
socavando la base de apoyo. 

 
 
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