martes, 10 de septiembre de 2024

UN TONTO CON UNA LANZA.

Me encontraba en una gasolinera, esperando turno para limpiar el coche con lanza de agua a presión, pues debido a las últimas lluvias de barro, parecía un plum cake.

El que ocupaba el box de lavado en ese momento, era un tipo de veinte y pocos, corte de pelo a la moda futbolera, tatuajes en la misma línea, camiseta, calzonas y chanclas Nike, con calcetines blancos, por supuesto. Estuvo avispado para colarse, pero no era plan de montar una reyerta por limpiar el coche, así que lo dejé pasar. Esta chusma contemporánea adolece de entendederas para comprender conceptos como la buena educación y el respeto.

El cabesa de Cadi empezó a limpiar su coche por los flancos incluidas las ruedas, después le pegó al capó y al portón trasero, dejándolo níquel. Finalmente le dio al techo, el agua sucia escurrió como era de esperar y todo lo que limpió previamente, volvió a quedar hecho un asco.

Sonreí para mis adentros, sin sospechar que lo más divertido estaba por llegar. El niñato no tuvo mejor ocurrencia que poner una mano a pocos centímetros de la boquilla de la lanza de agua y presionar el disparador a pique de amputarse los dedos. A juzgar por los aspavientos que hizo, aquello debió dolerle tela, agitando la mano afectada como si se la hubiera quemado con un soplete, mientras miraba incrédulo a su novia, que a su vez miraba al niñato como diciéndole, tu no eres imbécil, tú eres lo siguiente, y yo también por salir con un descerebrado.

La sonrisa para mis adentros, permutó a descojone hacia mis afueras. Me dieron ganas de salir para decirle, a quién se le ocurre cabesa, lo listo que has sido para colarte y lo tonto con una lanza de agua en tus manos, pero como apunté al principio, no merecía la pena organizar una reyerta por una lanza a presión y un descerebrado que acabará, visto lo visto, matándose solito.  Ahora se entiende eso de que en las baterías figure una advertencia que ruega encarecidamente que no se ingiera el ácido que contienen, o que en los taladros se advierta los riesgos que implica apuntar la broca a la cabeza propia o ajena.

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