Por lo visto
son enormes, mezcla entre conejos de campo y conejos domésticos, y están
causando estragos en los cultivos de las campiñas andaluzas y murcianas.
Evidentemente, detrás de todo esto está la mano de la especie humana, esa manía
de regalarse mascotitas que cuando alcanzan la edad adulta, son deportadas con
una mochilita de traumas humanos. Y claro, a la conejada despechada le entran
muchas ganas de relacionarse y chingar como si no hubiera un mañana, y en el
campo solo pueden hacerlo con conejos y conejas country al frenético ritmo de
un banjo.
¿Y ahora que
hacemos? La pregunta se la lanzo a los veganos recalcitrantes, pues a fin de
cuentas la conejada híbrida se está cebando con la base de su alimentación.
¿Nos cepillamos a tiros de posta conejera a la conejada fornicadora, o hacemos
un campo de concentración conejil, con sesiones de psicoterapia alternadas con
taichí?
Molaría más que
los conejos híbridos se cruzaran con osos ibéricos y buitres leonados, y surgiera
una suerte de bicho que arrasase con todo lo que me caiga gordo. Puestos a
desear.
domingo, 9 de abril de 2023
PLAGA DE CONEJOS HÍBRIDOS
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